Se dio a conocer un documental sobre la vida
del republicano español Francisco Boix
Un fotógrafo en el infierno, de Lorenzo
Soler, es un reto a la desmemoria y la irracionalidad
Vivió y documentó las atrocidades en el
campo de concentración de Mauthausen
Fue uno de los principales testigos de cargo durante
los juicios de Nuremberg
ANASELLA ACOSTA NIETO
Con el propósito de retar a la desmemoria y con
la esperanza de evitar que la historia de terror se repita en el futuro,
ya que en el presente no ha sido posible, la noche del martes en el Ateneo
Español se dio a conocer en México el documental Un fotógrafo
en el infierno, del realizador Lorenzo Soler, sobre la vida del español
republicano Francisco Boix, quien vivió y documentó las atrocidades
cometidas en el campo de concentración nazi en Mauthausen, Austria,
y además fue uno de los principales testigos en el juicio de Nuremberg
contra el Tercer Reich.
El
documental, que rescata las imágenes fijas de la crueldad humana
captada por la cámara Leica de Boix y que contiene escenas reales
de sus declaraciones en Nuremberg, es biografía, recopilación
de testimonios de sobrevivientes e historia de 9 mil españoles republicanos
exiliados en Francia, luego del triunfo del franquismo, quienes fueron
detenidos por los servicios de seguridad del Estado alemán (la Gestapo)
y deportados al campo de concentración de Mauthausen, cerca del
Danubio.
Se salvaron de Franco, pero no de la muerte
Boix, el hombre con ''cara y sonrisa de niño",
trabajó en ese campo de concentración nazi como fotógrafo
e intérprete del servicio de identificación y documentación
de fotografías, labor que le permitió revelar negativos y
ocultar las imágenes que posteriormente le sirvieron como pruebas
en su testimonio contra las monstruosidades del régimen nacionalsocialista.
Al campo de Mauthausen eran deportados los detenidos considerados
''graves", con condenas de ejecución o a cadena perpetua, entre
los que se encontraban judíos, comunistas, gitanos, homosexuales,
enfermos mentales y paralíticos, muchos de los cuales perecieron
víctimas del racismo y la xenofobia de Hitler.
Los testimonios de los españoles sobrevivientes
cuentan que ante los hornos crematorios, las cámaras de gas y las
salas de exterminio los oficiales nazis gritaban: ¡Os habéis
salvado de Franco, pero de ésas no os salváis!
Los trabajos forzados, las palizas, los culatazos y la
inanición cotidiana vuelven inexplicable ?para los mismos testigos?
la sobrevivencia en aquel infierno que Boix retrató y tuvo el valor
de denunciar.
La realización del documental que el año
pasado obtuvo una mención especial en el cuarto Festival de Málaga,
estuvo apoyada por el historiador Benito Bermejo, quien de acuerdo con
la hermana de Boix, presente en la proyección de la cinta en el
Ateneo, próximamente presentará un libro biográfico
con documentación novedosa sobre el fotógrafo español.
Trascender el sentimentalismo
Ante algunos familiares de los republicanos opositores
al nazismo y asesinados en Mauthausen, que llegaron a México luego
de estallar la Guerra Civil española, el investigador Claudio Amado,
de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, comentó que tras esa
guerra y el avance de las fuerzas alemanas en Francia fueron creados campos
de concentración en este país, donde fueron llevados muchos
españoles republicanos.
Amado lamentó que pese a la documentación
existente sobre la irracionalidad del nazismo, se haya reincidido en los
campos de concentración, como ocurrió en la ex Yugoslavia.
Los documentales ?explicó? debieran ser ''reconsiderados
como el material que recaba la memoria del siglo que terminó", ante
la actitud de indeferencia frente a sucesos que no se quieren recordar
o ni siquiera contemplar dentro de la historia.
Consideró que los documentales pueden ser parte
de una asignatura en las instituciones de nivel medio superior, si se les
concibe como instrumento que permite valorar al ser humano y hacerlo reflexionar
para no reincidir en los campos de concentración.
Amado mencionó que muchas veces el efecto de los
documentales sólo se queda en el ''sentimentalismo" y no se toma
conciencia de cómo el ser humano está expuesto a reproducir
situaciones graves, lo que se convierte en uno de los ''grandes riesgos"
de la humanidad.