Los judas de Jorge G. Castañeda, Osama
Bin Laden y Fidel Castro, los protagonistas
Pese a recibir llamadas anónimas, los Linares
quemaron a los políticos
Aténganse a la tradición, quemen
sus diablitos y no se metan en problemas, fue el mensaje
ARTURO CRUZ BARCENAS
La familia Linares quemó la tarde de ayer los tradicionales
judas con figuras de políticos, que este año correspondieron
a Jorge G. Castañeda, Fidel Castro y otros, pese a recibir el viernes
varias llamadas anónimas en las que una voz les decía que
"mejor aténganse a la tradición, quemen sus diablitos y no
se metan en problemas".
Habían dicho en la mañana de ayer que no
quemarían las figuras de políticos y que sólo ardería
un cerdo vestido de frac que representa al Fondo Monetario Internacional.
Sin embargo, por la noche, varias figuras centrales de la política
actual fueron quemadas.
En sus casas-talleres de la calle Oriente 30, colonia
Merced Balbuena, los artesanos artífices de seres fantásticos,
como los alebrijes, calaveras, brujas y brujos de la más diversa
índole, daban los últimos toques a los seres que parecen
inocentes, aunque se refieren a los valores de la maldad o la bondad.
Recargados en la pared, están unos monotes que
representan a Vicente Fox, con sus bigototes y bototas. "Ese no se parece
mucho al presidente, así que no creo que vaya a haber problema".
"¿Va a haber toritos?''
Mientras se realiza la plática, ayer, elementos
de Protección Civil del Gobierno del Distrito Federal se acercaron
a Ricardo Linares, haciéndole ver que estaban ahí para apoyarlos.
"¿Qué necesitan? ¿Necesitan algo?" Justamente el mero
día. Ni siquiera un día antes. Hicieron ver que unos tanques
de gas pueden representar peligro por los cohetes. "¿Va a haber
toritos?" Desconocen la tradición. Por supuesto que los va a haber,
pero no con esa figura. En este caso no fueron toros, sino chivas, las
del Guadalajara, "que se truenan solas", dice otro Linares, señalando
el mal paso que por el campeonato lleva el rebaño sagrado.
A un lado, jovencitos y otros ya cargados de años
se mojan con lo que pueden: baldecitos, globos llenos de agua y, la novedad,
con espuma en espray. Son sus terrenos y sin planearlo se meten a su unidad,
pasa una patrulla; se va ésta, y vuelven a salir. Pareciera película
muda.
En la azotea de una de las casas de los Linares resalta
la figura de Osama Bin Laden, quien tiene en sus manos de cartón
un rifle que lo esquematiza. Más allá ET, de la película
El extraterrestre, de unos tres metros de altura. Y más allá,
diablos y más diablos. Adentro, en buen resguardo están los
judas que serán quemados. Los sacaron hasta la mera hora, pues Enrique
Linares señala que todo lo relacionado con cohetes "está
satanizado".
Se acercan varias personas para preguntar la hora en
que comenzará la quema, la tatemada. Como a las siete de la noche.
Por allá anda don Miguel Linares, quien hizo al Bin Laden; a su
lado está un Tío Sam de cara rosada, y una ratota que se
parece a Carlos Salinas. "Ese personaje ya no es noticia; los importantes
ya no los quemaremos este año", lamenta Enrique Linares, de 28 años,
todos, desde que recuerda, haciendo arte en papel y cartón.
''El terrorismo nos está dejando sin chamba''
Para Enrique Linares, los creadores de arte en cartón,
como su familia, están siendo afectados por las circunstancias económicas,
pero los más "satanizados son los pirotécnicos, quienes años
antes estaban desde la mañana preparando los judas; ahora se tienen
que cuidar porque si los detienen hasta parece que trajeran droga".
Se quejó de que hasta la mañana del viernes
apareciera gente de Protección Civil para ofrecer sus servicios.
"Faltan cuatro horas. Nosotros hacemos esto porque es una tradición,
pagamos los materiales. Nadie nos ayuda. Ahora llegan y salen con que van
a acordonar la zona, que van a dar unos gafetes. ¿Para qué?
"El problema es que uno vive de esto. Desde los avionazos
en las Torres Gemelas ya no vendemos igual, porque ya no hay turismo. Si
alguien compraba alebrijes, esos son los gringos. Diez años atrás
hasta venían aquí los gringos. Ya no. Lo de las llamadas
fue muy rápido".
Lo que temen los Linares es que si queman figuras con
la imagen de algunos políticos se les "caigan algunos contratos.
El año pasado quemamos a López Obrador, el jefe Diego y a
los dos hermanos Salinas, Raúl y Carlos; luego nos cancelaron un
trabajo en el Zócalo. Dependemos de la venta de las figuras. ¿Qué
hacemos? Si antes me pedían unos 30 alebrijitos, ahora nomás
son 10, desde lo de los atentados terroristas.
"Ahora tengo otros proyectos y como está la chamba",
dice y mira a su esposa y a su hija. "Si fuera yo solo". "Me acalambran
en el sentido de la lana".
Como quiera que sea, se quemaron muchos judas, muchos
diablos, engendros del mal.