Desidia judicial
Tortura impune en el estado de México
El 2 de junio de 2001, el segundo visitador general de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem), Miguel Angel Estrada Valdez, y personal de ese órgano, realizaron una sorpresiva visita al Centro de Justicia de Metepec. Ahí se entrevistaron con la agente del Ministerio Público Encarnación Rosales, a quien informaron que realizarían una inspección en las galeras.
La agente del MP les dijo: "no es posible atenderlos en este momento. Estoy tomando la declaración de unas personas. Tengo mucho trabajo; si quieren vayan a la Agencia de Robo de Vehículos porque allí no tienen trabajo".
El personal de la Codhem le hizo saber que ingresaría al área de aseguramiento. Ese anuncio motivó el nerviosismo de la agente ministerial, quien en voz alta manifestó: "no tengo llaves, la puerta tiene candado, no se puede entrar". Sin embargo, al llegar a la puerta de acceso a las galeras ésta no tenía candado.
"Al abrir dicha puerta se escucharon quejidos de una persona, ante lo que Encarnación Rosales aseguró: 'no hay nadie, no pasa nada'. No obstante, adentro, el visitador Estrada Valdez pudo observar que cuatro agentes sujetaban a un individuo vestido con ropa interior, a quien tenían recostado sobre una colchoneta con la cabeza parcialmente cubierta con una bolsa de plástico color blanco mientras le introducían agua por la boca y la nariz con un vaso de unicel color blanco. Al percatarse de la presencia de personal de la Codhem, los elementos de la Policía Ministerial de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México huyeron del lugar.
"La agente ministerial dijo a la Codhem que la persona golpeada se llama Enrique Amilpa Almanza, que fue detenido por posesión de arma prohibida y estaba relacionado con seis actas de averiguación previa iniciadas por robo a casa habitación.
"La Codhem solicitó a la PGJEM que se tomaran las medidas precautorias para evitar que los elementos policiacos evadieran la acción de la justicia y salvaguardar la integridad física de la víctima y si ésta era culpable de los delitos que se le imputaban, se procediera contra ella de acuerdo con la ley." Después de ser consignado el responsable, un juez lo absolvió de todos los cargos. VICTOR BALLINAS