Plantea una mediación internacional para
terminar con 40 años de conflicto armado
El derechista Alvaro Uribe gana por mayoría
la presidencia en Colombia
Obtuvo 52.9 por ciento de votos contra 31.8 por ciento
de Horacio Serpa, su más cercano rival
AFP, REUTERS Y DPA
Santafe de Bogota, 26 de mayo. El independiente
de derecha Alvaro Uribe, el hombre que conquistó al electorado con
su oferta de mano dura para acabar con los grupos armados, fue electo
este domingo presidente por mayoría absoluta, y en su primer discurso
planteó una mediación internacional para dialogar por la
paz y acabar con cuatro décadas de conflicto.
Uribe obtuvo 52.9 por ciento de los votos contra 31.8
por ciento de su más cercano rival, el liberal Horacio Serpa, en
lo que supone un duro golpe a los tradicionales partidos Conservador y
Liberal.
Poco después que se oficializara su triunfo electoral,
con más del 50 por ciento necesario para evitar una segunda vuelta,
Uribe anunció que "mañana a primera hora empezaremos a trabajar
para apelar a una mediación internacional, con objetivo preciso,
con mandato determinado, para buscar el diálogo con los grupos armados
al margen de la ley, sobre la base de que se abandone el terrorismo y se
facilite el cese de hostilidades".
El líder del Movimiento Primero Colombia y disidente
del Partido Liberal añadió que "los grupos violentos, todos,
estamos hechos de esta carne y de estos huesos del alma colombiana. Han
derrochado, han perdido muchas oportunidades para la paz.
"Los
grupos violentos deben saber que estamos como demócratas ratificando
una oferta: construyamos seguridad democrática para que ellos puedan
acariciar la idea de abandonar los fusiles, de hacer política sin
armas, y sin que los maten. Trabajemos ese sueño, pero, por favor,
hay que dar una señal inequívoca de respeto, de afecto y
de alivio al pueblo colombiano", señaló el nuevo mandatario,
quien ha propuesto aumentar el número de miembros de las fuerzas
armadas para combatir a las guerrillas izquierdistas y a los paramilitares
de ultraderecha.
Rodeado de su familia y miles de seguidores reunidos en
un hotel capitalino, Uribe recordó a su padre, asesinado hace 19
años en un intento de secuestro por parte de la guerilla; rindió
homenaje al histórico dirigente liberal Jorge Eliécer Gaytán,
cuyo asesinato dio origen al bogotazo y derivó en el periodo
conocido como La Violencia, que provocó unos 120 mil muertos entre
1948 y 1953.
El virtual presidente electo también evocó
a los ex candidatos presidenciales asesinados, el liberal Luis Carlos Galán
y el ex guerrillero Carlos Pizarro.
También llamó a sus rivales en la jornada
de hoy a unirse para trabajar por Colombia. Todos sus contendientes reconocieron
su triunfo. El último en hacerlo fue Serpa, quien le deseó
"mucha suerte" y anunció que nunca más aspirará a
la presidencia del país.
Ninguno de los otros candidatos obtuvo más de 10
por ciento de los votos. Según el boletín oficial, con 98
por ciento de los votos escrutados, el izquierdista Luis Eduardo Garzón
obtuvo 6.3 por ciento, la ex canciller Noemí Sanín 5.3 por
ciento y la secuestrada candidata Ingrid Betancourt 0.5 por ciento, mientras
la abstención alcanzó 54 por ciento.
El presidente electo ganó incluso en tres de los
cinco municipios de la antigua zona de despeje del sur del país,
que sirvieron como escenario para el frustrado proceso de paz, aunque perdió
frente a Serpa en el municipo de San Vicente del Cagúan, el principal
de los que conformaban aquella zona de 42 mil metros cuadrados.
La embajadora estadunidense en Colombia, Anne Patterson,
fue la primera personalidad en acudir a la sede de Uribe para felicitarlo.
"Creo que los colombianos han querido expresarse por medio de esta elección
contra la violencia", dijo la diplomática de Estados Unidos, país
que apoya con mil 300 millones de dólares el Plan Colombia de lucha
contra las drogas y la insurgencia.
El arrollador triunfo de Uribe convalida sus propuestas
de mano dura para enfrentar a las FARC, después del fracaso
de tres años de negociaciones de paz del gobierno del conservador
Andrés Pastrana, proceso que se rompió el 20 de febrero pasado.
Con esta victoria "hemos asistido prácticamente
al final de las colectividades tradicionales y a la confirmación
de que siete de cada 10 colombianos ya no creen en estos partidos", estimó
esta noche el analista independiente Pedro Medellín.
Añadió que la votación obtenida por
al candidato disidente del liberalismo "también marcó la
sensibilidad de los colombianos ante el tema de la violencia y el frustrado
proceso de paz del gobierno de Andrés Pastrana con la guerrilla
de las FARC".
Incluso, el Partido Conservador no presentó por
primera vez en su historia a un candidato a la presidencia y terminó
apoyando a Uribe, quien tiene como compañero de fórmula al
periodista Francisco Santos.
El virtual presidente electo, además de mano
dura contra la insurgencia, ha prometido una reforma política
y una lucha frontal contra la corrupción, otros de los problemas
que preocupan a los colombianos.
Debido a su postura intransigente con la guerrilla, Uribe
fue víctima de un atentado con explosivos el pasado 14 de abril,
aunque escapó ileso. Las amenazas contra Uribe se hicieron extensivas
al proceso electoral en general.
