Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 3 de junio de 2002
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Política
Entre ellas hay algunas autoridades del ayuntamiento de Santo Domingo Teojomulco

Detenidas, 16 personas vinculadas con la masacre de campesinos en Oaxaca

Entra el Ejército a la zona de donde provienen los asesinos; su presencia ahí será indefinida

VICTOR RUIZ ARRAZOLA Y ALONSO URRUTIA CORRESPONSAL Y ENVIADO

Santiago Xochiltepec , Oax., 2 de junio. El procurador general de Justicia del estado, Sergio Santibáñez Franco, informó hoy que hasta el momento han sido detenidas 16 personas vinculadas con la masacre de 26 campesinos ocurrida el viernes pasado en el paraje de Aguafría, municipio de Santiago Textitlán. Entre los responsables se encuentran algunas autoridades del ayuntamiento de Santo Domingo Teojomulco y varios jóvenes.

Entre tanto, el Ejército entró anoche al municipio de Santo Domingo Teojomulco, en cuyo territorio se encuentra la comunidad Las Huertas, de donde provienen los asesinos. Asimismo, mantiene presencia en Santiago Xochiltepec para reforzar la escasa vigilancia que realiza la policía preventiva, que este día solamente mantenía ocho elementos en el pueblo.

Según fuentes militares, la presencia del Ejército en la región será indefinida. Durante una breve gira por la zona para constatar la situación, el procurador Santibáñez manifestó que en el operativo realizado el sábado fueron decomisadas 23 armas largas, entre las que se encuentran algunas AK-47 (cuernos de chivo), R-15 y más de 200 cartuchos útiles.

El chofer, arraigado

Entrevistado en la zona del conflicto, Santibáñez Franco señaló que se tiene arraigado al chofer del camión de volteo, Antonio Pérez López. Asimismo, los dos heridos sobrevivientes de la masacre -Ezequiel Gutiérrez y Pablo Cruz Hernández- permanecen en el Hospital Civil de la capital del estado, donde se recuperan de varios impactos de bala.

Aunque entre la comunidad de Santiago Xochiltepec hay certeza de que la ejecución de 26 personas tiene su origen en la disputa de 4 mil hectáreas que recientemente el Tribunal Agrario les concedió, el procurador dijo que se mantienen las hipótesis originales sobre la posibilidad de que el hecho haya sido motivado por el narcotráfico o por la tala de madera que hay en la región.

En tanto, el delegado de la Procuraduría General de la República en Oaxaca, Jesús Vergez, señaló que la dependencia ha comenzado a integrar una averiguación previa relacionada con la portación de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército. Sin embargo, precisó, ello no indica que la dependencia pretenda atraer el caso: ''Cada una de las autoridades continuará las indagatorias en la medida de sus atribuciones''.

Vergez manifestó que hasta el momento han sido desplazados a la región alrededor de 25 elementos que han comenzado a hacer las indagatorias sobre las armas, pero también sobre la siembra de enervantes en estas tierras, hipótesis que las autoridades locales no han descartado. En este sentido informó que se han intensificado los sobrevuelos en la región para detectar posibles sembradíos de mariguana y amapola, que por las características de la zona se podían dar. Dijo que para tal efecto ya hay elementos de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud.

-¿Se descarta el tráfico de droga? -se le preguntó.

-Creemos que por las características sólo podría haber siembra de enervantes.

Por su parte, el procurador estatal señaló que durante el operativo para detener a los 16 presuntos responsables no hubo enfrentamientos con la comunidad gracias a que los elementos de las diversas corporaciones que participaron -entre ellas las Fuerzas Policiales de Alto Rendimiento y la Unidad de Operaciones Especiales- salieron por otra zona. Comentó que se ha comenzado a tomar las declaraciones de los detenidos, así como de los sobrevivientes y del chofer del camión del volteo donde se perpetró la masacre.

Interrogado sobre la responsabilidad de las autoridades municipales de Santo Domingo Teojomulco, el procurador admitió que varios de ellos, sin especificar el cargo, se encuentran ya detenidos.

Entre tanto, las autoridades del municipio de Santiago Xochiltepec demandaron a la Procuraduría justicia y castigo para los responsables. Señalaron que desde que comenzaron las amenazas de muerte contra el pueblo, hace mes y medio, se le notificó al gobierno del estado, sin que hubiera respuesta. Brígido Hernández, de la agencia municipal de Santiago Xochiltepec, comentó que aun cuando en esos días se efectuaron varios balazos al pueblo desde los cerros cercanos, los responsables de la policía preventiva y de la Procuraduría General de Justicia del estado señalaron que simplemente no había delito que castigar.

