El desmentido de la reunión, detonante
de la ofensiva en los medios de La Habana
Celebran en Cuba el retorno de Chávez al poder
Despliegue informativo sin precedente en la isla sobre
la crisis en Venezuela
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 14 de abril. En una experiencia sin
precedente por el despliegue de recursos, Cuba se convirtió en parte
de la batalla informativa que surgió paralelamente a la crisis de
Venezuela y este domingo celebraba con amplitud el retorno al poder del
presidente Hugo Chávez, su principal aliado.
Al mediodía del viernes 12, al difundir un mensaje
de Chávez por medio de su hija, María Gabriela, la televisión
cubana asumió protagonismo en la crisis. El sábado ese papel
tomó la forma de un sorpresivo maratón informativo que se
extendió unas 20 horas. Empezó al mediodía, siguió
con interrupciones la tarde y la noche y se prolongó a la madrugada
del domingo con un insólito enlace directo con la emisora estatal
Venezolana de Televisión, recuperada por el gobierno constitucional.
La emisión no paró hasta las diez de la mañana de
hoy.
La actitud de Chávez después del golpe,
la escasa información sobre el paradero del presidente, la represión
y la posición que asumían algunos altos dirigentes del gobierno
depuesto fueron conocidos originalmente por los enlaces de la televisión
cubana.
El desarrollo de la resistencia fue reportado el sábado
por la televisión con precisión y rapidez. En la tarde de
ese día, durante horas, algunas agencias internacionales de noticias
tuvieron en sus servicios más despachos fechados en La Habana que
en Caracas.
Un despliegue informativo similar sólo fue realizado
por Cuba, aunque en dimensión mucho menor, cuando Estados Unidos
invadió Panamá en 1989 y la emisora de onda corta Radio Habana
Cuba se volcó a esa cobertura sin parar.
Esta vez la televisión fue secundada por una robusta
batería de sitios web cubanos, que paulatinamente fueron llevando
a Internet los registros de la emisora.
El primer desmentido
La
declaración de María Gabriela Chávez, basada en una
conversación telefónica de su padre con la familia la mañana
del viernes, fue el primer desmentido público del mandatario a su
supuesta renuncia, después de que fue hecho prisionero. Fue también
el detonador de la ofensiva informativa cubana.
La hija de Chávez denunciaba en esa llamada, a
petición de su padre, que en Venezuela se estaba imponiendo una
"dictadura de extrema derecha".
El primer impacto ocurrió aquí escasamente
dos horas después, cuando la cancillería citó apresuradamente
a conferencia de prensa, en la que el ministro de Relaciones Exteriores,
Felipe Pérez Roque, denunció el golpe de Estado y exigió
el retorno de los poderes al gobierno legalmente constituido.
Por la noche la televisión transmitió conversaciones
telefónicas desde Caracas con el embajador venezolano en Cuba, Julio
Montes, y con el ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz.
Ambos reiteraron la negativa de Chávez a renunciar, confirmaron
que se trataba de un golpe de Estado y denunciaron la represión.
Nuevamente fue primicia una declaración de la hija
de Chávez, difundida por la televisora cubana entre la noche del
viernes y los primeros minutos del sábado: el mandatario había
sido sacado en helicóptero de su reclusión en el Fuerte Tiuna
sin saber su destino.
En esa misma llamada María Gabriela reportaba los
primeros indicios de la resistencia, hasta entonces ignorados en el exterior:
civiles partidarios de Chávez empezaban a congregarse frente a Tiuna
y al Palacio de Miraflores, exigiendo la liberación del presidente.
El sábado, en su cotidiano noticiario de mediodía,
la televisión anunció insistentemente que a partir de las
tres de la tarde ofrecería información sobre Venezuela. El
noticiario, que se emite entre 12:30 y 13:15, aproximadamente, en sentido
estricto no terminó hasta enlazarse con su segunda edición,
a las 20 horas.
En esas ocho horas, uno de los canales nacionales de la
televisión estuvo íntegramente dedicado a reportar la situación
de Venezuela, alternando con material de archivo. El maratón informativo
abrió con la tercera llamada de María Gabriela Chávez,
quien confirmó ?basada en fuentes leales a su padre? que el mandatario
había sido llevado a Orchila, seguía incomunicado y era maltratado.
Habló más extensamente de la resistencia civil y anunció
que se esperaba el pronunciamiento militar de Maracay.
Entre ese momento y hasta la medianoche, la televisión
cubana transmitió una conversación con la madre de Chávez,
Elena Frías, quien confirmó que era incierto el destino de
su hijo; con el general Julio José García Montoya, secretario
permanente del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, quien desde Maracay
rechazó el golpe y ratificó el alzamiento en esa plaza, y
con Noel Samudia, alcalde de Sabaneta, quien ofreció precisiones
sobre la resistencia militar.
La televisión emitió además, entre
las tres de la tarde y las ocho de la noche, cuatro reportes y un comunicado
oficial. En el primero informó de la concentración popular
en torno al Palacio de Miraflores, reclamando la liberación de Chávez,
registró "insistentes rumores" de que la Guardia de Honor había
tomado la sede presidencial y señalaba nuevos alzamientos militares
leales al presidente. También puntualizó: "La televisora
CNN reportó que existe una férrea censura en los medios de
comunicación venezolanos, que no están trasmitiendo nada
a la opinión pública".
