Las comunidades de mayor "clandestinaje" son San Miguel y Santo Tomás Ajusco y San Miguel Topilejo, donde se extraen los recursos, apunta el informe elaborado por la dependencia federal que encabeza el ex gobernador de Jalisco, Alberto Cárdenas Jiménez.
Al presentar datos de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corena) del gobierno capitalino, apunta que el año pasado fue el más bajo de reforestación en el DF, contado a partir de 1998, tanto en superficie como en número de árboles plantados.
En 2001, la plantación fue de 7.8 millones de árboles, contra 18.3 millones en 2000; 13.2 en 1999; y 8.5 millones de árboles en 1998. La superficie atendida en 2001 (con 5 mil 17 hectáreas) fue la más bajo en el lapso estudiado.
Las cifras globales que presenta el documento Impulso al desarrollo forestal de la Conafor en el DF indican que de 1998 a 2000 se plantaron 43.96 millones árboles en una superficie de 32 mil 600 hectáreas.
La Conafor anota que la superficie de conservación ecológica del DF es de 88 mil 652 hectáreas, es decir, 59 por ciento del total de la ciudad de México. El restante 41 por ciento es de uso urbano; de superficie forestal sólo hay 46 mil 689 hectáreas, pero 11 mil 437 de ellas son de matorrales y pastizales.
"La mancha urbana sobre el suelo de conservación creció casi 846 por ciento en 29 años", entre otras razones por la ubicación de asentamientos humanos y la pérdida de la masa forestal.
Cárdenas Jiménez planteó en entrevista sobre este punto que "en 25 a 30 años creció 900 por ciento la población en la tierra urbana" y que esto tiene "correlación directa con la pérdida de los bosques, unas 40 a 50 mil hectáreas de masa forestal".
Presentó propuestas para apoyar a los campesinos y pequeños propietarios del DF con el pago anual de 10 a 30 centavos por cada árbol de determinadas características para incentivar su cuidado en lugar de la venta de superficie o la tala.
Esta política se aplica con éxito en Veracruz y con proyectos en Jalisco, Chiapas, Colima, Oaxaca y el estado de México, así como en el extranjero. Se denomina pago de servicios ambientales, cuyo objetivo es revalorar el suelo mediante esa "renta" que se puede otorgar por la conservación.
Servicios forestales
El funcionario federal subrayó: "para el DF, que requiere limpiar aire, que requiere más agua hoy y por los años por venir para toda su vida, que requiere recreación, paisaje, esparcimiento y que no se expanda la mancha urbana, pues ahí están los servicios forestales".
Para la ciudad de México, dijo, se requiere dar más facultades a los delegados, "pues están un tanto atados de manos, como me imagino están los alcaldes de todo el país en temas ambientales, pues es una facultad que ha estado centralizada casi en su máxima expresión, casi en todos los aspectos: agua, suelo, la tierra, en lo forestal, y esto demostró que no fue la mejor solución".
Uno de los problemas que se presentan tiene que ver con las invasiones. En este caso, el análisis apunta que en 1970 la superficie ocupada por los asentamientos humanos en el suelo de conservación era de mil 200 hectáreas, pero para 1999, las cifras establecen que "existen 35 poblados rurales, 180 asentamientos humanos regulares, 538 irregulares y equipamientos urbanos que, en conjunto, ocupan una extensión de 10 mil 154 hectáreas".
Participan en la acción grupos organizados y 340 jefes de familia
Las comunidades de mayor "clandestinaje" son San Miguel y Santo Tomás Ajusco y San Miguel Topilejo, donde se extraen los recursos, apunta el informe elaborado por la dependencia federal que encabeza el ex gobernador de Jalisco, Alberto Cárdenas Jiménez.