Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 6 de mayo de 2002
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Mundo

ELECCIONES EN FRANCIA

"Encabezaré un gobierno que coloque a Francia en un camino de crecimiento y empleo", dice

Aplastante victoria de Chirac sobre Le Pen con 82 por ciento de votos

El ultraderechista admite su derrota, pero advierte que el FN "es primera fuerza política"

AFP, REUTERS Y DPA

Paris, 5 de mayo. Como se esperaba, el presidente saliente de Francia, el conservador Jacques Chirac, fue relegido este domingo para un mandato de cinco años en una aplastante victoria con 82.1 por ciento de votos sobre 17.94 del ultraderechista Jean-Marie Le Pen, en la segunda vuelta de unos comicios que se convirtieron en plebiscito contra la extrema derecha.

Fue la mayor victoria electoral en los 44 años de historia de la Quinta República de Francia. La derecha y la izquierda se unieron detrás de Chirac, quien también logró movilizar a parte de los abstencionistas, que hoy sólo representaron 19.16 por ciento, es decir, 10 por ciento menos que en la primera vuelta del 21 de abril. En aquella oportunidad, Chirac, que se presentaba por cuarta vez a la primera magistratura, obtuvo 19.88 por ciento de los votos, pero sorpresivamente Le Pen lograba 16.86 por ciento, lo que dejó fuera de la carrera al primer ministro socialista Lionel Jospin.

La aplastante victoria de Chirac no fue sorpresa, cuando prácticamente todos los sectores de izquierda habían pedido el voto para el líder del conservador de Unión para la República. Pese a este insólito llamado, la extrema derecha obtuvo varios cientos de miles de votos más en esta vuelta que en la primera, señalaron algunos analistas.

Valores de la República

"Francia reafirmó su compromiso con los valores de la República", dijo Chirac al conocer los primeros resultados. Su primera tarea ahora es designar un nuevo primer ministro, ya que el socialista Jospin anunció el 21 de abril que se retiraría de la escena política y de su cargo el 6 de mayo. Los dos favoritos para la jefatura de gobierno son Jean Pierre Raffarin, de 53 años, vicepresidente del partido Democracia Liberal, y Nicolas Sarkozy, de 47 años, ex ministro de Finanzas.

Este gobierno dirigirá al país hasta las legislativas de junio, en sustitución de la coalición dechi27-140835-pih izquierda plural que, con Jospin al frente, ha gobernado el país desde 1997.

"En los próximos días organizaré un gobierno de misión (...) Su primer deber será restablecer la autoridad del Estado para responder a la exigencia de seguridad y poner a Francia en un nuevo camino de crecimiento y empleo", señaló.

Al referirse al orden público, el mandatario se refirió a un tema vital para muchos seguidores de Le Pen. "La libertad es seguridad, lucha contra la violencia."

Chirac llegó en la noche a la céntrica Plaza de la República para saludar a unos ocho mil simpatizantes, entre ellos jóvenes de origen norafricano que lo aguardaban bajo una fuerte lluvia, mientras un grupo musical ejecutaba en el escenario rap, reggae y zouk. "La República se ha negado a rendirse a la tentación de la intolerancia y la demagogia", les dijo el mandatario de 69 años.

El propio Le Pen, desilusionado, reconoció temprano su derrota, a la que calificó también de "derrota tremenda de la esperanza francesa", al tiempo que acusó a Chirac de ganar utilizando "métodos soviéticos, movilizando a todos los medios, aun las iglesias".

Pero de todos modos afirmó que el resultado de esta segunda vuelta ubica a su partido Frente Nacional (FN) como "la primera fuerza política de la República Francesa", y agregó , evocando las próximas legislativas de junio, que "la reconquista está en marcha".

El ex paracaidista de 73 años, experto en provocaciones, advirtió que "las risas de hoy pueden doler un poco en junio".

Desde el Partido Socialista, el secretario general de esa agrupación, Francois Hollande, estimó que "la izquierda cumplió con su deber e incluso más", comentando así la amplia victoria de Chirac. "El resultado es claro: la extrema derecha 17 por ciento y la democracia 82", comentó a su vez el ministro de Finanzas, Laurent Fabius.