Preocupación de la OEA por las presiones de
grupos armados
La
Organización de Estados Americanos (OEA), que supervisó la
campaña y la jornada electoral con una cincuentena de observadores,
mostró en días pasados su preocupación por las presiones
que las agrupaciones armadas irregulares ejercían sobre los votantes
de diferentes regiones del país.
Serpa denunció en varias ocasiones a lo largo de
la campaña electoral que los paramilitares realizaban "proselitismo
armado" en favor de Uribe, a quien además calificó de lo
"más granado del secante neoliberalismo económico".
Pero Uribe negó cualquier vínculo y, por
el contrario, prometió combatir a los irregulares de ultraderecha,
al igual que a la guerrilla, mientras se definió como "un demócrata
con autoridad, un capitalista con conciencia social".
Por su lado, el izquierdista Luis Eduardo Garzón
se convirtió en uno de los candidatos de esa tendencia más
votados en la historia de Colombia, y este día dijo que si bien
está dispuesto a trabajar con el mandatario, advirtió que
su movimiento "hará oposición a la antidemocracia".
El principal desafío de Uribe, quien asumirá
el 7 de agosto próximo por cuatro años, no sólo será
hacer frente a un conflicto armado de cuatro décadas, que provoca
anualmente unas 23 mil muertes y el desplazamiento de cientos de miles
de personas, sino también a una delicada situación económica.
Precisamente en su discurso de esta noche, Uribe convocó
a los organismos multilaterales a "comprender este difícil momento
de la economía colombiana" y la "muy difícil situación
de endeudamiento" de la quinta economía de América Latina.
Los seguidores del presidente electo lo definen como un
demócrata con visión de Estado que pretende reivindicar el
derecho a la vida y la seguridad, y como el único que puede poner
fin a la violencia.
Pero sus opositores consideran que este abogado de 49
años encarna el espíritu revanchista que llevará a
Colombia a una guerra total, pues su propuesta se reduce a "anular los
efectos del conflicto, sin combatir las causas". Otros recuerdan denuncias
según las cuales Uribe adjudicó licencias de aviación
a narcotraficantes cuando estuvo al frente de Aeronáutica Civil.
Pese a estas acusaciones, el candidato de Primero Colombia
pudo sortear las dificultades y transmitir una imagen de hombre calmado,
disciplinado y trabajador.
"Voté por Alvaro porque es el único que
nos ofrece una solución al temor y el sufrimiento que dominan nuestras
vidas; hemos tenido suficiente de violencia, amenazas y asesinatos", dijo
el jubilado Alberto Villamizar.
"Como país, hemos tenido un arma apuntando a nuestras
cabezas durante los últimos 50 años, y es momento de quitarla.
Alvaro propone una actitud fuerte contra las guerrillas, y creo que está
en lo correcto", expresó a su vez Oscar Martínez, vendedor
ambulante de 52 años.
Pero otros se mostraron más escépticos.
"Voté por Serpa porque uno no se deshace de la violencia con más
violencia", explicó Juan Carlos Bedoya, médico de 46 años.
Jornada violenta
La celebración de los comicios estuvo marcada por
la violencia, que arrojó al menos 13 muertos entre guerrilleros
y paramilitares en varias regiones del país, mientras que las autoridades
-que movilizaron a 212 mil hombres- desactivaron ocho coches bomba.
El ministro del Interior, Armando Estrada, declaró
que en relación directa con la elección, los problemas se
presentaron sólo en cinco municipios del sur y el oriente del país.
"Son cinco los municipios en donde la jornada de votación
no ha podido iniciar, porque las FARC destruyeron los materiales electorales.
En el resto de todo el país se están celebrando las elecciones
en completa calma", fue el reporte del ministro Estrada.
En
un hecho sin precedente, las autoridades habían asignado a Uribe
cinco lugares diferentes de votación, por razones de seguridad.
El candidato llegó rodeado de un impresionante operativo
de seguridad hasta uno de esos cinco lugares, la Plaza Bolívar.
Horacio Serpa, Noemí Sanín y Garzón
también se movilizaron este domingo bajo estrictas medidas de seguridad,
aunque no comparables con las que rodearon al favorito, cuya victoria ya
adelantaban las encuestas.
Voto "simbólico" de Betancourt
La candidata Ingrid Betancourt, secuestrada desde el 23
de febrero por las FARC, seguía en carrera, en una campaña
llevada a cabo por su madre y su esposo, quienes se acercaron a una urna
con una foto de la candidata en tamaño natural, para depositar su
voto simbólico.
Cerca de 24 de los 42 millones de colombianos habían
sido convocados a elegir al sucesor de Pastrana.
Venciendo los pronósticos pesimistas sobre la abstención
que causarían las amenazas de los insurgentes contra las elecciones,
largas filas de votantes se vieron desde las primeras horas en los sitios
dispuestos para sufragar, y fueron muchos los que no alcanzaron a depositar
su voto cuando las autoridades anunciaron el cierre del proceso.
Aunque las cifras oficiales señalan que la abstención
se ubicó encima de 50 por ciento, los analistas afirman que en esta
ocasión lo que debe destacarse es la "decisión" de los ciudadanos.
"Realmente es más meritorio que los colombianos
salgan a votar, haciendo frente a la intimidación", destacó
un analista consultado por el canal privado RCN.
Cabe destacar que en Colombia el voto no es obligatorio,
y tradicionalmente se reportan altos registros de abstención. Por
ejemplo, en las pasadas elecciones de 1998, que ganó Pastrana, la
ausencia de las urnas se ubicó en 52 por ciento.