Entre ellas hay algunas autoridades del ayuntamiento
de Santo Domingo Teojomulco
Detenidas, 16 personas vinculadas con la masacre de
campesinos en Oaxaca
Entra el Ejército a la zona de donde provienen
los asesinos; su presencia ahí será indefinida
VICTOR RUIZ ARRAZOLA Y ALONSO URRUTIA CORRESPONSAL
Y ENVIADO
Santiago Xochiltepec , Oax., 2 de junio. El procurador
general de Justicia del estado, Sergio Santibáñez Franco,
informó hoy que hasta el momento han sido detenidas 16 personas
vinculadas con la masacre de 26 campesinos ocurrida el viernes pasado en
el paraje de Aguafría, municipio de Santiago Textitlán. Entre
los responsables se encuentran algunas autoridades del ayuntamiento de
Santo Domingo Teojomulco y varios jóvenes.
Entre tanto, el Ejército entró anoche al
municipio de Santo Domingo Teojomulco, en cuyo territorio se encuentra
la comunidad Las Huertas, de donde provienen los asesinos. Asimismo, mantiene
presencia en Santiago Xochiltepec para reforzar la escasa vigilancia que
realiza la policía preventiva, que este día solamente mantenía
ocho elementos en el pueblo.
Según fuentes militares, la presencia del Ejército
en la región será indefinida. Durante una breve gira por
la zona para constatar la situación, el procurador Santibáñez
manifestó que en el operativo realizado el sábado
fueron decomisadas 23 armas largas, entre las que se encuentran algunas
AK-47 (cuernos de chivo), R-15 y más de 200 cartuchos útiles.
El chofer, arraigado
Entrevistado
en la zona del conflicto, Santibáñez Franco señaló
que se tiene arraigado al chofer del camión de volteo, Antonio Pérez
López. Asimismo, los dos heridos sobrevivientes de la masacre -Ezequiel
Gutiérrez y Pablo Cruz Hernández- permanecen en el Hospital
Civil de la capital del estado, donde se recuperan de varios impactos de
bala.
Aunque entre la comunidad de Santiago Xochiltepec hay
certeza de que la ejecución de 26 personas tiene su origen
en la disputa de 4 mil hectáreas que recientemente el Tribunal Agrario
les concedió, el procurador dijo que se mantienen las hipótesis
originales sobre la posibilidad de que el hecho haya sido motivado por
el narcotráfico o por la tala de madera que hay en la región.
En tanto, el delegado de la Procuraduría General
de la República en Oaxaca, Jesús Vergez, señaló
que la dependencia ha comenzado a integrar una averiguación previa
relacionada con la portación de armas de fuego de uso exclusivo
del Ejército. Sin embargo, precisó, ello no indica que la
dependencia pretenda atraer el caso: ''Cada una de las autoridades continuará
las indagatorias en la medida de sus atribuciones''.
Vergez manifestó que hasta el momento han sido
desplazados a la región alrededor de 25 elementos que han comenzado
a hacer las indagatorias sobre las armas, pero también sobre la
siembra de enervantes en estas tierras, hipótesis que las autoridades
locales no han descartado. En este sentido informó que se han intensificado
los sobrevuelos en la región para detectar posibles sembradíos
de mariguana y amapola, que por las características de la zona se
podían dar. Dijo que para tal efecto ya hay elementos de la Fiscalía
Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud.
-¿Se descarta el tráfico de droga? -se le
preguntó.
-Creemos que por las características sólo
podría haber siembra de enervantes.
Por su parte, el procurador estatal señaló
que durante el operativo para detener a los 16 presuntos responsables
no hubo enfrentamientos con la comunidad gracias a que los elementos de
las diversas corporaciones que participaron -entre ellas las Fuerzas Policiales
de Alto Rendimiento y la Unidad de Operaciones Especiales- salieron por
otra zona. Comentó que se ha comenzado a tomar las declaraciones
de los detenidos, así como de los sobrevivientes y del chofer del
camión del volteo donde se perpetró la masacre.