Festejos en todo el país

Miles de personas salieron a festejar, en la Plaza de la Bastilla de París y otras ciudades, la derrota de la extrema derecha. En su mayoría eran militantes de izquierda, con excepción de la concentración de simpatizantes de Chirac en Plaza de la República. "Esta no fue una victoria de Chirac, sino de la democracia", señaló Noel Mamere, candidato presidencial de los verdes en la primera vuelta.

Un sondeo realizado por el instituto IPSOS poco antes de la votación de hoy sugiere que tiene razón: según este estudio, sólo 49 por ciento de los franceses en edad de votar confían en Chirac, mientras 48 por ciento desconfían.

El programa de Le Pen, con rasgos xenófobos y antieuropeístas, provocó un debate en Francia sobre los valores de la República. Chirac, salpicado por escándalos de corrupción, se convirtió así en el garante de la democracia.

Le Pen incluso se preguntó hoy: "ƑCuántos de los que votaron por Chirac votarán por su partido en los comicios parlamentarios?"

"Chirac tendrá un mandato enorme. Pero eso no quiere decir que a la gente le guste. Quiero decir, si no ganara, iría a la cárcel. ƑQué clase de candidato es ese?", señala Alain, un parisino que votó por el candidato neogaullista, en referencia a la negativa del mandatario a testificar en los casos por corrupción que lo involucran, amparándose en la inmunidad constitucional que tiene el presidente de Francia.

"Estoy contento de que Le Pen haya perdido, pero no de que haya ganado Chirac", afirmó un joven en una de las manifestaciones de celebración, reflejando el sentimiento de muchos.

Satisfacción en el extranjero

En el extranjero, numerosos dirigentes expresaron su satisfacción por la aplastante victoria de Chirac, como el primer ministro británico Tony Blair, quien la consideró una "victoria para la democracia y una derrota para el extremismo y la política repugnante que representa Le Pen". Incluso antes del cierre de los colegios electorales, el secretario de Estado estadunidense, Colin Powell, basándose en estimaciones de los institutos de sondeos, había expresado su alegría por el hecho de que Le Pen fuera "marginado de forma aplastante".

Los gobiernos de España, Portugal, Alemania, Bélgica, Suecia, Italia, Argelia, Líbano y Senegal saludaron también la victoria de Chirac, al igual que el soberano marroquí Mohammed sexto y el líder palestino Yasser Arafat.

El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, estimó que Francia había mostrado que se encuentra "en el corazón de Europa", mientras que el presidente del Parlamento europeo, Pat Cox, calificó la relección del mandatario como una "victoria de la razón frente a la intolerancia".

Sin embargo, algunos analistas extranjeros destacaron el hecho de que casi uno de cada cinco votos emitidos favoreció a un hombre que calificó las cámaras de gas nazis de "detalle de la historia".

La plataforma electoral de Le Pen explotó el miedo de los franceses a una ola de delincuencia, el rechazo a la inmigración, y la pérdida de identidad de Francia en el contexto de la globalización. También se hizo eco de quienes se dicen hartos de gobiernos elitistas que no los escuchan y que, cuando lo hacen, no tienen respuestas adecuadas.


La izquierda perdidosa de la primera vuelta electoral, decisiva en la segunda

Festeja la derecha en la Plaza de la República

Templete, sonido, reggae y ambiente de 14 de julio, horas antes de conocer los resultados

YURIRIA ITURRIAGA CORRESPONSAL

Paris, 5 de mayo. El abstencionismo de 20 por ciento en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Francia, se redujo a la mitad en la segunda ronda, para votar mayoritariamente por el derechista Jacques Chirac. Sólo cuatro por ciento reforzó a los votantes del Frente Nacional. El resultado fue un presidente elegido con 82.1 por ciento contra 17.9 para su adversario Le Pen. Pero en el alto porcentaje de la victoria están presentes los votantes de la izquierda, movilizada a última hora para hacer ganar a su adversario tradicional conjurando el peligro de la extrema derecha.

