Director del Oriente

Erradicados, los privilegios en reclusorios

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

Se acabaron los privilegios que existían en los reclusorios para los presos de elevados recursos económicos, aseguró el director del Reclusorio Oriente, Erasmo Pérez Córdoba. Sin embargo, señaló que hay estancos en los que esas personas se encuentran aisladas del resto de la población, pero es por su seguridad, pues cuando llega una persona con aspecto "de gente rica" o de clase media los internos inmediatamente la ubican "y los primeros en caerle son los extorsionadores", quienes les piden elevadas sumas de dinero a cambio de respetar su integridad física e incluso su vida, explicó.

Precisó que esos sujetos se encuentran coludidos con gente en el exterior que intercepta a los familiares al salir de la visita y les pide dinero; "claro que la familia entra en pánico y generalmente tiene la capacidad de pagar. Esto es de lo más común y no lo hemos podido eliminar".

Advirtió que los internos que son víctimas de ese tipo de situaciones difícilmente las denuncian, "porque son tan bárbaros, tan sanguinarios (los extorsionadores), que no se miden en asesinar a una persona, incluso para hacerlo como ejemplo para los demás que quieran denunciar a estas bandas que subsisten en los reclusorios".

Reiteró que no se trata de privilegios como existieron antes, cuando el poder económico de los internos les permitía contar con comodidades, lujos y mujeres, de manera que incluso se hablaba de verdaderas orgías dentro de sus celdas.

Explicó que en el caso del Reclusorio Oriente hay alrededor de 50 personas de altos recursos económicos que se encuentran aisladas del resto de la población en uno de los dormitorios, para evitar que sean objeto de extorsión.

Agregó que la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal con frecuencia solicita ese tipo de medidas para algunos presos que se encuentran en situación de vulnerabilidad en prisión. Aclaró que el hecho de que algunos internos cuenten con televisión o radiograbadora en sus celdas no puede considerarse un privilegio, pues es común que el Consejo Técnico Interdisciplinario autorice a quienes tienen buen comportamiento introducir ese tipo de aparatos, como incentivo.