Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 26 de mayo de 2002
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Cultura
ENTREVISTA

"Ignoran los jóvenes cuánto costó abrir la pintura mexicana''

Recuerda que estuvo inmerso, ''sin siquiera buscarlo'', en el movimiento de la ruptura, tema de una gran colectiva que se exhibirá en el Museo Cuevas y en la que, por supuesto, participa el artista

MERRY MAC MASTERS

Cien obras sobre papel. 1960-2002 es la reciente exposición de Vicente Rojo que se inscribe en la gran colectiva de artistas de la ruptura que el Museo Cuevas (Academia 13, Centro Histórico) preparó para celebrar su décimo aniversario y que hoy se inaugura al mediodía. ''Se trata de una especie de diario o cuaderno que ahora se hace público'', explica Rojo; está compuesta de notas sobre las series que integran su producción.

"Es curioso, porque en 1964 hay un 'México bajo la lluvia', una primera idea, y después, a finales del 88, están las tres obras con las que termina la serie".

También hay homenajes a Gaudí y Klee, algunos estudios sobre pinturas, dos timbiriches y diseños para la serie Señales.

''Son obras que pueden pensarse en algún momento para un cuadro, aunque no son bocetos, y que tienen, según yo, un valor en sí''.

Cuando Rojo empieza una pintura lo hace a partir de una idea vaga, ambigua, que va adquiriendo cuerpo; "no me gusta partir de algo que haya trazado antes".

Las técnicas empleadas: gouache, tinta, acrílico, gouache y lápiz, tinta y gouache, tinta y crayola, acuarela, técnica mixta, y técnica china y gouache.

Esta es la segunda vez que el artista exhibe en forma individual en el recinto de su compañero de ruptura, José Luis Cuevas.

-¿Cambió el objetivo de la obra sobre papel?

-Sí, fue evolucionando. Todavía en 1967 hay un principio de lluvia donde ya estaba la diagonal. Luego, hay tres trabajos paralelos hechos con tres poetas: Octavio Paz, José-Miguel Ullán y José Emilio Pacheco, algunos recuerdos. Hay bastantes piezas de más pequeñito formato, aún de la serie Paseo de San Juan. Luego empiezan, a finales de los 80, algunos volcanes, el tema que trabajo ahora. Hay códices. Hay escenarios primitivos, algunos como obra en sí misma, otros como estudios. Hay algún escenario junto al mar.

La mayoría de las obras fueron hechas de viaje en París, Nueva York, Puerto Vallarta, Madrid, Barcelona o Cuernavaca. De hecho, la exposición fue pensada para itinerar debido a la tarea de Rojo como miembro de El Colegio Nacional.

Además de que exhibió en Madrid y Barcelona, en México estuvo en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, la Galería del estado en Jalapa, el Instituto Veracruzano de Cultura y en el Museo José Guadalupe Posada, de Aguascalientes. A Rojo le gusta mantener al día la selección de la obra: hay dos gouaches de apenas hace tres semanas.

Muchas de las obras, entonces, fueron hechas en hoteles, en estudios improvisados o en casas de amigos a las que Rojo fue invitado.

-¿Acostumbras dibujar sobre servilletas?

-Bueno, en servilletas dibujaba gatos, pero ya hace mucho tiempo que me olvidé de los gatos. No tanto en servilletas, pero si voy a trabajar en un hotel, por lo general lo hago por las noches. Me llevo un cuaderno común y corriente y un estuche de gouache o de acuarela, y en una mesa del hotel, con una lámpara del hotel, allí puedo trabajar con tranquilidad.

A Rojo le resulta particularmente grato exhibir de nuevo en el Museo Cuevas, pues por un lado ha mantenido una relación cercana con José Luis; por cercana, aclara, se refiere a "afecto y admiración por su obra", y por el otro, Rojo fue el diseñador del logotipo del museo, que todavía se emplea.

El logotipo consiste en una eme central y dos ces, una reconocible y otra invertida. A Rojo le gusta invertir las letras, "porque pienso que toda creación, en especial la de José Luis Cuevas, es una inversión de la realidad. Es una manera de presentar la realidad de otra manera".

Con motivo de la muestra, Cuevas escribió un texto en el que se refiere a las "pequeñas obras maestras, lúdicas y encantadoras" de Rojo.

"La emoción que me producen -agrega- es similar a la que me produjo cuando por primera vez vi las acuarelas de Paul Klee en una de las salas de la galería Phillips de Washington".

Rojo sitúa su relación con Cuevas a mediados de los cincuenta, "cuando José Luis empezó a publicar sus artículos en oposición a la 'dictadura' de la Escuela Mexicana de Pintura, en el suplemento México en la Cultura que dirigía Fernando Benítez. Era una persona absolutamente desconocida; además, oficiaba allí como diseñador. También me gustaba mucho el trabajo de José Luis. Con la misma intención de Benítez, al diseñarlo podía destacar sus textos e ilustraciones. De esto José Luis se enteró muchísimos años después.

"Desde ese entonces tuve mucha admiración por él y entramos a una relación que se ha mantenido muy bien, porque siempre ha sido muy educada por parte de los dos, teniendo en cuenta que tenemos caracteres muy diferentes, diría, opuestos".

-Mencionaste ''la dictadura de la Escuela Mexicana'', ¿cómo te afectó?

-Es una manera un poquito en broma de decirlo. Lo que pasa es que mi generación, que ahora se llama de ruptura -un término que no me gusta mucho-, empezó a tratar de abrir puertas, ventanas, a una pintura que estaba ya anquilosada. En mi caso concreto, desde que llegué a México la Escuela Mexicana me pareció maravillosa, sobre todo en sus grandes creadores y en creadores que ahora son grandes y que entonces estaban sumergidos por la presencia bárbara de tres grandes. Bueno, el ejemplo de Tamayo, Mérida... y otros más cercanos a mí en edad que fueron Pedro Coronel y, sobre todo, Juan Soriano, pues habían creado el principio de una ruptura, de esa apertura de caminos.

''Me vi inmerso sin realmente ni buscarlo. No era mi plan. Pero como había toda una generación de artistas que nos reuníamos, hablábamos de pintura y tratábamos un poco de abrir ese campo que a partir de esos esfuerzos y esa persistencia se logró abrir la pintura mexicana, incluso, a las corrientes que se realizan ahora. Muchos de esos pintores jóvenes seguramente no saben el esfuerzo, el interés que pusimos quienes creo logramos ampliar el panorama de la pintura mexicana.

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