Victoria pírrica para Chi-Chi, te amamos como rezan las escasas pancartas esgrimidas por algunos, en medio de la apretada masa festiva de militantes de derecha que bailan en la Plaza de la República de París, al son de una orquesta reggae. Lugar insólito de reunión de la derecha, cuyos lares tradicionales andan por la Plaza de la Concordia; pero en esta otra De Gaulle reunió en 1958 a sus huestes para proclamar la Quinta República, en la que estamos y que algunos prometen superar con una sexta. La fiesta se organizó en este lugar horas antes de la proclamación de la victoria, con templete y sonido, y cuando pudo manifestarse la alegría se vio que incluía masivamente a los que no llegaron a la gran marcha del primero de mayo: los jóvenes y no tanto de todos colores, provenientes de los suburbios, que vitorean a Chirac en un ambiente típico de fiesta popular del 14 de julio. Cuando jóvenes de izquierda se acercan para gritar frases como: "šChirac ahora te toca!", son abucheados por una masa amenazante. Sí, esta noche parece cierta la afirmación de que los suburbios parisinos de inmigrados se inclinan a la derecha.

La izquierda perdidosa de la primera vuelta, pero decisiva en la segunda, espera la tercera vuelta, que es como se ven las próximas elecciones legislativas del mes de junio donde, según las encuestas, ya tienen consigo 41 por ciento de intenciones de voto. Esta noche, seis mil de sus militantes y simpatizantes se alejan de la celebración orquestada por las huestes chiraquianas y marchan de la plaza de la Bastilla a la de Saint Germain des Prés, reafirmando consignas y pancartas su independencia de la derecha. Los líderes del Partido Comunista, de la Liga Comunista Revolucionaria y de los verdes, prometen manifestaciones diarias para cobrarse el voto y obligar al presidente Chirac a, por lo menos, mantener la política social del vencido primer ministro Jospin, quien, por cierto, retirado definitivamente de la política a partir de mañana, votó por poder mediante una alcaldesa de su partido, tal vez no sólo por haberse prohibido los guantes y pinzas (para no ensuciarse simbólicamente las manos con una boleta cuyo objeto repugna), sino para no exponerse a los periodistas.

Voto contra Le Pen

En la televisión, los miembros del gabinete socialista saliente agradecen el valor de los votantes para hacer triunfar la república y regresar el honor a Francia. Mientras que altos personajes de la derecha, incluyendo al relegido presidente en su discurso, agradecen a quienes votaron contra sus convicciones por el propio Chirac. El ex ministro socialista de la defensa, que renunció a su puesto por el compromiso de Francia en la guerra del Golfo contra Irak, Jean Pierre Chevenèment, aclara que no fue tanto un plebiscito por la república, y menos por Chirac, sino contra lo que Le Pen representa. Jean Noël Mamere, líder y candidato de los verdes, advierte que los cinco millones de votantes de la extrema derecha no han desaparecido y son un veneno activo en el tejido social. Mientras Jean-Marie Le Pen afirma que está acostumbrado "a los golpes bajos y las campañas histéricas" en su contra, pero que los 6 millones de sus votantes de la segunda vuelta ya no representan votos de protesta sino adhesiones definitivas, quienes, con "los cazadores y los votantes de Chevenèment", harán ganar en junio la mayoría de las curules para el Frente Nacional.

Pero ya los hombres y mujeres políticos a la izquierda y a la derecha se apresuran a arrebatarle el discurso de la sirena (quefrance_voter_ajj en su parte noble Le Pen mismo plagió a Chevenèment, aunque la izquierda no tomó nota). La ministra socialista saliente, Martine Aubry hace tardíamente el resumen de los problemas cuya solución exige el pueblo francés: seguridad para 61 por ciento; impuestos para 36 por ciento; jubilaciones para 30 por ciento; justicia para 27 por ciento; educación y migración y exclusión para 22 por ciento. Otro ministro saliente, Jacques Lang, consuela y asegura que la izquierda "estará en la cita para el próximo mandato presidencial dentro de 5 años, porque esta coyuntura la rejuveneció y modernizó", deseando que los jóvenes conserven para entonces "la fuerza de su palabra, la cólera y la alegría del combate, así como la imaginación que requirió votar por el adversario". Todos los socialistas vencidos hablan ahora de "dominar y dirigir la mundialización " en lo que afecta a Francia. No así los derechistas del presidente.

