Ninguna referencia de Castro al diferendo diplomático
Virtual tregua entre México y Cuba; saldo rojo
para ambos
Fox califica las relaciones bilaterales de ''muy bien,
como siempre'', en entrevista concedida a la televisión
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 29 de marzo. Con dos claras señales
al más alto nivel, la peor crisis en cuatro décadas de las
relaciones diplomáticas entre Cuba y México entró
hoy en una virtual tregua. En ambas partes se silenciaron las armas políticas
con un inicial recuento de costos y beneficios que arroja saldos rojos
en los dos lados.
Los presidentes Fidel Castro y Vicente Fox dieron públicamente,
casi en forma simultánea, la orden de cese el fuego. El mandatario
cubano, al omitir cualquier mención al caso durante un discurso
de tres horas y media, la noche del miércoles y primeras horas del
jueves. El mexicano, al afirmar en una entrevista por televisión,
más o menos al mismo tiempo, que las relaciones bilaterales están
"muy bien, como siempre", y al rehusar extender sus comentarios sobre el
diferendo.
El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, y su homólogo
mexicano, Jorge G. Castañeda, coincidieron esta semana en Ginebra,
donde ayer concluyó el primer tercio del 58 periodo de sesiones
de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas,
hoy en receso de Viernes Santo. Ambos leyeron sus discursos, pero Castañeda
no hizo declaraciones a la prensa y las de Pérez Roque se limitaron
a reiterar la conocida posición de La Habana respecto al conflicto
bilateral.
En consonancia con la línea imperante, los medios
informativos cubanos han restringido progresivamente la repercusión
del caso, del virulento editorial del diario oficial Granma del
martes a la eliminación del tema en la cartelera noticiosa este
viernes.
Recuento de daños
El paisaje, una semana después de que estalló
la batalla, puede resumirse en los siguientes resultados:
1. La relación bilateral está claramente
en su más bajo nivel desde el triunfo de la revolución que
encabezó Castro en 1959. Nunca como ahora Cuba había acusado
abiertamente a México de mantener una política hostil, deliberada
y sistemática, en alianza estrecha con Estados Unidos. El resultado
es negativo en ambos lados, porque ninguno de los dos gobiernos lo consideraba
un objetivo de su política exterior. Aunque el conflicto no ha escalado
a nivel diplomático, está en el umbral.
2. Para Cuba es una pérdida neta. A la lista
de países que mantiene en la congeladora política
(Argentina, Canadá, Costa Rica, España, Guatemala y Uruguay)
se agrega México, único aliado regional durante décadas,
punto de referencia en América Latina para asuntos cubanos y destino
despolitizado de migrantes. En aquellos casos, la falta de diálogo
de alto nivel dificulta y retrasa una mejoría en otros terrenos
y atasca el contacto multilateral, pero no tiene impacto económico.
Los negocios (notablemente canadienses y españoles) han sobrevivido
al diferendo gubernamental. En el caso mexicano la huida de capitales ya
se produjo hace unos seis años y el intercambio comercial actual
es simbólico. Cualquier progreso en este ámbito sin duda
sería acogido con entusiasmo por los cubanos.
3. Para México también hay una pérdida
neta. Está envenenada la comunicación con un vecino, cuya
suerte es un factor de seguridad nacional propia y ha estallado una denuncia
sobre política exterior con el peor de los argumentos para cualquier
cancillería que se respete: estar al servicio de una potencia extranjera,
lo cual, a la vez, abre un nuevo e innecesario flanco de conflicto para
Fox ante la sociedad, los partidos y el Congreso.
5. Para ambos países la ruptura del diálogo
político es igualmente desventajosa respecto a la relación
prioritaria para los dos: la de Estados Unidos. Cuba contó en el
pasado con la solidaridad y, en ocasiones, el apoyo activo, del aliado
de Washington; México, a su vez, siempre tuvo en la isla (como en
otra época en la URSS, los países socialistas y China), un
factor de peso compensatorio en el trato desventajoso con su vecino.
6. Para Cuba la crisis tiene la ventaja de cortar
abruptamente lo que se perfilaba como una ofensiva en ascenso, a partir
de una agenda de Tlatelolco que había singularizado a la isla en
una política de derechos humanos con nombre y apellido y que incluye
un trato privilegiado al exilio anticastrista de Miami, calificado aquí
de "mafia terrorista". El conflicto es el mal menor frente al escenario
de mantener la ficción de buenas o normales relaciones, soportando
la escalada. Es posible que la isla haya descontado el efecto adverso que
iba a tener su denuncia de Castañeda, traducido en apoyo al canciller
mexicano y críticas al régimen castrista, al provenir de
fuerzas de todas formas favorables al secretario o adversas a La Habana.
Cuba busca compartir el costo de la relación realmente existente
y no pagarlo completo. Su objetivo es limitar o vulnerar la agenda anticubana
de Castañeda, no derribar al canciller ni encabezar la denuncia
de su "servilismo" ante Washington, aunque arroja este combustible al fuego
que se declaró en Relaciones Exteriores.
7. Para el gobierno de México no hay ventajas
a la vista. Tiene ahora un frente que hace una semana no existía
y que obliga a definiciones al foxismo y al PAN, incluso mediante un virtual
voto de censura o de confianza a Castañeda.