No hay transacciones frente a la intolerancia y el odio, dice
Rechaza Chirac debatir con el ultraderechista Le Pen
El presidente francés, sin agallas, responde el opositor
Decenas de miles protestan contra el ex paracaidista
AFP, REUTERS Y DPA
Paris, 23 de abril. El presidente de Francia, Jacques Chirac, se negó hoy a mantener el tradicional debate entre los dos candidatos a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, al rehusar enfrentarse con el ultraderechista Jean-Marie Le Pen: "frente a la intolerancia y el odio, no hay transacciones posibles, ni compromisos ni debates", explicó.
Le Pen, conocido por su rápida capacidad de réplica, respondió acusando al mandatario de tener "miedo de la verdad" y de evadir un debate impuesto "por las reglas democráticas. Me he estado preguntando qué excusa iba a encontrar para disfrazar su lastimosa evasión", dijo el ex paracaidista de 73 años. "Si el presidente de la República no tiene las agallas de enfrentarse al adversario que el pueblo ha designado, entonces debería cambiar de pueblo", agregó.
Asimismo, anunció, en entrevista televisada, que de ganar pondrá fin a la migración restableciendo las fronteras francesas eliminadas bajo los acuerdos de la Unión Europea.
Al explicar su decisión durante un acto de campaña, Chirac dijo: "tal como no estuve de acuerdo en el pasado en una alianza con el Frente Nacional, y esto fuera cual fuera el precio, no aceptaría mañana un debate con su representante. No quiero que el oscurantismo, el odio y el desdén confisquen esta elección presidencial. No quiero que la nación francesa ceda frente al vértigo del temor", añadió.
El debate televisivo entre los dos candidatos que logran pasar la primera vuelta es habitual en la vida política francesa, y a menudo influye en el resultado.
Por su lado, en un esfuerzo por convocar a la dividida facción conservadora, partidarios de Chirac propusieron la fundación de un nuevo partido, que se llamaría unión para la mayoría del presidente, frente a la segunda vuelta, aunque según sondeos, el mandatario actual tendría 75 por ciento de los votos. Los socialistas, comunistas y verdes ya han llamado a votar por el mandatario conservador, quien pudo evitar el año pasado ser interrogado por la justicia debido a las acusaciones de corrupción cuando fungió como alcalde de París, entre 1977 y 1985.
Mientras tanto, decenas de miles de franceses volvieron a salir a las calles contra la presencia de Le Pen en la segunda vuelta de las presidenciales. Unas 90 mil pesonas se manifestaron en Lyon, Le Havre, Le Mans, Brest, Rennes, Bayona, Caen y París bajo lemas como "los franceses son terneros y votaron a su carnicero".
Las protestas comenzaron de manera espontánea el mismo domingo, luego de que se confirmara el segundo lugar de Le Pen, con 16.86 por ciento de sufragios, detrás de Chirac, con 19.88, y por delante de Jospin, con 16.18. El lunes, más de 100 mil personas se manifestaron en más de 20 ciudades de Francia.
El Consejo Central de la comunidad judía de Francia llamó a todos los judíos del país a que voten por Chirac en la segunda vuelta, al calificar a su oponente como "representante de la segregación, la xenofobia y el antisemitismo". Le Pen ha llegado a decir públicamente que "nunca he visto un campo de concentración. Pero, en todo caso, no son más que un detalle de la historia".
En Estrasburgo, sede del Consejo de Europa, el comisiario europeo para Derechos Humanos, el español Alvaro Gil Robles, estimó que el ascenso del extremismo constituye la sanción a una Europa "que carece de solidaridad".
En el extranjero siguieron produciéndose reacciones contra la victoria del líder del Frente Nacional. Pero también hubo expresiones de apoyo. El ex líder del derechista Partido Liberal austriaco, Joerg Haider, afirmó que "los ciudadanos ya no aceptan que no se haga algo respecto a los problemas de la migración desbordante, el abuso del asilo, la criminalidad de los extranjeros y la seguridad interna".
En Argentina causó revuelo una declaración de Le Pen al diario La Nación, en la cual advirtió que Francia "se arriesga a convertirse en Argentina", por haber adoptado el euro como moneda.