Fiesta en el Azteca
Se desbordó la locura americanista
MARLENE SANTOS A.
En el estadio Azteca se vivió la fiesta de Televisa; en la calle, la del pueblo. Las historias se entretejían sobre la cancha del coloso de Santa Ursula.
La locura festiva se desbordaba en las tribunas, donde por igual la gente lloraba y reía, cantaba y agitaba sus banderas amarillas.
El dueño del popular equipo, Emilio Azcárraga Jean, fue el primero en correr hacia la cancha para fundirse en prolongado abrazo con el técnico Manuel Lapuente.
"Pinche pelón, šte amo, yo te besaría desde la pelona a los pies!", gritaba eufórico un aficionado americanista. El canto de las barras Monumental y Fenomenal ya era del dominio popular "Vamos, vaaamos Améeeerica, que esta nocheee tenemos que ganar..." Era el coro más grande y sentido del mundo, de aficionados que hace 13 años eran niños, que hace 13 años eran jóvenes y que hoy volvían a paladear las mieles del triunfo.
Estaba el llanto sentido de Raúl Rodrigo Lara, quien sufrió intensamente en la banca, y que de niño, en labores de recogebalones, tuvo la dicha de ver la coronación en aquel torneo 1988-89.
Ahí estaba El Loco Valdez, fanático americanista que durante años perdió todo tipo de apuestas, hasta coches.
Pero también estaban los necaxistas, como el cómico Jorge Ortiz de Pinedo, que con playera roja y abrazando a las despampanantes Mariana e Isabel, esta última secretaria del payaso Brozo, se paseó por todo el perímetro de la cancha.
Todos se enfundaron en la playera azul marino que decía "América campeón", los jugadores corrían hacia todos los costados y festejaban con los clavaditos de panza sobre el césped.