Vivía bien, pero no con lujos excesivos,
informó
María Félix no heredó nada al
pueblo de México, señala su albacea
ARTURO CRUZ BARCENAS
María Félix vivía bien, "pero no
con lujos excesivos", como piensa la mayoría de la gente. "No dejó
ningún bien a ninguna institución" ni al pueblo de México,
informó ayer el abogado y albacea de la actriz fallecida el lunes
de la semana pasada, Javier Mondragón, en conferencia de prensa
realizada en sus oficinas de Altavista, en bulevar Adolfo López
Mateos número 20, en el Distrito Federal. "No existe una herencia
que se esté disputando por parte de los familiares", precisó.
El
abogado dio una explicación sobre el testamento de Félix,
el cual, precisó, será leído en un plazo de ocho a
15 días. Abundó en detalles técnicos, pero, en concreto,
dijo que la intérprete del papel central de la película La
Diabla ya había vendido varias de sus propiedades, entre ellas
su departamento de París.
Explicó que lo primero que debe precisarse es cuál
es el testamento más reciente, "que creo que es el de julio de 2001.
Se solicitó primero el acta de defunción, que es lo primero
que se necesita, documento que nos fue pedido por el gobierno de la ciudad
de México. Se le exhibió al notario para que solicite al
Archivo General de Notarías y se cerciore de que no hubo un testamento
posterior.
"Todos los notarios cuando otorgan un testamento mandan
un aviso al archivo y éste sabe cuál es el último,
por lo menos en la ciudad de México." Señaló que hace
falta un archivo a nivel nacional. "Yo conozco el que se denomina público
abierto", en el caso de María Félix.
Pero expuso que duda que exista otro testamento. "Traté
con la señora durante seis o siete años y tengo la certeza
de cuál fue el último testamento, pero eso requiere alcanzar
el rango de certeza jurídica y no mi certeza personal. Hubo documentos
previos; conozco por lo menos otros dos, o tres.
"Tenía su testamento antes de que muriera Enrique
Alvarez Félix y pues, obviamente, tuvo que tomar otras decisiones."
Los bienes de su hijo pasaron a ser propiedad de ella, por ser su única
heredera. "Don Enrique era propietario de un departamento en Polanco, en
Campos Eliseos; ella era dueña de una casa en la misma colonia,
en Polanco, en la calle Hegel 610, y de otra en Cuernavaca. Esos tres bienes
inmuebles están notificados, y también están identificados
muchos bienes muebles, que fueron mandados a hacer o eran de época.
"Cada mueble lo compraba con anticuarios y los mandaba
reparar. En su casa hay muchos cuadros, muy bonitos; los más importantes
eran de ella misma, pintados por reconocidos artistas. Además estaba
toda la colección de indios americanos de Antoine Tzapoff, pero
que eran de ella. Las joyas, como los cocodrilos mandados a hacer con Cartier,
fueron comprados por la propia Fundación Cartier, que tenía
especial interés en tenerlas, porque eran únicas."
Agregó que ha localizado cuentas de cheques en
varios bancos, "en uno por 48 mil pesos. Insisto, la señora vivía
bien, muy bien, pero no en el lujo excesivo. La casa de la calle Hegel,
ustedes vieron el frente, debe de tener unos 400 metros cuadrados; no es
una mansión. El departamento de Enrique era de unos 200 o 300 metros
cuadrados".
Aclaró que María Félix no dejó
ningún bien a ninguna institución pública o privada.
"Platiqué con ella muchas veces; no se sentía con la tranquilidad
de dejar sus bienes a una institución, porque después no
hay alguna persona responsable de los bienes. Tenía mucho cariño
y respeto por el pueblo de México; lo demostró siempre. No
confiaba en los políticos. No le podía dejar algo al pueblo
porque éste como tal carece de figura jurídica, de patrimonio
propio. Todo dependerá de una decisión que deberán
tomar herederos y legatarios.
"Lo que sí quería es que su casa se conservara
tal como está. Arregló cada detalle. Sus familiares no están
disputando ninguna herencia (...) Si Tzapoff fuera el beneficiario podría
decidir si acepta o no la herencia. Los familiares deben optar."
Reiteró que los informes a las instancias pertinentes
tardan entre una semana o dos en ser recibidos. Hasta entonces podrá
saberse el o los beneficiarios. "Con tales documentos en la mano hay que
decidir si todos los herederos y legatarios están de acuerdo en
ir ante el notario. Si no se ponen de acuerdo tengo la obligación
de interceder."
Como quiera que sea, puntualizó, no se puede considerar
la herencia como millonaria o excesiva.