MEXICO-CUBA
Es adjudicable a la administración estatal, admite
Falla diplomática, la exclusión de dos representantes filipinos
No podemos ser defensores de oficio de Fox: diputado panista
DAVID CARRIZALES, ESTHER HERRERA Y ANTONIO PEREZ CORRESPONSALES
El gobernador de Nuevo León, Fernando Canales Clariond, admitió que hubo una falla en el protocolo por parte de la administración estatal, en una comida que se ofreció el pasado 21 de marzo a jefes de Estado y de gobierno durante la cumbre de Monterrey, donde se impidió el acceso a dos representantes de la delegación de Filipinas, entre ellos el vicepresidente Teofisto Guingona.
Por otra parte, el diputado federal panista por Nuevo León, Hugo Camacho Galván, sostuvo que el Congreso de la Unión, y particularmente los integrantes de la fracción del PAN, ''no podemos estar como defensores de oficio del Ejecutivo'', y si efectivamente se comprueba que el canciller Jorge G. Castañeda se puso de acuerdo con Estados Unidos para que Fidel Castro se fuera de la cumbre, tendrá que dejar el puesto.
A su vez, Canales Clariond explicó: de la cancillería ''me proporcionaron la lista de los secretarios de Relaciones Exteriores y se me dijo que invitara además a algunos funcionarios locales y líderes empresariales; hicimos una lista, pues, con ese criterio''.
Pero ''un par de días antes, me pide el secretario Castañeda que amplíe la invitación a algunos cancilleres de delegaciones que no venían encabezadas por sus jefes de Estado y de gobierno, petición a la que accedí de inmediato; se trataba pues de ofrecer eventos amables o de convivencia entre la comunidad local con los dirigentes de las naciones del mundo que nos visitaron''.
Sin embargo, ''hubo pues una falla ahí de que no teníamos registrado el nombre de dos personas que representaban a Filipinas, cosa que yo lamento; en su oportunidad se les presentaron disculpas verbalmente por parte del gobierno del estado e inclusive por escrito; esto fue desde el jueves 21. El viernes todavía los volví a ver y nos saludaron con mucha amabilidad; la verdad yo creo que es un incidente menor que no tiene mayor repercusión''.
Por su parte, el diputado Camacho Galván se mostró de acuerdo en que con la nueva política exterior mexicana se promueva el respeto a los derechos humanos en todos los países del mundo, ''y se denuncie a Cuba por violarlos, como se evitó hacerlo en el pasado por una política de simulación'', pero que también se denuncien las violaciones a las garantías, que ocurren miles de veces, contra la comunidad de 20 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos.
''Nosotros estaríamos de acuerdo con la remoción de cualquier funcionario del servicio exterior mexicano, incluso del mismo canciller Castañeda, si los cubanos demuestran que efectivamente hizo las cosas para que Fidel Castro se fuera'', dijo. Sin embargo, señaló que hasta el momento ninguna autoridad del gobierno mexicano ha recibido una protesta formal de la cancillería cubana, y ''creo que esto ha generado más una guerra de papel que una protesta diplomática''.
Mientras tanto, el coordinador de los legisladores federales del blanquiazul en el estado, Francisco Cantú Torres, señaló que el conflicto México-Cuba es sólo una guerra de papel, ''el capítulo de una telenovela donde todavía no se sabe quién es el villano''.
Por su parte, el empresario Mauricio Fernández Garza, amigo desde hace 25 años de Fidel Castro, consideró que el gobierno cubano está buscando que México tenga una posición neutral en el seno de la Conferencia de Derechos Humanos de la ONU, que se lleva a cabo en Ginebra.
El empresario regiomontano, quien fuera uno de los principales inversionistas mexicanos en Cuba desde los años 80, sostuvo que el enfrentamiento entre México y La Habana es una confrontación entre personas y no llevará a un rompimiento en las relaciones entre ambas naciones.
''Creo que la propia cancillería mexicana no tenía la seguridad de la asistencia de Fidel Castro, dado que ellos mismos me llamaron días antes de su probable llegada a esta ciudad, para saber si yo tenía información al respecto, a lo que respondí que desconocía si vendría.''
Finalmente, el gobernador de Coahuila, Enrique Martínez Martínez, consideró que más que una explicación, la Presidencia de la República y la Secretaría de Relaciones Exteriores ''deben demostrar ante los mexicanos y ante el mundo cuál fue la actitud del gobierno'' en los sucesos de la cumbre Monterrey que motivaron el retiro de Fidel Castro de ese foro.