La puesta en escena de Jorge A. Vargas se presenta
los lunes en La Gruta
Arte, pornografía y burocracia en El censor
A partir de la obra, ''se tiene que discutir sobre la
libertad ante la derechización del país''
CARLOS PAUL
¿Arte o pornografía? A partir de ese planteamiento
El censor, del dramaturgo Anthony Neilson, que se escenifica en
La Gruta del Centro Cultural Helénico, hace una crítica a
la moral conservadora de la burocracia institucional.
En
la obra dirigida por Jorge A. Vargas se reflexiona no sólo acerca
de los límites entre el arte y la pornografía, "sino que
también debate, por un lado, sobre las decisiones de una burocracia
institucional, y por otro, sobre las posturas artísticas y humanas
que extienden los límites que la censura insiste en marcar", expresa
el creador escénico.
Tal situación, comenta, "es una ejercicio importante
en estos tiempos en los que si nos descuidamos podría pasarnos lo
que a los franceses, quienes descubrieron que la ultraderecha siempre está
al acecho".
De nosotros, añade, "depende que podamos ejercer
una resistencia, a partir del tipo de visiones que propone El censor.
Se tiene que discutir sobre la libertad en términos de acceso a
la información, pues de otra manera estamos perdiendo ese debate
ante la derechización de nuestro país".
Dicho enfrentamiento gira en torno a la señorita
Fontaine, quien propone otra visión de la sexualidad -y del arte
como medio para expresarla-, y el censor, representante de la burocracia
institucional y su moral conservadora.
"Intentamos construir un mundo subterráneo, reflejar
las partes más oscuras de las grandes estructuras institucionales.
La atmósfera intenta recrear el sótano donde se encuentra
la oficina del censor, como si fuera un descenso al infierno clandestino
de esas instituciones que ejercen la censura, llámese censura artística
o política".
De manera paralela a la construcción del hábitat
del censor, "se recrea también la arquitectura de su memoria. De
este hombre que ha regresado de un viaje y que comienza a recordar. Todo
es una visión retrospectiva, por tanto reconstructiva del recuerdo
de lo que le pasó en su vida".
A partir de una película polémica que es
considerada pornográfico, y por lo tanto censurable, la señorita
Fontaine, su autora, enfrenta al responsable de la censura. No sólo
sostiene que su cinta no es pornográfica, sino que es una obra de
arte que representa una visión contemporánea y liberadora
de los atavismos sociales. "Todo gira alrededor de ese enfrentamiento,
en el que la artista no sólo penetra en ese mundo oscuro, sino que
va incidiendo en la vida del censor, hasta que se vuelve un debate humano,
de las relaciones íntimas de ambos".
Con las actuaciones de Arturo Ríos, Laura Almela
y Alicia Laguna, la escenografía de Edyta Rzewuska y el diseño
sonoro de Gonzalo Macías, El censor, se presenta los lunes
a las 20:30 horas, en La Gruta (Revolución 1500, San Angel).