Pese a la tecnología, la mejor forma
de preservar las películas es en celuloide, dice
Los archivos fílmicos, los que menos recursos
reciben de la industria: Trujillo
La conservación de cintas enfrenta problemas
en todo el mundo, asegura el director de la Filmoteca
JORGE CABALLERO
La Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma
de México es uno de los mayores archivos fílmicos del mundo,
con 29 mil títulos. Ante las nuevas tecnologías digitales
para hacer cine, los archivos se enfrentan a uno de los problemas que merecen
toda su atención: la preservación de materiales fílmicos.
En opinión del director de la Filmoteca, Iván Trujillo, "el
cine es una industria cara, el peso se reparte entre producción,
distribución y exhibición; bueno, pues la preservación
es a la que menos recursos le llegan".
Precisa:
"La mejor forma de preservar películas, probada por el tiempo es
en celuloide; los filmes de los hermanos Lumiere cumplieron 106 años
y siguen viéndose si se pasan a otros formatos; la imagen del video
se pierde con el tiempo por lo inestable del soporte".
El también presidente de la Federación Internacional
de Archivos Fílmicos (FIAF), agrega: "El disco digital que está
desplazando al VHS, en su formato de DVD, tiene antecedentes en los años
70 en el disco láser, que era muy grande; en su momento fue la supuesta
alternativa para proteger los archivos fílmicos. El anterior director
de la biblioteca del Congreso de Estados Unidos, nos comentó: 'Tiramos
a la basura un montón de discos láser que estaban corroídos
y todos con una etiqueta que decía: el medio de preservación
del futuro'. Desde luego las cosas han mejorado y las imágenes se
pueden conservar por más tiempo en este formato, pero hay una cuestión
ética que tiene una razón de ser en que la obra tiene que
ser conservada tal y como fue concebida, hecha y proyectada en una sala
de cine".
Trujillo agregó: "Hace un mes nos reunimos en Durango
los países de Norteamérica afiliados a la FIAF: Canadá,
Estados Unidos y México. Fructífero para repatriar algunas
películas, y en el caso de Canadá para organizar algunos
ciclos. El punto más importante que tocamos es el futuro de la preservación
de los archivos fílmicos, pues en este segundo siglo de cine es
muy posible que desaparezca el celuloide por los avances tecnológicos
para realización y producción, cambios que serán drásticos.
Algunos colegas opinan que estamos viviendo una etapa similar a la que
se vivió del cine silente al sonoro, en el que los inventos se sucedían
unos a otros, incluso se ha planteado la duda acerca de si Kodak seguirá
produciendo película para rodar cine en 35 milímetros".
A consideración de Trujillo: "El siglo XX comienza
con el cine; es un lenguaje muy espacial del siglo pasado; las imágenes
en movimiento y los materiales cinematográficos son documentos de
estudio que hablan de una época específica y aportan información
a historiadores y académicos de las más diversas áreas.
Hay películas consideradas como bellas artes y el archivo del Museo
de Arte Moderno de Nueva York se preocupa por preservarlas. En el otro
extremo hay archivos como Empire War Museum, en Inglaterra, que conserva
estrictamente cintas bélicas. Entonces, el cine es patrimonio de
la humanidad".
?¿Cómo van a preservar el cine en película
de celuloide?
?Es una responsabilidad de todos, dependiendo de las capacidades
económicas que cada quien tenga. No hay archivos ricos, aunque hay
algunos que tienen muchos más recursos. Pero todos los archivos
tenemos problemas similares. El mayor interés de todos es la preservación
en el ámbito local; por ejemplo, restauramos hace poco El puño
de hierro, que para México cumple un papel importante, es una
prioridad, aunque posiblemente en otros países no interese. Esto
es aplicable a todos los países, cada uno tiene la obligación
de preservar su producción y de colaborar internacionalmente. Esto
no quiere decir que no tengamos películas clásicas, por ejemplo,
restauramos una copia de la cinta Charles Jr., de Buster Keaton,
que llegó a nuestro acervo gracias a la cooperación internacional.
Los estadunidenses les dieron una copia de la película a los franceses,
éstos a los rusos, ellos a los búlgaros y éstos a
los mexicanos; aunque hay la duda de que pasó primero por Cuba,
porque ya nos llegó con intertítulos.