De Tavira y Margules emiten diagnóstico sobre la producción escénica en el país
Mediocridad y basura comercial ''se multiplican'' en el teatro mexicano
Tener la sala llena pareciera ser el parámetro predominante, sostiene el primero
Inverosímil, no ser un imperio con personajes como Sor Juana e Ibargüengoitia, dice el otro
ARTURO JIMENEZ
En el teatro mexicano se ''multiplica la mediocridad", asegura Luis de Tavira, mientras Ludwik Margules sostiene que cada vez más prolifera una ''basura teatral", comercial y light, que amenaza contaminar a esta actividad.
Ambos directores realizaron una amplia reflexión sobre el quehacer teatral en el país, la cual devino por momentos en un diagnóstico. De Tavira y Margules participaron en la mesa ƑCómo se produce teatro en México?, convocada para presentar el número dos de la revista Paso de Gato.
La mesa se desarrolló la noche del miércoles en El Foro Teatro Contemporáneo y participaron además Jaime Chabaud, director de esa publicación, así como Luz Emilia Aguilar Zinser, Carlos Nóphal y Rodolfo Obregón.
Luis de Tavira observó una ''ausencia terrible" en México: la capacidad de organización. El esquema de los países que han alcanzado un nivel en teatro se basa en la organización, indicó.
Luego de destacar que tener el ''teatro lleno" pareciera ser el valor predominante, evocó a Rodolfo Usigli, quien decía que el dilema del teatro es existir. ''Y al parecer nos conformamos con eso. El teatro sí existe, pero en una perpetua agonía."
En el teatro mexicano, dijo, falta profesionalismo, continuidad y articulación. ''Somos como perinolas, cada una en su eje, cada quien salva su proyecto como puede. No sentimos propio el trabajo del otro."
Tampoco, agregó De Tavira, hay proyectos ni estrategias. ''Sólo producimos eventos. Hay un terrible dispendio público. Creamos una obra y luego otra, pero no hay un discurso."
Mientras se dispendian los medios, los modos a los que se recurren son contraproducentes, explicó.
''La multiplicación de la mediocridad no construye al teatro, sino que lo destruye", advirtió. Y acerca de la necesidad de instituciones, precisó: "La Coordinación Nacional de Teatro apenas se coordina a sí misma, pero no coordina el teatro en el país".
Productores de campo
Ludwik Margules habló del ''analfabetismo" en el medio teatral mexicano y de la escasez de materiales teóricos. También falta conocer la dramaturgia actual de otros países, dijo, para no convertirse en una comunidad de ''autorreferencia".
En México no existe la especialidad académica en ''planeación de producción" y en el medio teatral hay más bien "productores de campo" preocupados por abaratar los costos.
Es inverosímil, ponderó, que no seamos un país o un imperio teatral habiendo aquí gente como Sor Juana Inés de la Cruz o Jorge Ibargüengoitia. Y preguntó: ''ƑDónde están las trincheras de lo que es la tradición teatral?". Aclaró: ''Respeto al teatro comercial porque no levanta banderas artísticas. Son abarroteros".
Comentó que existe confusión entre el problema laboral y el de la vocación. De día, agregó, el actor tiene que ganarse el pan en la televisión y en la noche, ya cansado, tratar de confirmar su vocación.
''ƑPor qué los teatreros no podemos vivir del teatro?", planteó. Aunque reconoció: ''Somos nosotros los que permitimos esto".
Respecto de la calidad, advirtió que sin reciprocidad de la parte creativa ''las instituciones seguirán tratándonos como quieran".