Los fallecidos

La lista de muertos proporcionada por las autoridades municipales son: Pablo Gutiérrez, Modesto Gutiérrez, Pedro Gutiérrez Cruz, Laureano Gutiérrez, Eucario Ruiz, Bartolo Vázquez; Josué Vázquez, Maurilio Vázquez, Juan Ramírez, Margarito Sánchez, Maximiano Peña, Noé Monjaraz, Eduardo Ruiz, Ildegardo Hernández, José Luis Hernández, Josefino Hernández, Sergio Calleja, Teodomiro Calleja, Alvaro Gutiérrez, Isaías Hernández, Flavio Gutiérrez, Martiniano Calleja, Leyver Calleja, Lehu Ramírez, Pablo Ramírez y Armando Gutiérrez.


El fallo del Tribunal Agrario fue su sentencia: familiares

Entre la zozobra, sepultan en Xochiltepec a los 26 muertos

Ahoran creen en cualquier amenaza de los de Teojomulco

VICTOR RUIZ ARRAZOLA Y ALONSO URRUTIA CORRESPONSAL Y ENVIADO

Santiago Xochiltepec, Oax, 2 de junio. Nadie en el pueblo recuerda un día peor. Tanta saña no se olvida así, nada más porque sí. Hoy enterraron a los 26 que fueron ejecutados en Aguafría el viernes. Hay pasiones encontradas pero predomina el miedo a la muerte, a encontrarla a mansalva, como sorprendió a sus parientes. También hay odio y sobre todo un inmenso dolor.

"¿Por qué ni siquiera los mataron como hombres, enfrentándose cara a cara, y no así? Mira nomás cómo te dejaron, pero se van a morir como perros", grita una mujer por su marido. Su ataúd, como los otros 25, está a las afueras de la sede de la agencia municipal, tirados, en el suelo, no hay dinero o tiempo para más. Decenas, quizá centenares de veladoras languidecen tras casi un día de velorio. Para donde se mire hay llanto, gritos, lamentos. Hay consuelo mutuo entre madres con el mismo dolor. "Ni a los animales se les mata así", reclama Adelina Gutiérrez, viuda a sus 16 años.

Apenas hay un pequeño espacio entre los ataúdes para acceder a la oficina de la autoridad municipal. No está Ignacio Ramírez, ocupado en clamar justicia en la capital del estado. En su lugar está Brígido Hernández, un hombre de unos 60 años, quien no cesa de hacer sumas con su calculadora. Son 89, le dice con frialdad a su asistente, que asiente y anota el número. "Es la cantidad de huérfanos que dejó la matazón", precisa.

La lista es larga: Pablo Gutiérrez dejó diez hijos, Pedro Gutiérrez Cruz seis, Bartolo Vázquez otros tantos, Eucario Ruiz ocho hijos... así hasta sumar los 89 huérfanos cuyas madres, aquellas que sólo tienen críos de corta edad, no saben qué será de ellos. Y es que para esta comunidad de 800 habitantes, literalmente no hay quien no tenga un pariente que enterrar. Eran buena parte de los hombres del pueblo. Brígido es crudo con sus cifras: "éramos 140 comuneros y nos mataron a poco más de 20. Usted dirá lo que nos pasó. ¿Miedo? Ya estoy viejo, hay que resolver esto", responde.

Mientras, todo el pueblo está preso de un miedo cercano al horror. Y es que la muerte se la anunciaron. "Los mataremos en el camión de volteo", dicen que comenzó a correr el rumor hace cosa de mes y medio. Nadie creyó entonces que eso fuera a ocurrir, que los de Santo Domingo Teojomulco fueran capaces de hacerlo, pero lo hicieron, nada más para que vean que las tierras que pelean ambos siguen siendo suyas. Cumplida la advertencia, hoy el pueblo lo cree todo.

"Ahora andan diciendo por ahí que van a venir a ahorcar a las mujeres y que a los niños los van a echar al comal....", comenta con angustia Pompilia Gutiérrez, de 52 años, a quien le ha tocado velar a su suegro. "Ahora sí nos van a matar a todos."

Las historias en el pueblo se entretejen para narrar lo crueles que, aseguran, son los de Santo Domingo Teojomulco. Los viejos del pueblo tienen presentes las numerosas matanzas que les han dejado sus vecinos por un conflicto de tierras que data de los años 30.

La zona en disputa es de alto potencial de explotación maderable, amén de que otro tanto es de buen cultivo. La primera matazón, dice un maestro de telesecundaria que rehúsa dar su nombre, fue allá en 1935. "Hubo a quienes le asesinaron a su abuelo, años después a su padre y ahora vela a un hijo o un primo." Uno a uno los testimonios dan cuenta de que las muertes los han perseguido por años. En el 35 fueron 15; en 1951, ocho más, en 1959 doce.... en 1997 hubo un muerto y dos jóvenes de 15 años secuestrados, "que estuvieron a punto de ser enterrados vivos; esa vez sí le dimos aviso a la autoridad, para que fueran por ellos y, afortunadamente, sí los trajeron. En 1998 les quemaron el bosque ?su parte del bosque en litigio?, "y tuvo que salir todo el pueblo con cubetas de agua a apagar los árboles, porque la lumbre ya estaba aquí, casi dentro de nuestras casas".

