Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 21 de marzo de 2002
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Cultura
Se dio a conocer un documental sobre la vida del republicano español Francisco Boix

Un fotógrafo en el infierno, de Lorenzo Soler, es un reto a la desmemoria y la irracionalidad

Vivió y documentó las atrocidades en el campo de concentración de Mauthausen

Fue uno de los principales testigos de cargo durante los juicios de Nuremberg

ANASELLA ACOSTA NIETO

Con el propósito de retar a la desmemoria y con la esperanza de evitar que la historia de terror se repita en el futuro, ya que en el presente no ha sido posible, la noche del martes en el Ateneo Español se dio a conocer en México el documental Un fotógrafo en el infierno, del realizador Lorenzo Soler, sobre la vida del español republicano Francisco Boix, quien vivió y documentó las atrocidades cometidas en el campo de concentración nazi en Mauthausen, Austria, y además fue uno de los principales testigos en el juicio de Nuremberg contra el Tercer Reich.

nazi3El documental, que rescata las imágenes fijas de la crueldad humana captada por la cámara Leica de Boix y que contiene escenas reales de sus declaraciones en Nuremberg, es biografía, recopilación de testimonios de sobrevivientes e historia de 9 mil españoles republicanos exiliados en Francia, luego del triunfo del franquismo, quienes fueron detenidos por los servicios de seguridad del Estado alemán (la Gestapo) y deportados al campo de concentración de Mauthausen, cerca del Danubio.

Se salvaron de Franco, pero no de la muerte

Boix, el hombre con ''cara y sonrisa de niño", trabajó en ese campo de concentración nazi como fotógrafo e intérprete del servicio de identificación y documentación de fotografías, labor que le permitió revelar negativos y ocultar las imágenes que posteriormente le sirvieron como pruebas en su testimonio contra las monstruosidades del régimen nacionalsocialista.

Al campo de Mauthausen eran deportados los detenidos considerados ''graves", con condenas de ejecución o a cadena perpetua, entre los que se encontraban judíos, comunistas, gitanos, homosexuales, enfermos mentales y paralíticos, muchos de los cuales perecieron víctimas del racismo y la xenofobia de Hitler.

Los testimonios de los españoles sobrevivientes cuentan que ante los hornos crematorios, las cámaras de gas y las salas de exterminio los oficiales nazis gritaban: ¡Os habéis salvado de Franco, pero de ésas no os salváis!

Los trabajos forzados, las palizas, los culatazos y la inanición cotidiana vuelven inexplicable ?para los mismos testigos? la sobrevivencia en aquel infierno que Boix retrató y tuvo el valor de denunciar.

La realización del documental que el año pasado obtuvo una mención especial en el cuarto Festival de Málaga, estuvo apoyada por el historiador Benito Bermejo, quien de acuerdo con la hermana de Boix, presente en la proyección de la cinta en el Ateneo, próximamente presentará un libro biográfico con documentación novedosa sobre el fotógrafo español.

Trascender el sentimentalismo

Ante algunos familiares de los republicanos opositores al nazismo y asesinados en Mauthausen, que llegaron a México luego de estallar la Guerra Civil española, el investigador Claudio Amado, de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, comentó que tras esa guerra y el avance de las fuerzas alemanas en Francia fueron creados campos de concentración en este país, donde fueron llevados muchos españoles republicanos.

Amado lamentó que pese a la documentación existente sobre la irracionalidad del nazismo, se haya reincidido en los campos de concentración, como ocurrió en la ex Yugoslavia.

Los documentales ?explicó? debieran ser ''reconsiderados como el material que recaba la memoria del siglo que terminó", ante la actitud de indeferencia frente a sucesos que no se quieren recordar o ni siquiera contemplar dentro de la historia.

Consideró que los documentales pueden ser parte de una asignatura en las instituciones de nivel medio superior, si se les concibe como instrumento que permite valorar al ser humano y hacerlo reflexionar para no reincidir en los campos de concentración.

Amado mencionó que muchas veces el efecto de los documentales sólo se queda en el ''sentimentalismo" y no se toma conciencia de cómo el ser humano está expuesto a reproducir situaciones graves, lo que se convierte en uno de los ''grandes riesgos" de la humanidad.

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