Angeles González Gamio
Grupo Ciudad y Compañía
Con ese sugerente título se formó recientemente una asociación constituida por buena parte de los integrantes del antiguo Fideicomiso del Centro Histórico, tras su desaparición, a fines del año pasado, aunque recientemente resurgió, con unas cuantas personas y fines muy distintos. La actual asociación que preside René Coulomb busca realizar, ahora desde el sector privado, las importantes labores que llevaba a cabo el fideicomiso. Entre otras, apoyar a las personas que restauran casas en el Centro Histórico y orientar a inversionistas.
Allí efectuaban los engorrosos trámites para obtener el subsidio del predial, conseguir licencias en el INAH y la delegación, y brindaban asesoría técnica. Todo esto lo puede efectuar el grupo, así como "planear, promover, asesorar y evaluar todos aquellos proyectos, obras y servicios que propicien la recuperación y conservación del patrimonio cultural, histórico, arquitectónico y urbano de los mexicanos, particularmente el que está inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO".
Para desarrollar su labor se han instalado en una estupenda mansión, que recientemente restauró la familia Atri, con la asesoria del viejo fideicomiso. Situada en la hermosa calle de Gante, en el número 21, esquina con Venustiano Carranza, tiene rica historia.
Un patio y bodegas del antiguo convento grande de San Francisco ocupaban el predio hasta que fue fraccionado y vendido, a mediados del siglo XIX, como efecto de las leyes de exclaustración de los bienes religiosos. Para destruir de manera más efectiva el inmenso convento, en donde se decía que se había realizado una conspiración, se le mutiló con la apertura de la calle de Independencia, hoy 16 de Septiembre, y con la de fray Pedro de Gante, que la cruzaba y que habría de ampliarse para llegar a Venustiano Carranza, en el último tercio de esa centuria.
Justamente en esa esquina se edificó una enorme y bella mansión, que se dice fue una elegante "casa de mancebía" a la que acudían políticos y empresarios porfiristas y, en ocasiones, el mismo don Porfirio. La distribución y dimensiones de la residencia le dan verosimilitud a la historia. Años más tarde se instaló ahí el célebre Jockey Club, que al poco tiempo se trasladó a la cercana casa de Los Azulejos.
En uno de los locales de la planta baja funcionó por muchos años una popular tortería, que administraba la madre del escritor Gustavo Sáinz, quien posiblemente aquí se inspiró para escribir algunas de sus excelentes novelas urbanas. Era sitio de reunión de los aficionados taurinos, ya que además de las sabrosas tortas podían adquirir boletos de reventa para los toros.
Precisamente enfrente, la Compañía de Luz ocupó un hermoso edificio que parece traído directamente de un bulevar parisino. El numeroso personal y el público que acudía llevaron a un emprendedor alemán a abrir, en 1933, el Salón Luz, en el que ofrecía comida típica de su terruño: carne cruda, chamorros, salchichas y demás sabrosuras germanas. Es famosa la sopa de la casa, con pollo, huevo duro y verduras; excelente para crudos. El sitio todavía existe y es una buena opción para comer cuando vaya a visitar al Grupo Ciudad y Patrimonio, para que lo orienten sobre la mejor manera de comprar, rentar o restaurar en uno de los centros históricos más bellos del mundo. Seguramente aquí se encontrará con algunos del pueblo, esto es, los de la comunidad que estamos aquí cotidianamente y que compartimos gozos y problemas.
Y hablando de lugares bellos, en el número 25 de la revista Crónicas de la Ciudad de México, que publica trimestralmente el Consejo de la Crónica, aparece un delicioso artículo de Clementina Díaz y de Ovando sobre el esplendor de Tacubaya en el siglo XIX; lo acompaña otro de gran interés, de Hernán Lara Zavala, que habla de la ciudad de México en la novela y, como siempre, un extenso artículo-reportaje, con frutos del Programa de Historia Oral del consejo, que ahora nos acerca a sitios históricos en la delegación Miguel Hidalgo, a través de las frescas voces de sus habitantes más antiguos. Está a la venta en las librerías del Fondo de Cultura Económica, así como en Parnaso, Péndulo y Gandhi.
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