Pero hay una certeza, nunca mataron tanta gente como ahora. Juan Ramírez, un hombre de campo metido este domingo a sepulturero, tiene claras las causas agrarias de la masacre. La sentencia que dio el Tribunal Agrario, apenas el 24 de enero, el cual les dio la seguridad de poseer la tierra en disputa, también sentenció a los que murieron el viernes. "Ese día ellos no se quedaron tranquilos, y aunque el tribunal nos dijo que ahora sí el problema se iba a acabar, porque iba a ver una resolución presidencial, no hizo más que empezar", conjetura, mientras mira el montón de tierra que satura el cementerio.

Con los cuernos de chivo que tienen los de Teojomulco se sabía que iba a haber muertes. El panteón es un hervidero de hombres que excavan; se cavan tantas tumbas que más bien parecen una fosa común. Los hombres de la comunidad no se dan abasto y pidieron ayuda en Santiago Textilán y otros poblados cercanos para poder terminar este domingo.

Tan sólo pensar en Santo Domingo Teojomulco ya les produce horror. "Atrás de ahí, de donde mira que otra vez hay humo, ahí están ellos, a lo mejor quieren otra quemazón", afirma Jacinta López, de 62 años, viuda y hoy totalmente sola porque "me mataron a mi único hijo, al que me mantenía". Muy cerca de ella, otra anciana, María Ramírez, carga con la última raya de su hijo. "Esta no se la quitaron porque la traía escondida en la chamarra."

El día que los ejecutaron, además de arrancarles la vida, les quitaron toda la raya que traían los 26 que hoy velan. Sólo que el dinero de María ya es inservible, está roto. Hay quienes dicen que los balazos que "agujerearon a Eucario, también agujerearon la raya".

-¿Por qué los mataron?

-Porque no tienen muina -tercia otra mujer con rencor.

Todo mundo cuenta su historia, pensándola como la más dolorosa, pero la de Leiver Hernández es, quizá, la más azarosa. Cuenta su madre, Concepción Hernández Gutiérrez, que ese viernes hubo paro de maestros de la CNTE, por lo que Leiver le dijo que aprovecharía el obligado asueto para ir a cobrar su raya. Sólo regresó el cadáver.

El velorio parece eterno. Ni en la muerte se olvida una peculiaridad de Xochiltepec: la división religiosa que prevalece. Para un poblado tan pequeño de la sierra oaxaqueña, tres religiones son muchas: católicos, evangélicos y la luz del mundo. Anoche no hubo oraciones de los católicos. Sin cura que los alentara, predominaron los evangélicos, sus cantos y sus rezos.

Los primeros en encontrar el "descanso eterno" fueron los evangélicos. Hacia las dos de la tarde comenzó la procesión final hasta el cementerio. Las plegarias y cánticos no pueden acallar el drama de los últimos momentos. Con todo y lo destrozado del rostro de la mayoría de los difuntos, sus parientes quieren verlos por última vez. Filemón Cruz, el pastor evangélico venido de Oaxaca para mitigar el dolor de sus fieles, dice que "los mataron con una enorme crueldad, se ve que hay mucho odio y mucho rencor; es el fruto de la carne".

Todo mundo pide justicia pero hay quienes quieren venganza. Evangélico al fin, acude al evangelio para dar su sentencia final y desechar que entre sus fieles exista ese deseo de venganza: "dice que no nos venguemos, hay que dejar lugar a la ira de Dios..." 


Conflictos agrarios, principal causa de la violencia en la sierra sur de Oaxaca

Disputas en Sola de Vega han dejado 500 muertos

Emboscadas, enfrentamientos y ejecuciones han sido documentados por la Iglesia

VICTOR RUIZ ARRAZOLA Y ALONSO URRUTIA / I CORRESPONSAL Y ENVIADO

Xochiltepec, Oax., 2 de junio. Este pueblo zapoteco, de alrededor de 800 habitantes, es uno más de los núcleos rurales de la sierra sur de Oaxaca que se encuentran inmersos en la pobreza y llevan a cuestas la violencia generada durante décadas por conflictos agrarios que las instancias gubernamentales han sido incapaces de resolver de raíz, a pesar de que la reforma agraria ha concluido en México.

Santiago Xochiltepec es una agencia del municipio de Santiago Textitlán, que a la vez se encuentra dentro de la jurisdicción del distrito de Sola de Vega, en el que se asientan comunidades zapotecas, mixtecas, chatinas y mestizas que se pelean entre sí diversos territorios que reclaman como suyos.

