Señalan como "altamente improbable" que
Le Pen se imponga a Chirac en segunda vuelta
El éxito del Frente Nacional, resultado del
descontento con la clase política, dicen en Francia
Triunfos significativos de la ultraderecha en Holanda,
Bélgica, Dinamarca, Austria e Italia
AFP,
REUTERS Y DPA
Paris, 21 de abril. "Decidí aprovechar esta
oportunidad para decirle tanto a Chirac como a Jospin que no los quiero",
dijo una mujer que votó por Jean Marie Le Pen en un vecindario de
la clase obrera de París. Ella, como muchos trabajadores o desocupados,
fueron quienes dieron a la extrema derecha francesa la oportunidad de estar
presente por primera vez en la segunda vuelta de una elección presidencial.
Aunque muchos analistas sostienen que el éxito
del líder del Frente Nacional (FN) se debió más al
voto de descontento con la clase política, y señalan que
es altamente improbable que se imponga a Chirac en la segunda vuelta del
próximo 5 de mayo, algunos piensan que ese partido ultraderechista
ocupará cada vez más un espacio de importancia entre los
franceses. Y podría dar una sorpresa también en las legislativas
de junio.
"Yo subo a 17 por ciento y otros bajan a 17 por ciento",
había dicho un profético Le Pen la semana pasada, cuando
los sondeos le daban como máximo 14 por ciento de la intención
del voto.
El presidente y fundador del FN se situó este domingo
17 por ciento adelante del socialista Lionel Jospin, mientras que su rival
en la extrema derecha, Bruno Megret, con 2.3 por ciento de los votos aportaba
un tanto para igualar prácticamente el total de votos de la llamada
derecha republicana representada por Jacques Chirac.
En 1999, después de la división de su partido
fundado hace 30 años, y de la creación de Megret del Movimiento
Nacional Republicano, Le Pen era dado como "políticamente muerto".
Pero hoy, este legionario en Indochina (1953) y abogado
de profesión dio la sorpresa. Ayudó una pulida a su imagen:
acabó con los insultos, dijo que no tenía nada contra los
inmigrantes, aun cuando continuó criticando la política de
inmigración, y se definió como "socialmente de izquierda,
económicamente de derecha y nacionalmente de Francia."
"No
me siento extremista ni en las ideas ni en los métodos", aseguraba
recientemente el hombre que enarboló la consigna: "Los franceses
primero", y que en la década pasada escandalizó al afirmar
que el campo de concentración nazi de Auschwitz era "un detalle
de la historia".
Ultranacionalista y opuesto a la Europa que se construyó
a partir del Tratado de Maastricht, el FN tiene cinco diputados en el Parlamento
Europeo, reivindica unos 60 mil adherentes y simpatizantes, pero no tiene
representantes en la Asamblea Nacional francesa.
El único diputado electo en las legislativas de
junio de 1997, Jean Marie Le Chevallier, fue invalidado en febrero del
siguiente año. En cambio, el partido está cada vez más
presente en las instancias políticas locales y regionales.
El éxito de Le Pen este domingo viene precedido
de otros éxitos de la ultraderecha en Europa, como el de Holanda,
donde el 6 de marzo pasado, con sus consignas contra la inmigración,
Pim Fortuyn logró más de 34 por ciento de los votos en Rotterdam,
la segunda ciudad del país. Hace dos años fue el turno del
Partido de la Libertad, de Joerg Haider, que sorprendió con 27 por
ciento de los votos que le permitió compartir el poder con los conservadores
en Austria.
En Bélgica, el partido flamenco de extrema derecha
Vlaams Blok se convirtió en el tercer partido del país en
junio de 1999, con 9.9 por ceinto de los votos. La extrema derecha también
está presente en el gobierno italiano de Silvio Berlusconi, con
la presencia de la xenófoba Liga del Norte liderada por Umberto
Bossi. Y en Dinamarca, en las legislativas del 21 de noviembre pasado,
la extrema derecha se alzó con la mayoría parlamentaria por
primera vez en 72 años.