Y es que cuando Colin Powell "se felicitó de la marginación del Frente Nacional", no felicitó a Chirac, sino a la desaparición de una amenaza para los intereses que tan bien representa.


Se preparan en Francia para la batalla de las legislativas

Designar nuevo primer ministro, primera tarea de Jacques Chirac

AFP

Paris, 5 de mayo. Después del anuncio del triunfo de Jacques Chirac en las presidenciales celebradas hoy, las fuerzas políticas de Francia se preparan para la batalla de las elecciones legistativas que tendrán lugar 9 y 16 de junio.

La primera tarea del mandatario relecto será designar, este lunes, un nuevo primer ministro en remplazo del socialista Lionel Jospin, para que se forme un nuevo gobierno.

Durante su campaña, Chirac prometió que designará a un ministro de Seguridad, aplicará una reducción fiscal de 5 por ciento y de aportes patronales, y aflojará una de las medidas claves del anterior gobierno socialista, la reducción del tiempo de trabajo a 35 horas semanales.

Aunque el presidente derechista agradeció hoy a los electores de izquierda que votaron por él, con la promesa de responder con "un espíritu de unidad", todos los analistas señalan que ahora su objetivo será trabajar para obtener la mayoría de derecha en la Asamblea.

El hecho de que la mayoría parlamentaria actual sea de izquierda no es obstáculo para la formación del nuevo gobierno, ya que el nuevo primer ministro no está obligado a pedir la confianza de la Asamblea, y ésta, como suspendió sesiones el 22 de febrero, no podría votar una moción de censura.

En cambio, tras las legislativas, el Parlamento se reunirá y podría imponer la disolución del gobierno si éste no corresponde a su campo.

Si la derecha logra volver a tener la mayoría parlamentaria, esto le permitiría aplicar su programa. En caso contrario, Francia seguirá viviendo la llamada cohabitación entre un mandatario de derecha y un gobierno de izquierda, lo que fue rechazado en la primera vuelta por descontentos electores que no ven mayores diferencias en sus programas.

Para ganar las legislativas, Chirac tiene que reunir a una derecha y centroderecha cuyos diversos candidatos a la primera vuelta de las presidenciales, el 21 de abril, registraron un retroceso respecto de los resultados anteriores de sus partidos.

La izquierda, que contribuyó al triunfo del político neogaullista al llamar a frenar el paso a la extrema derecha, reivindicó esta noche su parte en la victoria, luego que el triunfo de Le Pen en la primera vuelta eliminó al candidato socialista Jospin y la eliminó de la carrera presidencial.

Jospin, quien anunció su retiro de la vida política, este domingo votó incluso por poder en su bastión electoral de Cingegabelle, por medio de la esposa del alcalde de la comuna. A partir de ahora, la batalla por las legislativas en el seno del Partido Socialista será liderada por su secretario general, Francois Hollande, quien llamó a "la unidad de la izquierda, condición del éxito" en junio.

Las principales personalidades de la izquierda francesa también llamaron a presentar candidaturas únicas en las 577 circunscripciones de las legislativas.

Según encuesta divulgada hoy por el instituto SOFRES, la derecha obtendría la mayoría de los escaños en la Asamblea Nacional (de 271 y 331 de un total de 555), mientras la izquierda lograría de 232 a 272 de los escaños, y la extrema derecha, de uno a tres escaños. Pero la ultraderecha podría convertirse en árbitro en el caso de que de las urnas no salga una clara mayoría, como sucedió en las legislativas de 1997.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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