Priístas los acusan de provocar un incendio
en una parcela, indican los desplazados
Por temor a agresiones dejan sus casas 200 indígenas
de El Triunfo, Chiapas
Advierte el sol azteca que regresarán a sus tierras,
a pesar de los riesgos para su seguridad
ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL
San
Cristobal de las Casas, Chis., 28 de abril. Casi 200 indígenas
perredistas de la comunidad El Triunfo, del municipio de Altamirano, abandonaron
sus viviendas por temor a ser agredidos por militantes del Partido Revolucionario
Institucional (PRI), quienes los acusan de haber provocado un incendio
en una parcela la semana pasada.
Desde la semana pasada, 196 militantes Partido de la Revolución
Democrática (PRD) se refugiaron en las oficinas del sol azteca en
la cabecera de Altamirano, donde esperan que a través del diálogo
entre las autoridades estatales y los militantes priístas se llegue
a un acuerdo para su retorno.
El lunes pasado, perredistas y priístas se enfrentaron
en El Triunfo con palos y machetes por una disputa de tierras.
El zafarrancho dejó como saldo al menos siete heridos,
varios de gravedad. Desde entonces, según los militantes del PRD,
la entrada a la comunidad está bloqueada por los priístas.
Los perredistas tojolabales que se alojan en la cabecera
aseguraron que en su comunidad existe un "clima de persecución y
de hostigamiento", y culparon de esta situación al alcalde priísta
Armando Pinto Kánter, así como a Miguel Encino López,
líder del PRI en El Triunfo.
El perredista Lorenzo Velasco González aseguró
que los 196 tojolabales duermen en el piso, hacinados, además que
carecen de cobijas y alimentos.
"Aquí estamos sufriendo, muriendo de hambre, y
con varios niños enfermos."
Benjamín Montoya Oceguera, dirigente del PRD en
Altamirano, señaló por su parte que a partir de este lunes
se buscará un diálogo con los priístas de El Triunfo,
pero en caso de no llegar a ningún acuerdo, los 196 indígenas
retornarán a su comunidad, a pesar de los riesgos para su seguridad.
"En caso de que no se solucione luego, regresamos mañana o pasado,
y si se llega a derramar sangre será responsabilidad de las autoridades
municipales", advirtió.
"Tenemos miedo de regresar, pero allá tenemos pertenencias,
hijos en la escuela", dijo Rufina Encino, una de las desplazadas.