Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 26 de mayo de 2002
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Economía
José Antonio Rojas Nieto

Quinto Congreso de la AMEE: la energía a debate

¡Nada más oportuno en este momento que una buena reflexión sobre el futuro de nuestro sector energético! Así lo ha entendido la Asociación Mexicana de Economía de la Energía (AMEE), que lunes y martes próximos, en las instalaciones de la rectoría general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), que generosamente ha cedido su local para el acto, realiza su quinto congreso con el objetivo de analizar y debatir el tema Oferta de Energía para el Desarrollo de México; Políticas y Financiamiento. Y con él, por cierto, la AMEE prepara su sexto congreso, que en octubre del próximo año realizará conjuntamente con la rama United States Association for Energy Economics, para analizar los términos en los que pudiera desarrollarse un mercado de energía en América del Norte, en un horizonte de 25 años. Sugerentes actividades y significativas temáticas que ayudarán a fortalecer una asociación que integra a buena parte de los técnicos, profesionistas, académicos y estudiantes mexicanos interesados en eso que Aristóteles identificaría como "crematística de la energía". Sí, los miembros de la AMEE están animados a estudiar y comprender formas, mecanismos, condiciones, instrumentos y esquemas técnicos, sociales, económicos, financieros, legales y políticos de la adquisición de la energía y de su disposición útil para la sociedad. Importante organismo social, sección mexicana de la Asociación Internacional de Economía de la Energía (IAEE, por su siglas en inglés) que agrupa una parte importante de los más prestigiados especialistas en cuestiones de energía en el mundo.

Y decía que nada más oportuno que este congreso, porque tanto el dictamen de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre las modificaciones del Reglamento de la Ley del Servicio Público de Electricidad (que, incluso, sugiere una revisión de esta ley en el contexto de los artículos 27 y 28 constitucionales), como la decisión de la mayoría del Senado de desechar las iniciativas de reforma de la industria eléctrica con cambio constitucional, ambos hechos en conjunto han abierto una fase, obligadamente nueva, del debate sobre los cambios ya no sólo de la industria eléctrica, sino de toda la energética: petróleo, gas natural, petroquímica y electricidad, debate en el que, sin duda, los miembros de la AMEE están comprometidos.

¿Cómo se podrá o se deberá desarrollar el sector energía en los próximos años? ¿Existen los instrumentos necesarios para respaldar su financiamiento? ¿El marco institucional es apropiado? ¿Qué papel puede y debe jugar la industria privada? ¿Se plantea una encrucijada entre las necesidades financieras del desarrollo de este sector fundamental y las políticas desarrolladas? ¿Cuáles son o cuáles pueden ser las bases para el desarrollo impostergable del sector energético mexicano?

Atrás de estas interrogantes está la legítima preocupación de identificar las condiciones en las que debieran desarrollarse las industrias que hasta hoy nuestra Constitución ha declarado estratégicas por tres razones fundamentales: 1) explotan, benefician e industrializan recursos naturales propiedad de la nación; 2) prestan un servicio público esencial para la sociedad en el que, asimismo, se utilizan recursos naturales nacionales; 3) conceden al Estado un poder social legítimo esencial para influir en la determinación del patrón de desarrollo de la nación.

Es una preocupación que hoy -por fortuna y acaso por primera vez en muchos años- comparten amplios sectores de la sociedad y -admirémonos- los tres poderes de la Unión: una Suprema Corte de Justicia que reflexiona con cuidado sobre el servicio público de electricidad y que sugiere una profunda reflexión sobre los artículos 27 y 28 de la Constitución; un Poder Legislativo que ha decidido abrir lo que podríamos llamar un nuevo comienzo para discutir los asuntos de energía; finalmente un Poder Ejecutivo que, sin duda, debe moderar su obsesión privatizadora para que su legítima preocupación de cambio resulte de verdad útil a la sociedad y a la nación.

Por todas estas razones y por el sensible contexto en el que se realiza, este quinto Congreso de la Asociación Mexicana para la Economía Energética adquiere especial relevancia. ¡Enhorabuena!
 
 

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