COSAS DE FUTBOL
Josetxo Zaldúa
Argentina y España, con juego irregular, asoman ya su cara en los octavos de final. Ambas oncenas dejaron, sin embargo, una impresión poco tranquilizadora porque no fueron exigidas por sus contrincantes, especialmente España, donde el juego de Valerón fue omnipresente, secundado por el polivalente Luis Enrique y por el buen sentido que a su banda izquierda le dio De Pedro.
Por el lado argentino hay preocupación por la baja forma de Verón, el hombre que deslumbró en Italia y que se opacó esta temporada en el Manchester United. Fueron Ortega, Batistuta y Zanetti los pilares del Loco Bielsa.
Ambos equipos salieron a la cancha a asfixiar al rival, y lo lograron imprimiendo un ritmo infernal. El problema es que con 32 grados de temperatura y una alta humedad relativa no hay cuerpo que aguante tal desgaste.
Paradójicamente fue en el segundo tiempo, con las energías menguadas, cuando argentinos y españoles hilaron mejor su juego; jugaron más pausadamente y controlaron mejor la pelota.
La defensa española, sobre todo por el centro, mostró que no está a la altura de lo que de ella se espera. Hierro y Nadal son muy lentos de piernas y de cintura. El gol esloveno, con todo y pared por el mero pasillo central, puso en evidencia a dos futbolistas magníficos. En el arco el joven Casillas demostró a sus 21 años que hay arquero para rato.
Mal Tristán, un hombre capaz como pocos de lo mejor y de lo peor. Ayer fue uno de sus días pésimos, tanto que tocó su primer balón a la media hora de juego. Su remplazo, Morientes, hizo en 20 minutos todo lo que el andaluz no hizo en 70, y además provocó el penal que dio el tercer gol a los ibéricos.
Raúl fue fiel a sí mismo. No se escondió y tuvo detalles de calidad, además de marcar el primer gol al filo del descanso. Es imprescindible en cualquier equipo.
De Argentina preocupó ver a un arquero, Cavallero, presa de los nervios. Por suerte la línea defensiva de los argentinos mantuvo alejados a los nigerianos, cuyas prestaciones dejaron bastante que desear.
Para su mala suerte Kanu, su mejor jugador junto con Okocha, apenas aguantó el primer tiempo, teniendo que salir por lesión.
Nota destacada para su portero Shorunmu, bien arropado por una defensa que, ante la demolición que los argentinos hicieron en el medio campo, tuvo que multiplicarse para neutralizar la avalancha de los ayer azules.
Españoles y argentinos, además, cuentan con la complicidad de sus respectivos enemigos de grupo. Inglaterra empató con Suecia y Paraguay con Sudáfrica después de que ganaba 2-0.
Ahora la presión es para estos equipos, sobre todo si se tiene en cuenta que, según las estadísticas, 80 por ciento de los equipos que ganan su primer partido en un Mundial pasan a la siguiente ronda.
Espectacular la demostración de los alemanes. Cierto es que los saudiárabes dejaron una pobrísima impresión, pero marcar ocho goles en una Copa del Mundo no está al alcance de cualquiera. Siguen sin contar entre los favoritos, pero cuidado con Alemania: es un equipo de tradición y con espíritu de combate admirable.
Qué pena con Uruguay, equipo sin señales de identidad. Fracasó El Chino Recoba, que optó por desentenderse del partido, como si la cosa no fuera con él.
Los daneses demostraron por qué están entre los equipos con posibilidades de llegar lejos. Orden, técnica y, sobre todo, un señor apellidado Tomasson, que la próxima temporada jugará en el Milán.
Tal vez el único punto en contra para los daneses es que no tienen nervios, juegan siempre igual, ganen o pierdan.