Obra de danza posmoderna inspirada en una novela
de Paul Auster
La mirada del sordo es una fábula sombría
que desbarata las esperanzas: Alicia Sánchez
El estreno será el jueves 9 en la Sala Covarrubias
del Centro Cultural Universitario
CARLOS PAUL
Inspirada en la novela El país de las últimas
cosas, del escritor neoyorquino Paul Auster, la coreógrafa y
bailarina Alicia Sánchez y su compañía estrenarán
el próximo 9 de mayo su más reciente espectáculo,
La mirada del sordo, en el que aborda la historia de una mujer que
sueña con un mundo alterado donde morir es la regla y sus habitantes
son una versión de la resignación, la locura y la violencia.
El
montaje ''es una fábula sombría, un negro divertimento que
anula la nostalgia y desbarata las esperanzas" y se pretende reflejar ''el
pensamiento en acción y las acciones del pensamiento".
En esa novela Auster, comenta Sánchez, ''habla
del individuo, de cómo va y viene, de cómo al encontrar lo
que desea también es el momento en que lo pierde".
La construcción de este espectáculo de ''danza
posmoderna" reunió el trabajo, entre otros, de Edgar Chías,
quien tuvo a su cargo la dramaturgización corporal, que no dramaturgia,
el del diyéi Chrysler, responsable del diseño sonoro,
y el de Jorge Ballina como escenógrafo.
Sensaciones y atmósferas
Más que una historia lineal, explica Alicia Sánchez,
''construimos una estructura en el sentido no de lectura o ilustración
de un texto, sino de la creación de sensaciones y atmósferas
de un mundo en el que suceden las historias, para lo cual Chías
?con la colaboración de la compañía? escribió
una narración que sólo sugiere las acciones de los intérpretes",
las cuales se conjugan con la música en vivo que ''va más
allá de los movimientos corporales" y funciona como otro personaje.
''No es la novela de Paul Auster lo que llevamos al escenario,
sino nuestra visión de ella", aclara la directora.
Con la participación de nueve intérpretes,
el montaje ''irá evolucionando durante las 30 funciones, por lo
que recomendamos no sólo asistir a una", añade la bailarina.
''No es que vaya a pasar algo diferente en cada presentación, lo
que sí es que surgirán distintas premisas o puntos de vista
en cada función sobre la narrativa corporal propuesta por Chías
y retroalimentada por los ejecutantes, quienes se entrenaron durante seis
meses, cinco horas diarias".
El propósito, abunda, ''no fue aprender una coreografía
o ciertas frases de movimiento, sino pensar qué nos lleva a crear
esa frase de movimiento y por qué la hacemos, para luego darle forma
y que sólo se vea el lenguaje (corporal)".
La dramaturgización, que no dramaturgia, explica
Chías, no es escribir una obra sino colaborar en el proceso mismo
de creación, junto con los actores o bailarines. Ese concepto es
desarrollado más en Europa que en México.
Escenas que se complementan
En el país de las últimas cosas, expresa
Edgar Chías, Auster cuenta la historia de una mujer que llega a
un país extraño donde las personas y cosas comienzan a desaparecer
o destruirse a causa de una misteriosa energía. Los habitantes tienen
como única aspiración morir lo antes posible, a veces con
cierta espectacularidad, lo que hace surgir distintas sectas a las que
acuden las personas que buscan la muerte.
Para ese espectáculo de Teatro de Movimiento, añade,
a partir de un diseño escenográfico y de algunas secuencias
de los intérpretes ''hice una especie de narración, en la
que se organizan de manera secuencial distintos asuntos sustraídos
de la novela. Es un texto que no determina, sólo sugiere líneas
de acción".
Esta obra, retoma Sánchez, ''no está hecha
en cuadros aislados, sino con escenas que se complementan. El título
de La mirada del sordo hace referencia al que ve, pero no oye lo
que ocurre, lo cual considero es la sustancia de la novela de Auster, en
la que los personajes, aunque existen, no viven; comen, pero no se alimentan
y, no obstante que desean la muerte, aman la vida.
''La mirada del sordo es esa contradicción,
esa paradoja."
(La obra se estrenará el jueves 9 a las 20 horas
en la sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario, en Insurgentes
sur 3000.)