A IPAB y a financiar el gobierno, 60% del crédito
BdeM: la banca mexicana, de las que menos prestan en el mundo
DAVID ZUÑIGA
Funcionarios del Banco de México reconocieron que 60 por ciento de los flujos del sistema financiero se destinan al pago del rescate bancario y a otros requerimientos del gobierno; por ello, la única posibilidad de que repunte del crédito es eliminar el déficit público y dar más facilidades legales e institucionales para la operación de la banca.
En un foro organizado por el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), el director general de Investigación Económica del Banco de México (BdeM), Armando Baqueiro explicó que el año pasado el gobierno federal absorbió 243 mil millones de un flujo financiero total de 40 mil millones de pesos.
Asimismo, reconoció que la banca mexicana es de las que menos prestan en todo el mundo y su penetración está por debajo de los niveles observados en países con un nivel similar o inferior de desarrollo, como Bolivia, Uruguay, Nicaragua, Filipinas, Argentina, Turquía, Paraguay y Colombia.
El funcionario explicó que el crédito de los proveedores se ha convertido en la principal fuente de financiamiento de muchas empresas; sin embargo, tiene la desventaja de que es más caro y sólo sirve como capital de trabajo, pues no alcanza para comprar equipo o expandir el negocio.
Baqueiro reconoció que a pesar de las reformas a la ley de Concursos Mercantiles, de Instituciones de Crédito, de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, de Sociedades de Inversión y del Buró de Crédito, y aun con la capitalización y consolidación del sistema financiero, la banca comercial no se interesa en la viabilidad de los proyectos de las empresas, sino sólo en las garantías que le permitan recuperar su dinero; por su parte, los empresarios aún tienen presente la crisis de 1994-95, dudan de la estabilidad de la economía mexicana y evitan pedir préstamos a largo plazo.
Las reformas al Buró de Crédito, agregó, permitirán a los usuarios obtener información sobre su perfil crediticio de manera más expedita y los bancos tendrán información más confiable sobre los solicitantes de préstamos para evaluar mejor el riesgo.
Otros intermediarios, como las sociedades financieras de objeto limitado (Sofol) en el mercado hipotecario y para la compra de autos o las tarjetas de crédito que emiten las tiendas departamentales han suplido en parte la función crediticia, en tanto que la banca sigue prefiriendo prestarle al gobierno porque obtiene mejores tasas con menor riesgo.
Por su parte, la presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Yeidckol Polevnsky, recordó que mientras en 1994 el financiamiento otorgado por la banca al sector productivo equivalía a 30.86 por ciento del PIB, para 2000 esta proporción se había reducido a 7.26 por ciento. Por lo que respecta a la banca de desarrollo, su participación de redujo de 3.7 a 1.4 por ciento del PIB en el mismo periodo.
Agregó que los proveedores proporcionan cerca de 53 por ciento de los créditos y sólo 22 por ciento proviene de la banca comercial. La situación se agrava entre las empresas de menor tamaño: en 2001, sólo 19 por ciento de las pequeñas firmas que solicitó un crédito lo consiguió; entre las medianas sólo fue 23.5 por ciento y 48.5 por ciento de las grandes.
Mientras, el subgobernador del Banco de México, Guillermo Güemes, señaló que las autoridades no pueden intervenir para obligar a los bancos a prestar o para reducir el diferencial entre tasas pasivas y activas; la única opción, dijo, es abatir el déficit público, pues ello liberará recursos de la banca al sector privado. También se deben reducir los costos de operación de la banca, mantener la inflación a la baja y aprobar reformas constitucionales que permitan una ejecución más rápida de las garantías.