Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 15 de abril de 2002
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Economía

Debe responder ante los procesos judiciales iniciados por Hacienda y Nafin

Nueva orden de aprehensión contra David Peñaloza, principal accionista de Tribasa

La empresa, en proceso de descapitalización; fracasó la restructuración de deudas

JUAN ANTONIO ZUÑIGA Y VICTOR CARDOSO

El juez 14 de distrito en materia penal federal giró una nueva orden de aprehensión en contra del presidente del consejo de administración de Tribasa, David Peñaloza Sandoval, quien se mantiene prófugo desde mediados de diciembre pasado, cuando se liberó otro mandato judicial en el mismo sentido para responder sobre el presunto fraude por 30 millones de dólares cometido en agravio de Nacional Financiera.

La nueva orden de aprehensión forma parte de un proceso judicial iniciado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en contra de Peñaloza Sandoval, a poco más de dos semanas de que un juez de lo concursal emitiera una sentencia de suspensión de pagos en contra del grupo Tribasa, promovida por seis bancos nacionales y extranjeros, y abriera un periodo de 185 días hábiles para alcanzar un acuerdo con sus acreedores o, en caso contrario, proceder a una posible declaración de quiebra.

Al cierre de 2001, Tribasa acumuló más de 2 mil 739 millones de pesos en impuestos por pagar, una cantidad que representó ese año 23 por ciento de su pasivo total, y entre 1997 y el año pasado hizo uso de la facilidad fiscal que le permitió diferir mil 710 millones de pesos en pagos de impuestos en diferentes anualidades durante este periodo.

Sin embargo, el proceso de descapitalización de la empresa ha sido continuo y los planes de restructuración de deudas y disminución de pasivos a través de la venta de activos, entre los que se incluye una especie de embargo por parte del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), han sido insuficientes para contener el virtual derrumbe de la que fuera la segunda empresa constructora más importante del país.

En 1999, Tribasa logró una reducción de pasivos por cerca de 800 millones de dólares, ''así como una capitalización por 120 millones de dólares''. Su situación todavía no era tan precaria como ahora, y ''buscó acercarse a empresas como Advent International y la constructora española OHL'', las cuales le propusieron obtener una participación superior a 80 por ciento del capital social de Tribasa, pero pusieron ''como condición para aportar sus recursos que la compañía restructurara sus pasivos con sus acreedores''. Esa propuesta fue calificada de ''incongruente y por ende inviable'', según informes oficiales de Tribasa, enviados a la Bolsa Mexicana de Valores.

El 20 de julio de 1999 vendió en 73 millones de dólares su participación accionaria en Ferrosur a Empresas Frisco, subsidiaria del Grupo Carso, y cinco días después Tribasa y una subsidiaria de Enron Corporation anunciaron la conversión de un préstamo de 27 millones de dólares, suscrito el 17 de marzo, en acciones comunes de Tribasa.

El 29 de julio, Grupo Tribasa suscribió un acuerdo con el grupo francés GTM, para la venta de 81.25 por ciento de la concesionaria Chillán-Collipulli, en Chile, con lo que se cancelaría deuda por 50 millones de dólares.

Al año siguiente Tribasa vendió las acciones del Centro Comercial Tres Ríos y enajenó a Banca Serfín la totalidad de los títulos de esa empresa. El 25 de octubre de 2000, ''Tribasa Chile y Tribasa Cono Sur convinieron en entregar, como pago en especie, la totalidad de las acciones representativas del capital social de la concesionaria Santiago Los Vilos al Banco Nacional de Comercio Exterior''.

Pero una operación en la que intervino Nacional Financiera, una filial de Tribasa denominada Inversiones Técnicas Aeroportuarias (ITA) y Aeropuertos del Sureste (Asur), primer grupo aeroportuario privatizado en México, no fue lo legal que se esperaba y fue motivo para el inicio de un proceso judicial que hasta el momento originó la primera orden de aprehensión en contra de David Peñaloza Sandoval.

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