MONTERREY 2002
Labriegos de Atenco llegaron hasta los retenes de la ciudad prohibida de Cintermex
Las protestas en Monterrey evidencian el estado actual de las izquierdas mexicanas
Para fresas de San Pedro Garza García, el de las minifaldas fue "un mitin de prostitutas"
JAIME AVILES ENVIADO
Monterrey, NL, 18 de marzo. Para los niños fresas de San Pedro Garza García -único municipio del país donde la mendicidad está prohibida por decreto de ley-, la manifestación de ayer (domingo), en que las feministas acudieron a la Macroplaza con minifaldas, fue "un mitin de las prostitutas de la ciudad". Con sus guapas novias y sus finos tragos, bebiendo en el exclusivísimo bar Havana de la colonia del Valle, los retoños de la clase patronal hablaban de las protestas populares que veremos esta semana contra la cumbre de la ONU, pero no lograban comprender, como dijo un pequeño Gran Gatsby, por qué "ante un evento tan importante para México, los marxistas tienen que venir a hacer estas majaderías".
Zarrapastrosos, hambrientos, exhaustos y mal dormidos, en el otro lado de la pirámide social, esta mañana deliberaban los anarcopunks del tianguis del Chopo, algunos ultras del CGH, todas las bases del MPR (que eran cuatro jovenzuelos) y los anfitriones de la Coordinadora de Apoyo Mutuo, y una rolliza chava del CCH Vallejo exponía su punto de vista en estos términos:
"Miren, compañeros, nosotros creemos que la manifestación de hoy en la tarde tiene que llegar a Cintermex, no a la Macroplaza, porque allí quién nos va a oír, Ƒno? Si los demás, porque son más, ya decidieron que la onda es la Macroplaza, pues buena onda por ellos, Ƒno?, pero nosotros venimos a protestar contra esas personas de la globalización, Ƒno?, y yo creo, compañeros, que debemos ir hasta donde nos pare la policía, Ƒno? Esa es nuestra propuesta, compañeros. Que vayamos pacíficos, pero ya si hay chingadazos, pues órale..."
Otros oradores, como ella, habían desdeñado el sinuoso problema de la correlación de fuerzas. "Si hay un chingo de militares y policías, pues qué, compañeros, eso no nos debe detener para llegar a Cintermex", dijo un muchacho de anillos múltiples en boca, nariz y orejas, y sus palabras fueron ovacionadas por los 150 adolescentes que atendían su discurso desde el pasto.
Eran los bebés de la Asamblea social otro mundo es posible, tan ingenuos como sus antagonistas del Havana. Pero su incapacidad para hacer política fue correspondida por la de los "adultos" que a 200 metros de allí, en el teatro María Teresa Montoya, habían aplaudido el discurso de Pablo González Casanova sobre la necesidad de construir alianzas contra la globalización de la guerra, pero no pudieron ponerse de acuerdo para marchar unidos en la citada manifestación de esta tarde.
Motivos no faltaban, por cierto. Alberto Anaya y José Narro Céspedes, director y gerente, respectivamente, del Partido del Trabajo, habían comprometido la participación de 10 mil habitantes de la colonia Tierra y Libertad, quienes en efecto desfilaron más tarde a la Macroplaza. Pero a cambio se apoderaron de la asamblea, hicieron gafetes de prensa con las siglas y los colores del PT, y causaron con ello el enojo de la dirigencia de El Barzón, cuya lideresa, Liliana Flores, brilló por su ausencia en la ceremonia de apertura.
Incansables e invencibles
Mientras las bases locales del PRD seguían lamiéndose hoy las heridas de ayer, aunque se veían alegres por la victoria de Rosario Robles Berlanga, las fuerzas emergentes de la política nacional, representadas por los cincuenta incansables e invencibles ejidatarios texcocanos de Atenco, ganaron la primera plana de los vespertinos de esta ciudad. Llegaron hoy al alba, saltaron jubilosos de su autobús, desenfundaron los machetes y se fueron con los campesinos de Mina, un municipio cercano a Monterrey, a protestar contra el aeropuerto de Fox y la contaminación de la empresa Rimsa que ha causado la muerte de decenas de cabras y chivos de sus anfitriones.
Aunque eran muy poquitos, ellos sí llegaron hasta los retenes que rodean la ciudad prohibida de Cintermex, donde se cuece a fuego lento la cumbre de la ONU, y gritaron hasta desgañitarse frente a los rambos de la Policía Federal Preventiva (PFP). Otro contingente campesino, el de la Coordinadora Nacional del Plan de Ayala, unido al de los bebés, acababa de pasar una muy mala noche.
Unos y otros hicieron su arribo ayer, se dirigieron a la Alameda Central, junto al teatro Montoya, y trataron de dormir en el pasto. Sin embargo, la presencia de diversas corporaciones de policía y el hecho de que son todos muy poquitos, les metieron inseguridad y prefirieron mudarse al lecho (casi siempre seco) del río Santa Catarina. El sitio, a todo esto, había sido bloqueado con una gruesa alambrada pero, no obstante, se metieron de cualquier modo y pusieron sus tiendas de campaña, sus sarapes y sus bolsas de dormir, y trataron de entregarse al sueño con un ojo abierto debido a la presencia policiaca y las ratas que merodeaban entre los tiraderos de basura.
Hoy muy temprano salieron de ahí, con ganas de no regresar jamás a ese lugar inmundo, y la policía, de inmediato, estableció un operativo permanente en el río. Esta noche, después del mitin en la Macroplaza, han vuelto a la Alameda, pidiendo "apoyo de la sociedad para que no nos rompan la madre, compañeros".
Si bien los anarcopunks denunciaron hoy que entre ellos viajaron desde México "porros de la facultad de Derecho (de la UNAM)", y en todas sus intervenciones se han pronunciado contra la violencia, algo sugiere que hay otras fuerzas interesadas en provocarla para justificar los colosales gastos que en fuerzas y equipo antimotines hicieron el alcalde de Monterrey y la secretaría de Seguridad Pública del estado. ƑIndicios de ello? He aquí dos.
El domingo en la noche, por ejemplo, comenzó a circular entre los periodistas un volante que anunciaba una manifestación, hoy lunes a las seis de la mañana, convocada por las "bases insurgentes del PRD". Era, desde luego, una piña. ƑOtro? Hoy, durante la marcha, armados hasta los dientes, con uniformes del cuerpo de "panteras" de la PFP, cuatro hombres bajo el mando del oficial Juan F. Díaz Zamora se mezclaron con el contingente de los anarcopunks, cuando la cola de la manifestación pasaba debajo del túnel de la Macroplaza. Los "bebés", al verlos, mordieron por supuesto el anzuelo, y comenzaron a gritarles "šculeeeeros, culeeeros!", estimulando su rápida fuga. ƑQué fue eso? ƑUna estupidez o ganas de medirle el agua a los camotes?
Pero de todas las fruslerías que a duras penas recogió esta crónica, durante la primera jornada de una semana que nos ilustrará acerca de cuán lejos se encuentran las izquierdas mexicanas de Barcelona -donde el sábado marcharon 500 mil personas en repudio a los dueños del mundo-, la más graciosa se produjo al principio de la manifestación, en la esquina de Juárez y Madero. De pronto llegó un viejo LTD Crown-Victoria, placas RRU-4228, con el signo de pesos en las ventanillas, y de él, en camisa de seda y pantalones de casimir, descendió Alberto Anaya, el manager del PT. Un reportero al verlo dudó: "ƑQué será lo que se vende? ƑEl coche o su dueño?"