Anuncia ante 300 mil personas que prolongará
su silencio sobre la política de Bush
Cuba, firme aliado del pueblo de Estados Unidos contra
el terrorismo, asegura Fidel Castro
"Nos duele que un solo estadunidense crea que podemos
dañarlo a él y su familia", dijo
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 25 de mayo. Evocando la decisiva influencia
de la opinión pública de Estados Unidos para detener la guerra
de Vietnam en los años 70, el presidente Fidel Castro intentó
hoy abrir una brecha informativa en el pueblo estadunidense dándole
garantías de que Cuba es un firme aliado contra el terrorismo, pero
anunció que le tomará más tiempo aún responder
a los discursos de George W. Bush sobre la isla del lunes pasado.
Las relaciones entre los pueblos de Cuba y Estados Unidos
"han ido mejorando día a día, en especial desde que 80 por
ciento de sus ciudadanos apoyó la devolución del niño
secuestrado a su familia y a su patria", dijo Castro ante una multitud
en la ciudad de Sancti Spiritus, capital de la provincia del mismo nombre,
en el centro del país.
La
alusión a Elián González, el balserito que
sobrevivió a un naufragio en el que mu-rió su madre, hace
dos años y medio, y fue retenido en Estados Unidos en medio de una
ríspida batalla política y legal, subrayó el peso
que atribuye Castro a las capacidades de la reacción popular en
aquel país. A los ocho años de edad, Elián tiene su
nombre en unos 50 mil sitios de Internet y es un habitual invitado de honor
de las concentraciones políticas relevantes en Cuba. Este sábado
escuchaba a Castro en primera fila, junto con su padre Juan Miguel.
La Tribuna Abierta de la Revolución, la habitual
concentración de fin de semana de respaldo al gobierno, reunió
hoy a más de 300 mil personas, según las autoridades, procedentes
de Sancti Spiritus, Ciego de Avila y Villa Clara. Tres carreteras locales
fueron cerradas para facilitar la movilización, y los particulares
fueron advertidos del paso de las caravanas de vehículos que esta
madrugada trasladaban a los asistentes al mitin, cuyas dimensiones son
una señal de la importancia que quiso darle la dirigencia cubana.
"Siempre he pensado, a partir de mis reflexiones sobre
la más reciente historia de ese país, que el pueblo estadunidense
puede apoyar una mala causa, y no pocas veces lo ha hecho, pero para ello
primero hay que engañarlo", dijo Castro.
Recordó que durante la guerra de Vietnam las imágenes
que recibía ese país de jóvenes que volvían
muertos "contribuyeron en alto grado a su toma de conciencia sobre lo estéril,
injusto y absurdo" del conflicto. Pero en el caso de Elián, a quien
la justicia de Estados Unidos ordenó devolver a su padre que lo
reclamaba en Cuba, la población estadunidense "no vaciló
en po-nerse al lado de lo justo. ¡Eso Cuba no lo olvidará
nunca!", señaló el mandatario.
Una mano extendida
"En sus dificultades actuales y en la lucha contra el
flagelo del terrorismo, el pueblo de Estados Unidos puede contar con este
pueblo amistoso, solidario y generoso", agregó Castro, quien fue
insistente al ofrecer al estadunidense común la mano extendida de
los cubanos: "Nuestra lucha no es ni será jamás contra el
pueblo de Estados Unidos. Quizás en ningún otro país
se reciba a los ciudadanos estadunidenses con el respeto y la hospitalidad
con que se les recibe en Cuba. Somos hombres de ideas y no una comunidad
de fanáticos. Nunca en Cuba se culpó ni sembró odio
contra el pueblo de Estados Unidos por las agresiones que hemos sufrido
de sus gobiernos".
En contraste, Castro anunció que prolongará
su silencio sobre la política de la Casa Blanca hacia Cuba, anunciada
el lunes pa-sado: "Al señor Bush le vamos a responder todos. Sus
afirmaciones y argumentos serán analizados uno por uno. Ya se viene
haciendo concienzudamente. Nadie se impaciente. Es una tarea que lleva
tiempo. Apenas estamos comenzando".
El tiempo de reflexión que pidió Castro
deja sin respuesta por ahora la iniciativa de Bush de condicionar el levantamiento
del bloqueo económico contra la isla a la apertura de las elecciones
a la oposición, la liberación de presos políticos
y la libre contratación y sindicalización de trabajadores,
entre otros puntos. Aunque Castro no lo mencionó en su discurso,
también ha prolongado en la práctica el silencio sobre las
iniciativas que trajo durante su visita hace dos semanas el ex presidente
estadunidense Jimmy Carter, quien abogó porque Estados Unidos dé
el primer paso en el diferendo bilateral, cesando el embargo, para que
Cu-ba abra su sistema político y económico.
La reserva del líder cubano parece corresponder
a la volatilidad de la política estadunidense en una época
prelectoral como ésta, que sólo distinguirá entre
realidades y propaganda cuando estén consolidados los re-sultados
de los comicios de noviembre próximo, consulta en donde se elegirán,
entre otros cargos, el de gobernador de Florida, donde aspira a la relección
el actual mandatario, Jeb Bush, hermano del presidente, con el apoyo del
exilio radical anticastrista.
"Duele profundamente que a ese pueblo, de esencia noble,
se le trate de engañar con la diabólica invención"
de que Cuba produce o planea producir armas biológicas, dijo Castro,
en otra forma de replicar a la acusación lanzada hace tres semanas
por funcionarios de Washington.
El mandatario aludió también a la inclusión
de Cuba en la recién divulgada lista estadunidense de gobiernos
que auspician el terrorismo. En la misma línea, Castro pu-so el
acento en su potencial auditorio popular: "Más que la preocupación
por el daño moral y político que puede derivarse de tan canallescas
acusaciones, nos duele la idea de que un solo estadunidense llegara a creer
que desde Cuba pudiera originarse daño alguno a él, a su
familia y a su pueblo".
Otros oradores en la tribuna aludieron en extenso al historial
de ataques violentos patrocinados o permitidos por Estados Unidos contra
Cuba, que según la dramática relación de este país
ha provocado 3 mil 478 muertes en cuatro décadas.