Revelan que el cadáver fue despojado de vísceras
Macedo, al polígrafo, pide Vélez Pelayo
JESUS ARANDA
Ante las irregularidades, falta de transparencia y mentiras en que ha incurrido la Procuraduría General de la República (PGR) para negar la tortura que sufrió Guillermo Vélez Mendoza, su padre, Guillermo Vélez Pelayo, demandó la aplicación de la prueba del polígrafo a los agentes involucrados en el asesinato de su hijo, al subprocurador Carlos Vega Memije, y al procurador Rafael Macedo de la Concha.
Tras 48 horas de la exhumación del cadáver de Guillermo, peritos forenses presentados por la familia de la víctima insistieron en que fue torturado el presunto integrante de la banda de Los Antrax, no sólo porque legalmente se tipifica el delito en que incurrieron los agentes federales, sino porque la necropsia practicada este martes reveló lesiones que no coinciden con la posición oficial de la PGR.
En conferencia de prensa, en la que participaron los peritos en medicina forense Adrián Ramírez, Ricardo Loewe y Jesús Miranda Sánchez, se mostraron otros elementos que "confirman" la presencia de tortura en la muerte de Guillermo Vélez.
Entre estos datos destacaron que, según las constancias y las declaraciones ministeriales que obran en el expediente, el comandante Hugo Armando Muro Arellano -señalado por la PGR como el que mató a Vélez al aplicarle una "llave china" cuando éste pretendía huir- no presenta en ningún examen médico que se le hicieron huellas de raspones o heridas que tendría que haber sufrido, si hubiera forcejeado con el detenido y que hubieran caído al suelo.
Es decir, al no presentar Muro -actualmente prófugo- lesiones por caída, se desvirtúa la versión oficial.
Agregaron que la exhumación evidenció que la víctima tenía una lesión en la coronilla, producida por un golpe que no pudo ser causado en la forma en que la PGR afirma que Vélez fue sometido, lo que derivó en la fractura de la manzana de Adán y la muerte por asfixia.
Revelaron que el cadáver de Guillermo ya no tenía las vísceras en la reciente exhumación, lo que es una irregularidad, pues si bien fue embalsamado, de acuerdo con la Ley Sanitaria, cuando se practica una necropsia o embalsamamiento las vísceras permanecen en el cuerpo. Los especialistas dijeron que esto era importante, porque al no haber esos órganos, no se logró efectuar estudios adicionales que habrían demostrado huellas de tortura.
Añadieron que quedó establecido que el fallecimiento de Vélez Mendoza ocurrió entre las 0:30 y las 2:30 del día siguiente a su detención, y que las lesiones que sufrió no tardan más de 15 minutos en producir el deceso, lo que echa abajo la versión oficial de que murió alrededor de las 10 de la noche, cuando el detenido intentó huir. Hay un lapso de más de cuatro horas en que se desconoce qué sucedió y en el que habría ocurrido la tortura que lo mató.
La PGR insiste en que el sometimiento de Vélez ocurrió cerca de las 10 de la noche, lo cual, aseveraron, es falso y demuestra que la víctima fue torturada en la dependencia, y no que murió cuando pretendió escapar.
Loewe se refirió también a Robert C. Bux, de Physicians for Human Rights, cuyo dictamen avaló la posición oficial de que no hubo tortura y que fue difundido el día de la exhumación. Sin querer entrar en descalificaciones, precisó que el estadunidense careció de la información necesaria, además de que no tiene claro que, conforme a la legislación mexicana, la forma violenta en que falleció Vélez, para quien no existía orden de aprehensión, está tipificada como tortura, independientemente de la duración de la detención.