Interrogado sobre la responsabilidad de las autoridades
municipales de Santo Domingo Teojomulco, el procurador admitió que
varios de ellos, sin especificar el cargo, se encuentran ya detenidos.
Entre tanto, las autoridades del municipio de Santiago
Xochiltepec demandaron a la Procuraduría justicia y castigo para
los responsables. Señalaron que desde que comenzaron las amenazas
de muerte contra el pueblo, hace mes y medio, se le notificó al
gobierno del estado, sin que hubiera respuesta. Brígido Hernández,
de la agencia municipal de Santiago Xochiltepec, comentó que aun
cuando en esos días se efectuaron varios balazos al pueblo desde
los cerros cercanos, los responsables de la policía preventiva y
de la Procuraduría General de Justicia del estado señalaron
que simplemente no había delito que castigar.
Los fallecidos
La lista de muertos proporcionada por las autoridades
municipales son: Pablo Gutiérrez, Modesto Gutiérrez, Pedro
Gutiérrez Cruz, Laureano Gutiérrez, Eucario Ruiz, Bartolo
Vázquez; Josué Vázquez, Maurilio Vázquez, Juan
Ramírez, Margarito Sánchez, Maximiano Peña, Noé
Monjaraz, Eduardo Ruiz, Ildegardo Hernández, José Luis Hernández,
Josefino Hernández, Sergio Calleja, Teodomiro Calleja, Alvaro Gutiérrez,
Isaías Hernández, Flavio Gutiérrez, Martiniano Calleja,
Leyver Calleja, Lehu Ramírez, Pablo Ramírez y Armando Gutiérrez.
El fallo del Tribunal Agrario fue su sentencia:
familiares
Entre la zozobra, sepultan en Xochiltepec a los 26
muertos
Ahoran creen en cualquier amenaza de los de Teojomulco
VICTOR RUIZ ARRAZOLA Y ALONSO URRUTIA CORRESPONSAL
Y ENVIADO
Santiago Xochiltepec, Oax, 2 de junio. Nadie en
el pueblo recuerda un día peor. Tanta saña no se olvida así,
nada más porque sí. Hoy enterraron a los 26 que fueron ejecutados
en Aguafría el viernes. Hay pasiones encontradas pero predomina
el miedo a la muerte, a encontrarla a mansalva, como sorprendió
a sus parientes. También hay odio y sobre todo un inmenso dolor.
"¿Por qué ni siquiera los mataron como hombres,
enfrentándose cara a cara, y no así? Mira nomás cómo
te dejaron, pero se van a morir como perros", grita una mujer por su marido.
Su ataúd, como los otros 25, está a las afueras de la sede
de la agencia municipal, tirados, en el suelo, no hay dinero o tiempo para
más. Decenas, quizá centenares de veladoras languidecen tras
casi un día de velorio. Para donde se mire hay llanto, gritos, lamentos.
Hay consuelo mutuo entre madres con el mismo dolor. "Ni a los animales
se les mata así", reclama Adelina Gutiérrez, viuda a sus
16 años.
Apenas
hay un pequeño espacio entre los ataúdes para acceder a la
oficina de la autoridad municipal. No está Ignacio Ramírez,
ocupado en clamar justicia en la capital del estado. En su lugar está
Brígido Hernández, un hombre de unos 60 años, quien
no cesa de hacer sumas con su calculadora. Son 89, le dice con frialdad
a su asistente, que asiente y anota el número. "Es la cantidad de
huérfanos que dejó la matazón", precisa.
La lista es larga: Pablo Gutiérrez dejó
diez hijos, Pedro Gutiérrez Cruz seis, Bartolo Vázquez otros
tantos, Eucario Ruiz ocho hijos... así hasta sumar los 89 huérfanos
cuyas madres, aquellas que sólo tienen críos de corta edad,
no saben qué será de ellos. Y es que para esta comunidad
de 800 habitantes, literalmente no hay quien no tenga un pariente que enterrar.
