La nueva monarca, abuela de 11 niños, manifiesta que promoverá el cuidado del espacio

Ancianos del jardín Los Chapulines coronan a su reina de la primavera

En su mayoría, las aspirantes al cetro destacaron con sencillez el valor de la solidaridad

KARINA AVILESX

Con una jovialidad que ya quisieran muchos adolescentes y un ambiente que daría envidia a cualquier discoteca de la ciudad, decenas de viejos llegaron como cualquier día a su jardín en Chapultepec, sólo que ayer fue una tarde especial: hubo reventón.

No fue un domingo cualquiera o uno de aquellos días entre semana en que acuden a ese espacio para aprender danzón, hacer yoga o tomar clases de corte de botella. Nada de eso. Coronar a su reina de la primavera es cosa aparte.

Desde días antes las concursantes prepararon los vestidos y zapatos blancos que lucirían a la hora del paseíllo por el jardín; también elaboraron un pequeño discurso para responder a las preguntas de la maestra de ceremonias; sin embargo, nada de eso serviría si antes no han logrado obtener el cariño y la simpatía de sus compañeros.

Y es que son exigentes los integrantes del Consejo Humano del Jardín de la Tercera Edad del Bosque de Chapultepec, espacio también conocido como Los Chapulines. No cualquiera es su reina, y eso se notó cuando cada una de las 10 concursantes caminó por la pasarela. Unas lograron más aplausos que otras, aunque varias llevaban porra.

Llegado el momento de las preguntas, Carmelita, Eloísa, Martha, Ana María, Consuelo, Gracia, Martita, Guadalupe, Irma e Isabel respondieron, en opinión de varios espectadores, mejor que cuando se realiza el concurso Señorita México.

Estaban seguras, sin nervios y, asunto que ya no es común, destacaron el valor de la solidaridad; en palabras sencillas, sin hacerse bolas como los políticos, expresaron que si ganaban verían por sus amigos los ancianos, con quienes forman "una familia muy grande".

A unos metros, el "más viejo" de los asistentes no quería perderse ni un segundo de la escena con las 10 concursantes, y se enojó porque algunos fotógrafos y otros ancianos estaban parados y le estorbaban la visión.

Cándido Buenrostro -ése es su apodo- opinó que antes la fiesta se ponía "más buena porque éramos menos". Entonces contó algunos recuerdos de sus 84 años de vida. Cuando empezó a asistir a Los Chapulines, hace 14 años, "todas las muchachas estaban sentadas". Entrando en confianza, soltó: "con ninguna de las muchachas de Chapultepec me enredé. Pero una vez, de entre puras caras conocidas, vi a una extraña de otro club de viejitos. La medí: 80 por 40, 40 por 80; 1.65, no muy alta, pierna, ojos sencillos y dominadores.

"Me costó trabajo, no me hacía caso y hasta me cambié de club para estar cerca de ella. ƑQué sentí cuando la vi? šLógico! luego luego siente uno descargas y dice: 'Ah, caray'."

Así que planeó una estrategia para conquistar a ese amor de primera vista. Le dijo: "Soy soltero, sin vicios, trabajador y doy todo el gasto y todo el cariño". Con esas características sería difícil que alguien se le resistiera. El final de esta historia es que ya lleva ocho años viviendo con la mujer que lo cautivó.

Las trompetas de la orquesta Sonata Tropical anunciaron con una diana el veredicto. Ya había reina. La elegida fue Marta López Pérez Sonato, quien tiene cuatro hijos, 11 nietos y dijo sentirse feliz y asombrada por haber sido la ganadora. Junto a ella estaba la reina saliente, Eva Torres Paredes, quien hace un año estalló en lágrimas porque fue "una satisfacción que a esta edad te escojan".

La nueva reina fue investida como tal. Le colocaron corona, una capa roja de terciopelo y un cetro en las manos. Ella se comprometió a concientizar a sus compañeros para "conservar hermoso" ese jardín, que es, insistió, más que un lugar de reunión.

En ese espacio de Chapultepec muchos de estos ancianos han pasado el día más feliz de sus vidas, según expresa el señor Acuña Flores, quien espera cada domingo para ir con sus amigos, deslizar las piernas y convertirse en bailarín de danzón.