Garantías vulneradas
El maltrato infantil ocurre en todas las clases sociales y afecta el desarrollo integral de los y las menores, sobre todo en lo relativo a su desenvolvimiento personal y posteriormente en lo escolar, social y laboral.
Con frecuencia el agresor es el padre, madre de familia o alguien que tiene al niño o niña bajo su custodia con el fin de darle protección y educación. Este fenómeno es muy común en una sociedad como la mexicana, en la que es normal la opresión constante y sistemática de los menores.
Ocurre aun cuando desde 1989 la mayoría de los países del mundo suscribieron la Convención sobre los Derechos del Niño, la cual contiene una serie de normas y obligaciones aceptadas por todos que no son negociables.
Define los derechos humanos básicos que deben disfrutar los niños en todas partes, sin discriminación alguna: el derecho a la supervivencia; al desarrollo pleno; a la protección contra las influencias peligrosas, contra el maltrato y la explotación y a la plena participación en la vida familiar, cultural y social.
El maltrato infantil puede ser físico, sicoemocional o sexual; las formas en que se manifiesta varían y pueden ser, entre otras:
-Agresiones físicas: rasguños, moretones, alopecia (zonas de cabellera arrancada), lesiones, heridas.
-Verbales o gestuales: insultos, burlas, engaños, chantajes, amenazas.
-Síquicas: rechazo, castigo excesivo, sadismo, privación de libertad, de juego.