Los recursos de la banca de desarrollo se diluyen en gastos administrativos, reconoce
Ya viene China y no hay dinero para reconvertir pequeñas y medianas empresas, advierte Nafin
HUMBERTO ORTIZ MORENO ENVIADO
Torreon, Coah., 23 de mayo. Ya viene China y en México no hay dinero para reconvertir a tiempo a 80 por ciento de las pequeñas y medianas empresas formalmente establecidas, que suman 600 mil, para que puedan competir favorablemente en los mercados, advirtió aquí Mario Laborín, director general de Nacional Financiera (Nafin).
Reconoció que la mayor parte del presupuesto de la banca de desarrollo se diluye en gastos administrativos y burocráticos; que las instituciones de fomento no responden a las necesidades de financiamiento del aparato productivo y que 130 planes se pierden en la estructura de diversas dependencias federales, nueve instituciones y más de 12 fondos de fomento.
El interés por apoyar a las pequeñas y medianas empresas a partir de los años 70 se ha quedado más en el discurso político que en una realidad consistente, admitió ante industriales. De 1994 a la fecha el crédito al sector privado cayó hasta 90 por ciento.
''Con más de siete décadas de vida, la banca de desarrollo muestra signos claros de obsolescencia e ineficiencia'' y ha operado sólo como apaga fuegos de corto plazo, sin planeación estratégica de apoyo a las empresas, planteó Laborín ante el pleno de la Convención Nacional de Delegaciones de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), que concluirá hoy por la noche.
Guillermo Aelo, vicepresidente nacional del organismo privado, refutó al final los programas de fomento expuestos por Laborín, toda vez que sus asociaciones con bancos privados solamente han encarecido el empréstito con tasas de interés al doble de las que rigen el mercado.
El director de Nafin expuso que la banca de desarrollo cuenta con una base económica débil para soportar tanta burocracia, y el dinero se gasta en su mayor parte en la nómina y no en el fomento empresarial. Los respaldos financieros son escasos, además, porque Nacional Financiera no recibe subsidios, tiene que fondearse en los mercados y no hay suficientes recursos fiscales cuando el gobierno enfrenta fuertes gastos.
Por tanto, dijo Laborín, actualmente se apoya a las empresas existentes y no a los nuevos negocios. ''Estamos apenas tratando de soportar lo que tenemos y aún así no se atiende'', mientras más empresas siguen ''muriendo''.
Las causas de tal escasez financiera son las crisis recurrentes de los últimos 25 años, la carencia de planeación estratégica, ausencia de mandato claro y focalización del cliente, falta de autonomía de gestión con órganos adecuados de administración, y en el caso de Nafin, que ha tenido 11 directores generales en los últimos 20 años, a razón de dos por año.
El funcionario comentó que una encuesta levantada entre mil 400 pequeñas y medianas empresas revela que en México el financiamiento para ese segmento productivo proviene principalmente de las familias, amigos y parientes, y solamente uno por ciento de la banca privada.
Del crédito canalizado a las pequeñas y medianas empresas, añadió, sólo 13 por ciento es para reinvertirlo en los establecimientos y 16 por ciento para restructurar pasivos, mientras el 75 por ciento restante es destinado al capital de trabajo. Advirtió entonces, frente a este panorama: ''Ya viene China y no hay dinero para reconvertir las empresas''.
Nafin tiene en sus proyectos de fomento un mercado total de 700 mil pequeñas y medianas empresas registradas en el IMSS, de las cuales 80 por ciento no tendrá tiempo ni crédito suficiente para transformar sus estructuras productivas y competir con éxito frente al gigante asiático.
Mientras, la banca de desarrollo sostiene un pesado aparato burocrático de casi 10 mil empleados para 500 mil clientes, contra sólo 270 de España para 2.5 millones de acreditados