Eran buena parte de los hombres del pueblo. Brígido es crudo con
sus cifras: "éramos 140 comuneros y nos mataron a poco más
de 20. Usted dirá lo que nos pasó. ¿Miedo? Ya estoy
viejo, hay que resolver esto", responde.
Mientras, todo el pueblo está preso de un miedo
cercano al horror. Y es que la muerte se la anunciaron. "Los mataremos
en el camión de volteo", dicen que comenzó a correr el rumor
hace cosa de mes y medio. Nadie creyó entonces que eso fuera a ocurrir,
que los de Santo Domingo Teojomulco fueran capaces de hacerlo, pero lo
hicieron, nada más para que vean que las tierras que pelean ambos
siguen siendo suyas. Cumplida la advertencia, hoy el pueblo lo cree todo.
"Ahora andan diciendo por ahí que van a venir a
ahorcar a las mujeres y que a los niños los van a echar al comal....",
comenta con angustia Pompilia Gutiérrez, de 52 años, a quien
le ha tocado velar a su suegro. "Ahora sí nos van a matar a todos."
Las historias en el pueblo se entretejen para narrar lo
crueles que, aseguran, son los de Santo Domingo Teojomulco. Los viejos
del pueblo tienen presentes las numerosas matanzas que les han dejado sus
vecinos por un conflicto de tierras que data de los años 30.
La zona en disputa es de alto potencial de explotación
maderable, amén de que otro tanto es de buen cultivo. La primera
matazón, dice un maestro de telesecundaria que rehúsa dar
su nombre, fue allá en 1935. "Hubo a quienes le asesinaron a su
abuelo, años después a su padre y ahora vela a un hijo o
un primo." Uno a uno los testimonios dan cuenta de que las muertes los
han perseguido por años. En el 35 fueron 15; en 1951, ocho más,
en 1959 doce.... en 1997 hubo un muerto y dos jóvenes de 15 años
secuestrados, "que estuvieron a punto de ser enterrados vivos; esa vez
sí le dimos aviso a la autoridad, para que fueran por ellos y, afortunadamente,
sí los trajeron. En 1998 les quemaron el bosque ?su parte del bosque
en litigio?, "y tuvo que salir todo el pueblo con cubetas de agua a apagar
los árboles, porque la lumbre ya estaba aquí, casi dentro
de nuestras casas".
Pero hay una certeza, nunca mataron tanta gente como ahora.
Juan Ramírez, un hombre de campo metido este domingo a sepulturero,
tiene claras las causas agrarias de la masacre. La sentencia que dio el
Tribunal Agrario, apenas el 24 de enero, el cual les dio la seguridad de
poseer la tierra en disputa, también sentenció a los que
murieron el viernes. "Ese día ellos no se quedaron tranquilos, y
aunque el tribunal nos dijo que ahora sí el problema se iba a acabar,
porque iba a ver una resolución presidencial, no hizo más
que empezar", conjetura, mientras mira el montón de tierra que satura
el cementerio.
Con los cuernos de chivo que tienen los de Teojomulco
se sabía que iba a haber muertes. El panteón es un hervidero
de hombres que excavan; se cavan tantas tumbas que más bien parecen
una fosa común. Los hombres de la comunidad no se dan abasto y pidieron
ayuda en Santiago Textilán y otros poblados cercanos para poder
terminar este domingo.
Tan sólo pensar en Santo Domingo Teojomulco ya
les produce horror. "Atrás de ahí, de donde mira que otra
vez hay humo, ahí están ellos, a lo mejor quieren otra quemazón",
afirma Jacinta López, de 62 años, viuda y hoy totalmente
sola porque "me mataron a mi único hijo, al que me mantenía".
Muy cerca de ella, otra anciana, María Ramírez, carga con
la última raya de su hijo. "Esta no se la quitaron porque la traía
escondida en la chamarra."
El día que los ejecutaron, además de arrancarles
la vida, les quitaron toda la raya que traían los 26 que hoy velan.