En el distrito de Sola de Vega se encuentra la comunidad mixteca de Santiago Amoltepec, misma que sostiene conflictos agrarios con sus vecinos de San Mateo Yucutindoo, Santa María Zaniza, Santiago Textitlán y Santa María Zenzontepec, a los que se ha enfrentado a balazos en múltiples ocasiones, con un saldo que supera los 500 muertos en los recientes 50 años, según informes del Centro Regional de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco Briseño.

Hace 50 años Santiago Xochiltepec tenía en posesión 15 mil 700 hectáreas, pero sus vecinos de Santa María Zaniza, Santo Domingo Teojomulco e incluso los de su cabecera municipal, Santiago Textitlán, les han venido peleando "y arrebatando la gran mayoría; ahora sólo nos quieren dejar 4 mil", dijo el agente municipal Ignacio Gutiérrez Gutiérrez.

El litigio que actualmente enfrentan los 80 comuneros de Xochiltepec es contra la comunidad de indígenas zapotecos de Santa María Zaniza, quienes obtuvieron a su favor una resolución de Tribunal Agrario Supremo por 4 mil hectáreas, por lo que los primeros solicitaron un amparo de la justicia federal en marzo pasado.

Otra disputa que Xochiltepec ha sostenido para defender su territorio es con Santo Domingo Teojomulco, cuyos campesinos, hombres y mujeres mestizos, "quieren exterminarnos para que les dejemos el paso libre por estas tierras. A lo largo de los últimos 50 años han ido avanzando, ya nos quitaron más de 3 mil hectáreas y ahora nos quieren matar a todos, principalmente a los niños, para que las nuevas generaciones ya no peleen lo que por ley nos corresponde", agregó Gutiérrez Gutiérrez.

Tanto política como administrativamente Santiago Xochiltepec depende de Santiago Textitlán, pero los zapotecos de ese pueblo también se han disputado las fértiles tierras de Xochiltepec, ricas en recursos maderables y aptas para diversos cultivos, como café, plátano y la floricultura, y por ello desde la década de los 50 se han posesionado de 2 mil hectáreas, "tanto a la mala como por resoluciones del gobierno", comentó el agente municipal.

Sin embargo, Santo Domingo Teojomulco -de donde presuntamente son los responsables de la matanza de 26 indígenas zapotecas de Xochiltepec el pasado 31 de mayo- sostiene otra añeja rivalidad con sus vecinos de San Lorenzo Texmelucan, también por una productiva franja de tierra a la orilla de un río que divide a estas dos comunidades, una mestiza y la otra zapoteca.

El primero de diciembre de 1998, mientras el gobernador José Murat Casab tomaba posesión de su cargo en el teatro Alvaro Carrillo de la ciudad de Oaxaca, habilitado como sede de los tres poderes del estado, comuneros de Santo Domingo Teojomulco se disputaban sus tierras a balazos, con resultado de 15 muertos y casi 20 heridos. Al momento no se han concluido las investigaciones de esa masacre, para deslindar responsabilidades.

Los enfrentamientos, las emboscadas y las ejecuciones ya forman parte de la forma de vida de los oaxaqueños que viven en el distrito de Sola de Vega, acciones armadas que han sido documentadas por la Iglesia católica, principalmente por el presbítero Wilfrido Mayrén Peláez, quien se desempeñó como párroco de Santo Domingo Teojomulco en la década de los 90 y fue coordinador del Centro Regional de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco Briceño. Además recorrió todas las comunidades de esta zona por su trabajo tanto pastoral como social, lo que motivó que lo emboscaran camino a San Lorenzo Texmelucan, agresión de la que salió ileso.

Otra emboscada que no se le olvida al pueblo oaxaqueño, en especial a los zapotecas de Santa María Zaniza, es la que ocurrió en 1986, cuando los campesinos, la mayoría mestizos de Santiago Amoltepec, los esperaban en el monte para asesinarlos allí. El número de víctimas mortales ascendió a 29, y el de lesionados rebasó los 30.

Por esa razón fue encarcelado, entre otras personas, el ahora presidente municipal de Santiago Amoltepec, Antonio Roque Cruz, quien purgó una condena de 13 años de cárcel y hace dos años salió libre. Una parte de sus paisanos lo considera un héroe, y votaron por él para hacerlo alcalde, a pesar de estar gozando aún de los beneficios de la preliberación.

Esta red de conflictos agrarios se desenvuelve sobre la base de la pobreza y marginación que caracteriza a toda la sierra sur oaxaqueña, a la cual se dirigieron señalamientos de narcotráfico, tráfico de madera y de armas, expuestos recientemente por el gobernador José Murat.

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