COPAS DEL MUNDO
Holanda y su futbol total cayeron en la final,
ante el temple del anfitrión Alemania
El Mundial 74, un éxito comercial, por la televisión
Sin Pelé, Brasil perdió la categoría
de cuatro años antes Mano firme de Franz Beckenbauer
AFP
La FIFA, que estrenaba presidente, el brasileño
Joao Havelange, decidió aprovechar la infraestructura de los Juegos
Olímpicos de Munich de 1972 y designó para 1974 sede mundialista
a la República Federal de Alemania, país que, fiel a su reputación,
cumplió su cometido con la nota de "sobresaliente".
Por
primera vez, además, la televisión mostró el acontecimiento
a todo el mundo, lo que se tradujo de inmediato en éxito comercial,
una característica que ya no abandonaría la cita, aunque
muchos han criticado este creciente carácter mercantilista en detrimento
del deporte.
De los 16 países que acudieron a la fase final,
Zaire fue el primero en representar al Africa negra, Australia debutó
por Asia y Oceanía, y Haití desbancó a México
por América del Norte y Central.
Holanda fue la gran revelación. Asombró
a todos con su "futbol total", una revolución que consistía
en que todos los jugadores atacaban y todos defendían, a imagen
y semejanza del Ajax de Amsterdam. A la cabeza de esta selección
arrolladora estaba Johan Cruyff, un titán al que todos esperaban
ver en acción contra el Kaiser Franz Beckenbauer.
La primera fase deparó un partido de alto voltaje,
el que enfrentó a las dos Alemanias, que la Oriental ganó
0-1, con un juego muy primario pero valiente. Otra gran sorpresa fue la
eliminación de Italia, que había llegado invicta al Mundial,
la que debió marcharse en la primera fase tras caer 2-1 ante otro
outsider, Polonia.
Crisis de nervios
De hecho, los centroeuropeos, con jugadores que no paraban
de moverse como Grzegorz Lato ?mejor goleador del Mundial, con siete tantos?,
Robert Gadocha, su compañero de la banda izquierda, o el centrocampista
Kazimierz Deyna, lograron encaramarse hasta el tercer puesto, a expensas
de un Brasil sin Pelé que no mostró ni por asomo la
categoría de cuatro años atrás.
Los conjuntos suramericanos, que contaban con buenos jugadores
pero a los que faltaba compenetración, pasaron de puntillas por
este Mundial: Uruguay y Chile se marcharon en la primera fase, y aunque
Argentina pasó a la segunda, obtuvo después resultados mediocres
que la descartaron.
Al final se enfrentaron los dos favoritos, Holanda y la
RFA. El partido, disputado en Munich, comenzó con Cruyff derribado
en el área por el alemán Berti Vogts, cuya misión
era ser la sombra del astro holandés. Neeskens convirtió
el penalti y todo pintaba bien para la Naranja Mecánica. Pero
los alemanes contaban con unas armas infalibles: temple y coraje, determinantes
ante la inmadurez e inexperiencia de los holandeses.
Breitner empató de penalti y Gerd Muller marcó
en el minuto 43 el segundo gol, ajustada ventaja que Alemania supo conservar
para inscribir su nombre por segunda vez en el palmarés mundial.
A Cruyff le fallaron los nervios y jugó mal; Beckenbauer, por el
contrario, condujo con mano firme a su selección hasta el podio.