JAZZ
Antonio Malacara
El Niño y la Música: Latin Art Jazz
EL NIÑO Y LA MUSICA. La convocatoria de este ciclo
organizado por la UNAM resultaba más que atractiva, porque entre
los muchos padecimientos endémicos que sufrimos en este país
está el de la formación musical. Entre los más gratos
recuerdos de mis clases de música en la secundaria, allá
por 1970, están las piernas de mi maestra, porque para aprobar la
materia bastaba con aprendernos bien el Himno Nacional y reafirmar nuestro
nacionalismo con canciones como La Adelita o La rielera.
HASTA LA FECHA las cosas no han ido más allá
de una barnizadita de flauta dulce. Y de las escuelas primarias oficiales
ni hablar, porque ahí las únicas músicas son algunas
profesoras sin pospretérito y sin futuro. Así que estos ciclos
para introducir a los chavitos del siglo XXI en la magia de la música
nos emocionaban y nos llevaban con Ana y Mario y Mónica al Anfiteatro
Simón Bolívar.
EL SEGUNDO CONCIERTO, dedicado al jazz, estauvo a cargo
del Latin Art Jazz de Roberto Aymes, la nueva agrupación de este
extraordinario contrabajista. Con un programa titulado Jazz en toda
América, se prometía un recorrido por: a) El blues y
los orígenes, b) El ragtime, c) Del dixieland y el stride piano,
d) El nuevo blues y el swing, e) Las grandes orquestas Big Bands, f) El
bebop y el cool jazz, g) Nuevas formas y la música de rock, h) El
Caribe y su influencia, i) México y su aportación. ¡Qué
más podíamos pedir! Esto iba a ser un verdadero agasajo para
los niños y los papás y los abuelos. Pero no para todos fue
así.
Calidad
BUENO,
POR SUPUESTO que muchos momentos del concierto fueron todo un agasajo;
la categoría, el nivel de los músicos convocados por Aymes,
y él, eran ya una garantía de calidad y buena música.
Osmany Paredes al piano, Ricardo Benítez en las flautas e Hilario
Bell en la batería; tres músicos cubanos que, cebollazos
aparte, nos honran al radicar y esparcir sus sonidos en México.
Roberto Aymes se encargó del contrabajo, el bajo, la conducción
y de hacer duetos de piano junto con Osmany.
DESPUES DE UNA sabrosa introducción con Sweet
Georgia Brown, el cuarteto se dejó caer con Aire para la
cuerda de sol, de Bach, pero en lugar de Pablo Casals apareció
la maestría de Ricardo Benítez en la flauta, quien además
de tener amplia experiencia en la música académica, posee
un toque mágico con el que logra envolver los oídos y las
almas de todos los presentes. Después vino un buen blues a dos pianos
y después el desgarriate.
AYMES INVITO AL escenario a todos los niños que
quisieran para hacer juntos un blues. Orale, qué buena idea. Pero
resultó que nadie supo qué hacer con la veintena de chavitos
que bajaron al escenario. Una muchacha trató de hacerlos bailar,
pero sólo uno o dos medio movían las piernas, los demás
se congelaron entre impávidos y asustados. Aymes decidió
cortar rápido el "jam", despidió a los niños: "Nos
divertimos mucho, aunque nadie bailó y nadie cantó".
SE SIGUEN CON Perdido, donde Benítez vuelve
a hacer gala de talento con la flautita pícolo, para seguir con
Di por qué y Drume negrita, pero a muchos niños
como que ya les valía cacahuate el concierto, algunos empezaron
a correr frente al escenario y al poco rato las correrías fueron
aderezadas con gritos. Llegaron después Naranja dulce (rediseñada
con ritmos africanos) y La cucaracha al estilo chachachá.
Nunca apareció el ragtime ni el dixieland ni el cool jazz, ni los
sonidos de big bands, pero los papás estaban contentos.
ANTES DE TOCAR Muñequita linda, Aymes habló
de María Grever y dijo que este tema no necesitaba presentación.
Y lo dijo porque su diálogo ya no era con los niños, sólo
se dirigía a los adultos que seguían aplaudiendo. La mayoría
de los chavillos platicaba o se retorcía entre los brazos de su
mamá. La señora de enfrente tranquilizaba a un pequeño
prometiéndole que ya mero iba a acabar, mientras que el pelotón
que deambulaba abajo tomó por asalto el escenario en la última
pieza, la muchacha que una hora antes quería hacerlos bailar, ahora
batallaba para bajarlos con una sonrisa congelada en los labios.
PARA EL PROXIMO sábado, a las 12 del día,
está anunciado el dueto de arpas Son Dos, con el espectáculo
¡Cuánta cuerda!