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El Hadji Diouf, carta fuerte del equipo
Senegal cumple sus sueños al debutar en su primera
Copa
AFP
El
equipo de Senegal cumple, por fin, sus sueños de participar en su
primera Copa del Mundo. Aventajando a tres grandes del futbol africano
(Argelia, Egipto y Marruecos), los leones senegaleses lograron lo
que, hasta hace unos meses, era considerado como una utopía, como
algo imposible.
Los futbolistas senegaleses, fornidos y excelentes atletas,
emigran sobre todo a Francia, y desde este país llegó en
noviembre de 2000 el nuevo entrenador, Bruno Metsu, de 47 años,
con la misión de clasificar a Senegal para la Copa Africana de Naciones
2002.
No sólo lo consiguió, sino que además
fue subcampeón continental a principios de año en Malm, cayendo
en penales frente a Camerún.
De los cinco equipos africanos clasificados para la Copa
del Mundo (con Camerún. Nigeria, Sudáfrica y Túnez),
Senegal es el único en descubrir la competición mundialista.
La ambición de los leones senegaleses se
ha ampliado, ya que desean alcanzar las semifinales y convertirse, de paso,
en la mejor selección africana.
El milagro senegalés se apoya en varios pilares:
una defensa sólida y habituada a los duelos aéreos de la
primera división francesa. Lamine Diatta (Rennes) y Aliu Cissi (Parms-SG)
forman un dúo infranqueable, acompañados en los laterales
por Ferdinand Coly (Lens) y Umar Daf (Sochaux).
En el medio campo Salif Diao (Sedán) y Pape Sarr
(Lens) son los grandes recuperadores de balones que saben alimentar a los
goleadores, en este caso El Hadji Diouf (Lens), autor de ocho tantos en
las eliminatorias.
La nueva perla negra senegalesa ha salido a la luz, y
una parte del continente africano sueña ya con algo más que
la mera presencia de los leones.