"Los mismos meseros, los baños reducidos...
si acaso cambió la escenografía"
El Bar León, invariable, a 50 años de
actividad sonera
JAIME WHALEY
Dijo el ilustre Luis Martínez que encontró
al Bar León casi idéntico que cuando lo dejó, hará
cuestión de unos 15 años: "prácticamente son los mismos
meseros, los baños son igual de reducidos, si acaso se ha modificado
un poco la escenografía y ya no están los incómodos
banquitos, tan bajos que hasta caminando se tropezaba uno con ellos".
Huichito,
que así es conocido por los del medio sonero, tuvo la noche del
sábado razón de más para regresar al León,
en ocasión de su 50 aniversario, (del bar, desde luego, pues él
le lleva delantera de una docena de diciembres), y es que fue el elegido
por la gerencia de la casa para recibir ?como icono que es de la rumbeada?
una placa en reconocimiento a su labor en pro de la difusión de
esta música, y la aceptó en nombre de todos ?que harían
una buena cantidad de rollos de listado? los que ahí, en el estrecho
escenario del León, han puesto pie en este medio siglo de actividad
sonera. Como explicación, Froylán López Narvaez, quien
hace tiempo junto con Pancho Cataneo y el vecino de estas planas
Ernesto Márquez, discurrió que la rumba era cultura, dijo
que de nombrar a todos en la placa siempre quedaría alguien fuera,
por lo que se escogió a un representante.
"Ellos dicen que es homenaje, pero lo tomo nada más
como un reconocimiento", dijo modestamente el Huicho, que de su
natal Santa Rosa, allá junto a Orizaba, dio el salto para el puerto
y de Veracruz se vino para acá, a la capital, en 1969, acompañando
a la célebre Sonora de Pepe Vallejo y aquí ha echado
raíces.
El Huicho, ahí en el León, hace ya
un buen de años que formó una agrupación que dio de
qué hablar por la calidad de sus integrantes. La Justicia llevó
por nombre; pero injustamente, como suele ocurrir en estos casos, por causas
diversas se disgregó la banda. Pero anteayer hubo un dejo de aquella
época y el Huicho, con su nuevo grupo, La Mata del Son, con
venerables exponentes, llevó el peso de la fiesta de aniversario.
Se bailó hasta la saciedad.Dos parejas de aventajados
alumnos de las clases que los jueves se ofrecen en el León abrieron
la tanda. Se movieron con soltura aunque cabría aclarar que presentaron
una serie de elaborados giros gimnásticos no aptos para cualquier
mortal y más si se está entrado en años y carnes.
Marianita, que en parámetros de moda sería una chiquilla
pero que es ya una consumada bailarina de ballet, no salía de su
asombro. A estos lugares no está acostumbrada pero demostró
buen requiebre de cintura.
Lalo Casab, el dueño del León, aseguró
que esta no será la única conmemoración del lugar
que, como se consignó anteriormente, en sus días de esplendor
albergó a los grandes del son y la rumba, extranjeros y locales,
y dijo que al menos habrá otras dos veladas celebratorias.
El renovado grupo Caliente, igualmente producto del León
?pero de tiempos más recientes, pues fue apenas por 1990 que los
González, Miguel y su hermana Gabriela, lo formaron?, compartió
la tarima, y también alternaron los del Fuego Nuevo.