Los legisladores están muy ocupados para recibir al canciller, dice Silvia Hernández
A los senadores del PRI ya no les interesa reunirse con el titular de la SRE: Jackson
Apoyarán los priístas la propuesta de llamar a comparecer al secretario de Marina
ANDREA BECERRIL
El acercamiento entre el secretario de Gobernación y los coordinadores parlamentarios del Senado, el pasado jueves, ayudó a que disminuyera en parte la confrontación entre el Legislativo y el Ejecutivo. Aun así, los senadores del PRI no están dispuestos a reunirse con el titular de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda.
"A los priístas ya no nos interesa", respondió el coordinador de la bancada del tricolor, Enrique Jackson, cuando se le preguntó si ya había fecha para la comparecencia del titular de Relaciones Exteriores ante el Senado.
Igualmente, la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte, Silvia Hernández, aseveró que ahora los senadores están muy ocupados para recibir al canciller. Señaló que muchos asuntos que querían tratar con él los pueden canalizar a funcionarios directamente relacionados con el tema, como el caso de la participación de la Armada en las maniobras multinacionales que comanda Estados Unidos conocidas como Unitas, que es responsabilidad directa del secretario de Marina, Marco Antonio Peyrot.
Los priístas acordaron no insistir más en la comparecencia de Castañeda, durante una reunión del Comité de Asuntos Internacionales de la fracción del tricolor, el pasado 8 de abril. Fue un día antes de la sesión que tanto revuelo ha provocado, en la que el PRI conjuntamente con el PRD y el Verde Ecologista votaron en contra de que se diera permiso a Vicente Fox de salir del país.
Jackson Ramírez reveló que ese lunes 8 pidió a los integrantes del Comité de Asuntos Internacionales de su bancada "analizar dos asuntos fundamentales: el tema que tenía que ver con el viaje presidencial, en función de los motivos del mismo, y los pendientes que tenemos en materia de política exterior que no han atendido el gobierno de la República ni la cancillería".
Ese grupo de legisladores, "en la mañana del martes, llevaron sus conclusiones y el producto de su trabajo al seno de la fracción. Ahí lo discutimos y acordamos que teníamos razones suficientes para no aprobar el viaje del Presidente", detalló Jackson.
Se sabe que, además de ello, los legisladores del PRI determinaron también que no iban a insistir en pedir la comparecencia de Castañeda, porque el canciller había evadido el llamado del Senado y porque la determinación que tomó la Junta de Coordinación Política de concertar la fecha de la cita con el funcionario por conducto del secretario de Gobernación, Santiago Creel, fue malinterpretada.
Fue una cortesía parlamentaria, dijeron, pero lo que hizo Castañeda fue mandarles decir por conducto de Santiago Creel que por su agenda estaría ocupado hasta el 27 de abril, toda vez que tenía varias giras internacionales en puerta.
Los senadores priístas recordaron las múltiples veces que el titular de Relaciones Exteriores desestimó sus críticas, bajo el argumento de que finalmente todo le aprobaban en el Senado, y decidieron no insistir más en reunirse con él.
Durante el encuentro del pasado jueves en Gobernación, el titular de la dependencia insistió en que se estaba concretando la cita con el canciller, "pero no es algo que interese ya, por lo menos no en el corto plazo, a los priístas". Estos van a impulsar el punto de acuerdo propuesto por el PRD en la sesión del pasado jueves 11, para citar al secretario de Marina.
La estrategia priísta no es nueva. Desde una plenaria de la fracción realizada en Tlaxcala, en septiembre de 2001, los legisladores del tricolor plantearon la posibilidad de congelar la ratificación de una veintena de cargos diplomáticos que estaba pendiente, debido al empecinamiento del canciller de no someter al aval del Senado el nombramiento de Mariclaire Acosta, entonces embajadora especial de derechos humanos.
No lo hicieron entonces, pero los diferendos y enfrentamientos con Castañeda fueron creciendo hasta culminar con el enojo de los senadores del PRI por las maniobras del canciller para posponer su comparecencia, hasta que se enfriara por completo el problema con el gobierno cubano, a raíz de la repentina salida de Fidel Castro de la "cumbre de Monterrey".
Fueron los ingredientes que llevaron a la fracción del PRI a impulsar el voto de la oposición en contra de la visita de Fox a cuatro ciudades de Canadá y Estados Unidos, y el veto, por lo menos por un tiempo, a Castañeda.
El 88 constitucional, medida del siglo XIX: Gallegos Soto
Mientras tanto, en Aguascalientes, el senador federal panista Benjamín Gallegos Soto calificó de "medida del siglo XIX" el artículo 88 constitucional, el cual obliga al Presidente de la República a solicitar permiso al Congreso de la Unión para viajar al exterior. Y aseveró que en breve propondrá derogarlo.
Sostuvo que esa ley fue elaborada en 1820, "cuando los reyes o los primeros ministros tenían que viajar en barco y se tardaban tres meses y nadie sabía de ellos. Por esa razón debería discutirse, pero sin duda estamos en favor de que se derogue". Gallegos Soto opinó que, en su defecto, debería modificarse para que únicamente cuando el Presidente vaya a estar fuera del país "más de 10 o 15 días pida permiso". (Con información de Claudio Bañuelos, corresponsal)