En el segundo mensaje, Cubavisión anunció
la toma del Palacio de Miraflores por la Guardia Presidencial y una multitud,
la huida del jefe golpista Pedro Carmona y la movilización popular
y militar en favor de Chávez. "El golpe reaccionario y fascista
ha sido derrotado por el pueblo y los militares honestos y patriotas del
pueblo venezolano."
Contrastando su información, la emisora cubana
subrayó que "el canal Globovisión, que apoyó el golpe
de Estado, oculta la información y publica documentales sin interés
y anuncios publicitarios. Todos recuerdan la infame campaña de este
canal acusando al gobierno bolivariano de limitar la libertad de información".
El tercer mensaje, que precisó su hora de elaboración
(16:20), dijo: "La embajada cubana en Caracas recibió confirmación
de que el Palacio de Miraflores estaba tomado por el pueblo". Citó
nuevos datos sobre la reacción militar y la movilización
civil y volvió a la polémica informativa. "En las televisoras
que apoyan al golpe, al parecer, se ha producido una desbandada y los locutores
han abandonado sus puestos, mientras se transmite un partido de golf."
Añadió que "crece en Venezuela la preocupación por
evitar se produzca el asesinato del presidente Chávez que tendría,
nadie lo duda, consecuencias impredecibles".
El cuarto reporte cubano, también con hora (17:00)
arrancó así: "La cuestión clave ahora es qué
han hecho con el presidente Chávez". Citó a un oficial del
ejército diciendo que el presidente iba encapuchado al salir de
Tiuna y relató el ascenso de la resistencia. "El jefe de la junta
golpista y su camarilla están huyendo y nada se sabe de ellos. Es
urgente la presencia del presidente Chávez en Caracas. Su ausencia
en momentos tan críticos podría producir un verdadero caos
cuyas consecuencias no se pueden predecir".
El quinto reporte fue presentado como "Nota oficial",
es decir, declaración formal del gobierno. El texto desmintió
la supuesta petición de Chávez de asilarse en Cuba y anunció
la desafiante decisión cubana de devolver inmediatamente al mandatario
a Venezuela, si acaso era enviado por la fuerza a este país.
Directo desde Caracas
Con la información caliente intercalada en tramos
de programación habitual, Cubavisión entró al domingo
con su espacio fílmico semanal: la película del sábado.
Pero el acostumbrado programa de dos cintas ya no se cumplió. Al
terminar el primer filme entró en directo desde Caracas la señal
de Venezolana de Televisión.
La emisora estatal, que había sido clausurada por
los golpistas y estaba ya recuperada por el gobierno de Chávez,
transmitió ininterrumpidamente un panel de comentarios en el estudio,
entrevistas y enlaces al exterior. De pronto, la audiencia cubana estaba
metida de lleno en la crisis venezolana y así permaneció,
con algunas interrupciones, hasta las diez de la mañana.
Fue una madrugada pesada y hubo gente que la resistió
íntegramente. Para los cubanos esta fue una experiencia singular,
que de pronto trajo a la intimidad de las pantallas caseras tres grandes
novedades: a) la señal de una emisora extranjera, aunque de un signo
tan cercano como la del gobierno de Chávez; este hecho es notable,
porque la recepción de televisión por cable o satélite
está prohibida para los ciudadanos de este país, que sólo
disponen de dos canales nacionales y varios regionales; b) el público
tuvo emisiones de madrugada, cuando aquí la programación
habitual de televisión concluye antes de las dos de la mañana,
y c) la audiencia local pudo seguir una discusión política
en la que se invita a la oposición a dialogar ante las cámaras,
se llama a la población a ser tolerante con opiniones políticas
contrarias y se elogia el pluralismo, en contraste con el monolitismo del
discurso oficial y los medios informativos cubanos.
Más allá de los atractivos propios de la
transmisión, para los cubanos era vital el seguimiento de la crisis
venezolana. Sa-bían que era fatal la caída de Chávez,
a quien la voz popular asocia con el suministro petrolero a Cuba. De pronto
vino a las conversaciones callejeras el recuerdo de la violenta escasez
que siguió aquí al colapso de la Unión Soviética.
¡Viva la amistad de Cuba y Venzuela!
El domingo, la televisión cubana estaba de celebración.
El noticiario del mediodía acompañó su reseña
de Venezuela con imágenes de Chávez y el presidente Fidel
Castro, indistintamente en Caracas y en La Habana, con titulares sobrepuestos
como "¡Viva el presidente Hugo Chávez!", "¡Viva la amistad
de Cuba y Venezuela!"
La habitual Mesa Redonda Informativa de la tarde
se llamó "Victoria del pueblo y la revolución bolivariana".
Esta vez la bandera cubana en el estudio estuvo acompañada por el
emblema tricolor venezolano. En el auditorio estaban jóvenes venezolanos
que estudian en Cuba, con banderas de su país y fotos de Chávez.
En una pared estaba la foto de Chávez con la banda presidencial.