CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

El sindicato del PRI y sus demandas

Y MIRE USTED si no es para indignarnos. Mientras los maestros apenas piden un poco de respeto para sus quehaceres, primordiales para la vida del país, los burócratas del PRI, afiliados en el sindicato del DF, quieren 16 millones de pesos para realizar sus fiestas y sus peregrinaciones, o se van al paro.

HACE NO MUCHO tiempo en este espacio dimos cuentas de uno de los primeros encuentros entre la gente del sindicato de trabajadores del DF con el fin de cerrar filas en contra de las políticas del gobierno de la ciudad.

EN AQUEL ENCUENTRO, celebrado en el hotel El Diplomático, en avenida Insurgentes, los diferentes liderazgos de la agrupación sindical, que durante mucho tiempo fue priísta por ley, inició entonces el diseño de una estrategia que parece haber concluido con el acuerdo general de amenazar al gobierno con una huelga general.

EL DERECHO DE estos trabajadores a inconformarse por muchas de las formas dadas en esta administración puede estar bien sustentado y entonces, ni hablar. Grave sería, como todo indica, que el amago sindical sea únicamente una maniobra de presión, porque si algo anda mal en el gobierno capitalino es, precisamente, la burocracia.

TAN MAL, QUE si la cara del gobierno hacia la ciudadanía fuera el trato en las ventanillas del cobro por impuestos, por ejemplo, las encuestas hablarían del descrédito de esta administración.

QUIEN SABE QUE nombre se quiera dar a las peticiones sindicales, pero además del billete para la pachanga, pretenden también una derrama económica de parte de la tesorería, es decir, que se les pague algún porcentaje por cobrar los impuestos de la ciudadanía.

LO MALO ES que uno no se explica cómo puede ser posible tal cosa, después de sentir el trato que la burocracia da a quienes pretenden pagar sus impuestos sin dar ni un centavo a los señores o señoras de las ventanillas.

ESTO SE EXPLICA porque pretenden quedarse con un porcentaje de los impuestos de las muy pocas empresas que pagan impuestos. Con esos señores sí hay buen trato, y hasta les van a cobrar a sus oficinas, esos sí importan.

LA CORRUPCION NO ha podido ser erradicada y, claro, no es posible hacerlo de un día para otro. En los gobiernos de Cuauhtémoc Cárdenas y de Rosario Robles se fincaron las bases para tratar de arrancar de raíz el fenómeno que bloqueaba, impe- día el avance de ciertos programas fundamentales.

CON LOPEZ OBRADOR se ha ido a fondo, se le ha dado la vuelta a la ventanilla y esto ha permitido señalar nuevas rutas al gobierno, pero rompió el caparazón corrupto de la burocracia protegido desde los liderazgos sindicales.

HOY, PARA LA cúpula sindical, que sigue siendo priísta, el primer lugar en la agenda no es nada más retomar los privilegios perdidos, sino crear una opción al muy maltrecho priísmo que en la ciudad ya no califica.

O BIEN, DEJEME usted ser mal pensado: de lo que se trata es de cumplir un pacto bien definido, a fin de cuentas aquello de la ayuda para gobernar debería traducirse en el complot para desacreditar, y nada más.

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