MONTERREY 2002

Directivos de FMI y BM debatieron con representantes del Foro Social Mexicano

La solución a la pobreza ya no es la asistencia, sino que los países sepan qué hacer con el dinero

Somos más generosos y menos avaros, sostienen Sus interlocutores los llaman neoliberales

ENRIQUE MENDEZ Y DAVID CARRIZALES ENVIADO Y CORRESPONSAL

Monterrey, NL, 20 de marzo. Funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) reconocieron que, ante el ''fracaso'' de sus políticas de préstamo, ''en condiciones muy complicadas'' hacia países que ''no podían con esa carga'', debieron flexibilizar sus condiciones de financiamiento, pero advirtieron que si bien por cada dólar de ayuda se generan dos en inversión privada, la solución a la pobreza ya no es la asistencia, sino que los países ''sepan qué hacer con el dinero''.

En un debate con representantes del Foro Social Mexicano, los directivos de esos organismos, auxiliados por un funcionario menor de la cancillería -que enviado por el gobierno de México calificó al Consenso de Monterrey como ''muy generoso y muy noble''- defendieron la viabilidad del proyecto, del que rechazaron el calificativo de ''neoliberal'' esgrimido por sus interlocutores.

Sostuvieron que su contenido ''es más de lo que hicimos antes'' y pidieron a las ONG ejercer ''más presión'' hacia sus gobiernos para hacerlos ''más responsables'' y menos corruptos, y a pesar de su presunto cambio en el rumbo de sus políticas anticiparon que serán ''inflexibles'' en que los países que requieran financiamiento cumplan con el requisito de respeto a los derechos humanos.

''Es algo que debimos haber hecho hace mucho tiempo. Aunque hemos cambiado de actitud, no sólo somos más generosos, sino menos avaros y esto es un gran logro'', afirmó el director para Relaciones Exteriores del Fondo Monetario Internacional, Thomas Dawson, quien sin embargo planteó que deben ser los gobiernos de cada país los que resuelvan los problemas derivados de las políticas neoliberales.

La ''visión moderna de hacer negocios''

El vicepresidente para Naciones Unidas del Banco Mundial, Mats Karlsson, enfatizó que esa institución ahora tiene una ''visión moderna de hacer negocios'', y si bien dijo compartir la ''frustración'' de los países que no ven reducidos sus niveles de pobreza, resaltó: ''Sólo si trabajan en el mundo institucional, les podremos dar más respuestas, las mejores del planeta''.

Los funcionarios acudieron a una mesa de debate con Marie Dennis, de Religious Working Group; Héctor de la Cueva, de Alianza Social, y Roberto Bissio, integrante de Social Watch.

Además de Karlsson y Dawson, se presentaron a defender el Consenso de Monterrey Oscar de Rojas, director de Políticas de Desarrollo de la ONU, y Salvador de Lara, director de Relaciones Económicas de la SRE. Los enviados del FMI y el BM incluso demandaron credibilidad para ellos. ''Que de aquí nazca la confianza de que una sociedad global en contra de la pobreza sí es posible'', dijo Karlsson.

Y por la Comisión Europea acudió el director de la División para el Desarrollo, Koss Richelle, quien se expresó ''abatido y consternado'' por el hecho de que el Consenso de Monterrey no tenga ningún paréntesis de modificación.

''No los hay, y sólo parece que acudimos a la Cumbre de la ONU sin algo que pelear y por eso vemos a los diplomáticos que cruzan de un lado a otro preguntándose qué hacer. Cuando pregunté, me dijeron que ya no había ninguna posibilidad de modificación, y que ahora sólo había que discutir sobre dinero. šSi esto no es un concurso de belleza respecto de quién dará más dinero, sino cómo gastarlo!'', exclamó.

Roberto Bissio lamentó que el Consenso de Monterrey no explique cómo se financiará el desarrollo, cuando precisamente de eso se trataba. ''Con los recursos que hay en el mundo es posible acabar con la pobreza. Nadie tiene necesidad de ser pobre y en Monterrey debíamos resolverlo. Ya que nos pusimos de acuerdo en la fiesta y la cena, Ƒcómo se paga? El baile ya está definido, pero ahora tenemos que ver cómo hacer la vaquita para pagar''.

Cuestionó las afirmaciones del FMI y del BM respecto de que están modificando sus políticas, cuando continúan ''manejados por sistemas anacrónicos que le dan a los gobiernos todo el poder de decisión''.

La mala noticia hoy, dijo, es que a quienes se les dijo que dejarían de ser pobres en el año 2000, ahora tendrán que esperar hasta 2015. ''La verdad es que todavía no es posible; mientras en la Navidad pasada en Estados Unidos 100 millones de perros recibieron regalos de más de 10 dólares cada uno, millones de personas sobreviven con un dólar diario. Y no se diga las vacas de la Unión Europea, que no sólo viajan en clase turista, sino en first class''.

Mats Karlsson respondió que las injusticias ''no son sólo divertidas, sino extremadamente peligrosas'', y agregó: ''Comparto su frustración, pero sólo si trabajan en el mundo institucional les podremos dar más respuestas, las mejores del planeta''.

Molesto por cuestionamientos de los asistentes al debate, respecto de que el Banco Mundial ha contribuido ''al saqueo'' de los países que reciben financiamiento, Karlsson devolvió:''Es momento de detener los estereotipos para los organismos internacionales. No hagamos un debate simple que sólo apunta hacia nosotros''.

Marie Dennis expresó su decepción porque el Consenso de Monterrey sólo contenga ''palabras y propósitos bonitos, pero no un calendario de acciones. El verdadero juicio sobre el documento se hará en los barrios, en las colonias marginadas, donde la gente ha tenido y tiene esperanzas de desarrollo''.

Héctor de la Cueva señaló que el consenso no plantea medidas concretas de desarrollo, sino ''sostiene los mismos paradigmas del neoliberalismo'', y ante el discurso de cambio del FMI y el BM afirmó que el único giro ''es el del lenguaje; hay recursos retóricos, pero no soluciones''.

Salvador de Lara respondió que esta cumbre es sólo ''otro escalón'' y si bien reconoció que ''probablemente'' de la reunión no surjan soluciones al problema de la pobreza, el documento a debate sí incluye respuestas.

''No somos impacientes -cortó De la Cueva-, pero recuerden cuánto duró el feudalismo. Ya la gente no tiene paciencia para esperar unos cuantos siglos más.''