Sólo que el dinero de María ya es inservible, está
roto. Hay quienes dicen que los balazos que "agujerearon a Eucario, también
agujerearon la raya".
-¿Por qué los mataron?
-Porque no tienen muina -tercia otra mujer con rencor.
Todo mundo cuenta su historia, pensándola como
la más dolorosa, pero la de Leiver Hernández es, quizá,
la más azarosa. Cuenta su madre, Concepción Hernández
Gutiérrez, que ese viernes hubo paro de maestros de la CNTE, por
lo que Leiver le dijo que aprovecharía el obligado asueto para ir
a cobrar su raya. Sólo regresó el cadáver.
El velorio parece eterno. Ni en la muerte se olvida una
peculiaridad de Xochiltepec: la división religiosa que prevalece.
Para un poblado tan pequeño de la sierra oaxaqueña, tres
religiones son muchas: católicos, evangélicos y la luz del
mundo. Anoche no hubo oraciones de los católicos. Sin cura que los
alentara, predominaron los evangélicos, sus cantos y sus rezos.
Los primeros en encontrar el "descanso eterno" fueron
los evangélicos. Hacia las dos de la tarde comenzó la procesión
final hasta el cementerio. Las plegarias y cánticos no pueden acallar
el drama de los últimos momentos. Con todo y lo destrozado del rostro
de la mayoría de los difuntos, sus parientes quieren verlos por
última vez. Filemón Cruz, el pastor evangélico venido
de Oaxaca para mitigar el dolor de sus fieles, dice que "los mataron con
una enorme crueldad, se ve que hay mucho odio y mucho rencor; es el fruto
de la carne".
Todo mundo pide justicia pero hay quienes quieren venganza.
Evangélico al fin, acude al evangelio para dar su sentencia final
y desechar que entre sus fieles exista ese deseo de venganza: "dice que
no nos venguemos, hay que dejar lugar a la ira de Dios..."
Conflictos agrarios, principal causa de la violencia
en la sierra sur de Oaxaca
Disputas en Sola de Vega han dejado 500 muertos
Emboscadas, enfrentamientos y ejecuciones han
sido documentados por la Iglesia
VICTOR RUIZ ARRAZOLA Y ALONSO URRUTIA / I CORRESPONSAL
Y ENVIADO
Xochiltepec, Oax., 2 de junio. Este pueblo zapoteco,
de alrededor de 800 habitantes, es uno más de los núcleos
rurales de la sierra sur de Oaxaca que se encuentran inmersos en la pobreza
y llevan a cuestas la violencia generada durante décadas por conflictos
agrarios que las instancias gubernamentales han sido incapaces de resolver
de raíz, a pesar de que la reforma agraria ha concluido en México.
Santiago Xochiltepec es una agencia del municipio de Santiago
Textitlán, que a la vez se encuentra dentro de la jurisdicción
del distrito de Sola de Vega, en el que se asientan comunidades zapotecas,
mixtecas, chatinas y mestizas que se pelean entre sí diversos territorios
que reclaman como suyos.
En
el distrito de Sola de Vega se encuentra la comunidad mixteca de Santiago
Amoltepec, misma que sostiene conflictos agrarios con sus vecinos de San
Mateo Yucutindoo, Santa María Zaniza, Santiago Textitlán
y Santa María Zenzontepec, a los que se ha enfrentado a balazos
en múltiples ocasiones, con un saldo que supera los 500 muertos
en los recientes 50 años, según informes del Centro Regional
de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco Briseño.
Hace 50 años Santiago Xochiltepec tenía
en posesión 15 mil 700 hectáreas, pero sus vecinos de Santa
María Zaniza, Santo Domingo Teojomulco e incluso los de su cabecera
municipal, Santiago Textitlán, les han venido peleando "y arrebatando
la gran mayoría; ahora sólo nos quieren dejar 4 mil", dijo
el agente municipal Ignacio Gutiérrez Gutiérrez.
