Escribió la novela Nata soy, título
palindrómico de ''Yo, Satán''
La idea del Diablo siempre ha sido una especie de coartada
política, considera Antonio Alamo
El protagonista de esa historia es un Papa al parecer
poseído por Lucifer
ARTURO JIMENEZ
La idea occidental del bien y del mal debe revisarse y
ponerse en su ''punto justo", considera el escritor español Antonio
Alamo, autor de la novela Nata soy, palíndromo de la expresión
''Yo, Satán", y advierte:
''La noción del Diablo siempre ha sido una especie
de coartada política. Por ejemplo, el presidente George Bush prácticamente
ha satanizado a todo un pueblo. Esa idea puede resultar un tanto nociva
y por ello ya no habría que prestarle demasiados oídos a
intentos de satanizar individuos, grupos o pueblos."
Más
bien, dice Alamo en una doble metáfora, Satanás reside dentro
de todos y cada uno de los individuos y la manera más común
en que se manifiesta es el dinero y la ambición por los bienes materiales.
Más que a Dios o de Lucifer, aclara que en su novela
aborda sobre todo una ''estructura de poder": la Iglesia católica
y la jerarquía que habita su sede, el Vaticano, donde estuvo becado
cuatro meses y conoció a personajes reales como el arzobispo Emmanuel
Milingo, de quien presenció varios exorcismos.
Nata soy (Mondadori) comienza con la llegada al
Vaticano del fraile español Gaspar Olivares, reconocido exorcista
que es llamado para atender una presunta posesión demoniaca del
Papa. A partir de ahí se desata una historia de intrigas palaciegas,
mentiras y corrupción.
Alamo (Córdoba, 1964) es ganador de varios premios
y autor de una amplia obra narrativa y dramatúrgica con una buena
dosis autobiográfica, de la que ahora marca cierta distancia. Pero
precisa que en algunas de sus obras de teatro la preocupación principal
también es el mundo del poder.
Las primeras desviaciones
-Tras la lectura de la novela queda la idea de que es
más fácil que ingrese al Vaticano el Demonio que Dios mismo.
-Sí -esponde y ríe-. Además, de alguna
forma ha sido así en la historia. Cada capítulo de la novela
es antecedido de una cita papal relativa al Diablo. León XIII tuvo
la visión de que Satán había penetrado en la basílica
de San Pedro. Durante los siglos XV, XVI y XVII se impugnó al papado
como institución diabólica. Fueron argumentos para que Lutero
y Calvino se opusieran de la forma que lo hicieron a la Iglesia católica.
Tras manifestarse antibelicista, Alamo señala:
''Hasta el siglo III los cristianos eran una comunidad bastante pacifista
y preferían ser ejecutados antes que portar armas. Pero luego se
comenzó a permitir que los cristianos fueran a la guerra. Y no sólo
eso, sino que ellos mismos comenzaran guerras. Esa es la primera desviación
importante del mensaje cristiano.
''Ahora mismo, con la guerra en Afganistán, no
hay que olvidar que el Vaticano ha refrendado la posición de Bush,
lo cual es bastante disparatado aunque al mismo tiempo lógico, pues
si el catolicismo tiene un enemigo natural ese es el Islam. En Africa,
en el presente, hay una lucha continua entre la Iglesia católica
y el Islam y creo que éste va ganando, quizá porque apoya
más los intereses africanos."
-¿Cuáles fueron tus retos para mantener
las dosis de humor y sarcasmo con un tema como éste?
-Cuando comencé a pensar en la novela estaba excluido
el humor. La pensaba como una especie de thriller teológico:
un Pontífice que duda del rumbo de la Iglesia y de ciertos preceptos
del catolicismo. Sin embargo, en Roma comencé a documentarme y a
conocer el comportamiento de personajes de la curia. Ellos me dieron los
elementos de humor.
Un Papa extravagante
-Mientras escribías la novela, ¿qué
tanto tenías en mente al Papa actual?
-Nada. No hay nada más alejado de mi Papa que el
Papa actual. El mío es muy crítico, se permite dudar de sí
mismo y eso el Pontífice actual no lo ha hecho. El Papa de la novela
es uno de los personajes más divertidos y está tratado con
cierta ternura. Además es muy cachondo, extravagante, con mucho
sentido del humor y desparpajado.
Alamo pondera la figura del papa Karol Wojtyla: ''Ya está
fuera de servicio. Prácticamente no lo reconoce nadie, es una fachada
mientras otros dirigen. Me parece bastante reprochable su actitud contra
los teólogos de la liberación, quizá lo mejor con
lo que contaba la Iglesia.
''También estuvo muy mediatizado por su pasado
en Polonia y eso lo hacía ser un anticomunista furibundo. Fue uno
de los grandes protagonistas de la caída del Muro de Berlín,
junto con Reagan y Thatcher. El arzobispado de Cracovia estaba apoyado
por la CIA. Esto es histórico, no una hipótesis.
''Además, su postura sobre la sexualidad es retrógrada
y hasta perniciosa, por todo el problema que ha habido del sida y por su
absurda obstinación con el asunto de la anticoncepción. Sin
embargo, la doctrina social de Wojtyla es bastante progresista."
-¿Cómo defines a tu personaje Satán?
-Es el príncipe de la mentira y, por tanto, el
príncipe de todo novelista o fabulador. Y yo, naturalmente, le rindo
pleitesía. Al menos al Satán de la novela: juguetón,
gamberro, crítico