Onésimo Cepeda se reunió con Gobernación
para solucionar conflicto en Santa Clara
Inconveniente, la intromisión del gobierno en
iglesias: Rivera Carrera
Sólo el papa Juan Pablo II podría llamarle
la atención al obispo de Ecatepec, indica el arzobispo
JAVIER SALINAS C. Y ANTONIO ROMAN CORRESPONSAL
Y REPORTERO
Luego que el obispo de Ecatepec Onésimo Cepeda
Silva, por conducto de Gobernación del estado de México y
de personal de asuntos religiosos de la Secretaría de Gobernación
federal, se comprometió con los feligreses de Santa Clara a reabrir
este lunes la iglesia del poblado y sus tres capillas, que permanecen cerradas
desde hace 14 días, este domingo se suspendió una misa con
sacerdotes jesuitas que los pobladores de Santa Clara tenían programada.
Además
se acordó que la iglesia quedará "en manos" de un consejo
parroquial próximo a ser nombrado, del cual el domingo fueron elegidos
cinco representantes de la comunidad, "mientras se designa un nuevo sacerdote"
que sustituya a Fernando Uribe Quintero, que los fieles piden sea removido,
informó Martina Zamora, una de las dirigentes de los inconformes.
Mientras tanto, el arzobispo primado de México,
cardenal Norberto Rivera Carrera, afirmó en relación con
el conflicto en Santa Clara que "no es conveniente" que instancias gubernamentales
intervengan en asuntos internos de Iglesia alguna.
Este domingo, a temprana hora, Onésimo Cepeda se
reunió en la catedral de Ecatepec con el jefe del Departamento de
Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Gerardo
Sánchez Carrasco; el director de Gobernación mexiquense,
Humberto Navarro González, y el director de gobierno municipal,
Armando Robles.
Navarro González dio a conocer en entrevista que
en la reunión se acordó que Cepeda Silva acudirá este
lunes a las 9 horas a la iglesia de Santa Clara a fin de abrir el templo
y sus tres capillas. El obispo encabezará igualmente una misa de
reapertura de la parroquia y estará al frente de la formación
de una comisión parroquial.
Añadió que se ignora si se retirará
o no al párroco Uribe Quintero. "Queda en manos del patronato (la
iglesia). No hay sacerdote en vía de mientras para Santa Clara",
dijo a su vez Martina Zamora.
La comunidad aceptó lo propuesto por Cepeda Silva
por conducto de los representantes de los gobiernos federal y estatal,
de tal forma que se suspendió la misa programada con jesuitas.
Onésimo Cepeda Silva, quien encabezó en
la catedral las celebraciones de Pentecostés, se negó a declarar
a los medios de comunicación sobre el asunto
En tanto, el arzobispo primado de México, Norberto
Rivera Carrera, dijo que no es conveniente que instancias gubernamentales
intervengan en asuntos internos de las iglesias, al comentar el conflicto
entre católicos de Santa Clara y la diócesis de Ecatepec.
Entrevistado al término de su misa dominical en
Catedral metropolitana, que por esta vez se llevó a cabo en el espacio
abierto del atrio, el prelado recordó que ni la nunciatura apostólica
ni ninguna otra autoridad eclesiástica, salvo el papa Juan Pablo
II, puede llamarle la atención al obispo Onésimo Cepeda.
"Desde
el punto de vista gubernamental no es conveniente que el gobierno intervenga
en cuestiones de una Iglesia", dijo el cardenal Rivera Carrera, quien consideró
que el diálogo es el mejor camino para resolver las diferencias
entre el obispo y el párroco del lugar con los feligreses.
La exigencia de un numeroso grupo de feligreses por remover
al párroco de Santa Clara, "porque no respeta las fiestas tradicionales
ni el sentimiento religioso del pueblo", ha derivado, tras varias semanas
de desencuentro, en la decisión del obispo Cepeda de cerrar temporalmente
ese y otros dos templos aledaños.
De esta decisión, Rivera Carrera reconoció
la facultad que tiene un obispo de cerrar un templo, más aún
cuando esta decisión se ha tomado por seguridad de los feligreses,
a fin de que no se presenten casos de enfrentamiento. Sostuvo igualmente
que este tipo de tensiones se registran con mucha frecuencia en las comunidades,
ya sea por la remoción o la permanencia de un sacerdote en el lugar.
Rechazó que este tipo de actos, en los que se llega
al extremo de cerrar iglesias temporalmente, se ahuyente a los católicos.
"Para nada, simplemente se trata de que la gente tiene el derecho de expresar
su opinión, sus sentimientos, si quiere o no quiere a un sacerdote,
pero es ahí donde tiene que entrar la negociación", dijo
el prelado.
Poco antes, desde un improvisado altar levantado en el
atrio de la Catedral metropolitana, frente a la puerta principal, el cardenal
Rivera Carrera encabezó, junto con tres de sus obispos auxiliares,
la misa con la que se celebró el día de Pentecostés,
hecho con el que oficialmente se creó la Iglesia católica.
En la celebración y como recuerdo al inicio institucional
de la Iglesia, la arquidiócesis de México envío a
46 sacerdotes como misioneros en 14 países, diáconos, seminaristas
y religiosas de 12 congregaciones distintas.