El litigio que actualmente enfrentan los 80 comuneros
de Xochiltepec es contra la comunidad de indígenas zapotecos de
Santa María Zaniza, quienes obtuvieron a su favor una resolución
de Tribunal Agrario Supremo por 4 mil hectáreas, por lo que los
primeros solicitaron un amparo de la justicia federal en marzo pasado.
Otra disputa que Xochiltepec ha sostenido para defender
su territorio es con Santo Domingo Teojomulco, cuyos campesinos, hombres
y mujeres mestizos, "quieren exterminarnos para que les dejemos el paso
libre por estas tierras. A lo largo de los últimos 50 años
han ido avanzando, ya nos quitaron más de 3 mil hectáreas
y ahora nos quieren matar a todos, principalmente a los niños, para
que las nuevas generaciones ya no peleen lo que por ley nos corresponde",
agregó Gutiérrez Gutiérrez.
Tanto política como administrativamente Santiago
Xochiltepec depende de Santiago Textitlán, pero los zapotecos de
ese pueblo también se han disputado las fértiles tierras
de Xochiltepec, ricas en recursos maderables y aptas para diversos cultivos,
como café, plátano y la floricultura, y por ello desde la
década de los 50 se han posesionado de 2 mil hectáreas, "tanto
a la mala como por resoluciones del gobierno", comentó el agente
municipal.
Sin embargo, Santo Domingo Teojomulco -de donde presuntamente
son los responsables de la matanza de 26 indígenas zapotecas de
Xochiltepec el pasado 31 de mayo- sostiene otra añeja rivalidad
con sus vecinos de San Lorenzo Texmelucan, también por una productiva
franja de tierra a la orilla de un río que divide a estas dos comunidades,
una mestiza y la otra zapoteca.
El
primero de diciembre de 1998, mientras el gobernador José Murat
Casab tomaba posesión de su cargo en el teatro Alvaro Carrillo de
la ciudad de Oaxaca, habilitado como sede de los tres poderes del estado,
comuneros de Santo Domingo Teojomulco se disputaban sus tierras a balazos,
con resultado de 15 muertos y casi 20 heridos. Al momento no se han concluido
las investigaciones de esa masacre, para deslindar responsabilidades.
Los enfrentamientos, las emboscadas y las ejecuciones
ya forman parte de la forma de vida de los oaxaqueños que viven
en el distrito de Sola de Vega, acciones armadas que han sido documentadas
por la Iglesia católica, principalmente por el presbítero
Wilfrido Mayrén Peláez, quien se desempeñó
como párroco de Santo Domingo Teojomulco en la década de
los 90 y fue coordinador del Centro Regional de Derechos Humanos Bartolomé
Carrasco Briceño. Además recorrió todas las comunidades
de esta zona por su trabajo tanto pastoral como social, lo que motivó
que lo emboscaran camino a San Lorenzo Texmelucan, agresión de la
que salió ileso.
Otra emboscada que no se le olvida al pueblo oaxaqueño,
en especial a los zapotecas de Santa María Zaniza, es la que ocurrió
en 1986, cuando los campesinos, la mayoría mestizos de Santiago
Amoltepec, los esperaban en el monte para asesinarlos allí. El número
de víctimas mortales ascendió a 29, y el de lesionados rebasó
los 30.
Por esa razón fue encarcelado, entre otras personas,
el ahora presidente municipal de Santiago Amoltepec, Antonio Roque Cruz,
quien purgó una condena de 13 años de cárcel y hace
dos años salió libre. Una parte de sus paisanos lo considera
un héroe, y votaron por él para hacerlo alcalde, a pesar
de estar gozando aún de los beneficios de la preliberación.
Esta red de conflictos agrarios se desenvuelve sobre la
base de la pobreza y marginación que caracteriza a toda la sierra
sur oaxaqueña, a la cual se dirigieron señalamientos de narcotráfico,
tráfico de madera y de armas, expuestos recientemente por el gobernador
José Murat.