El músico se estrena
en largometrajes con Vidas privadas, que se presentó en Guadalajara
Omiten argentinos hablar de la dictadura: Fito Páez
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
En
Argentina existe la libertad para hablar sobre la dictadura y los detenidos-desaparecidos,
pero lo peor es que no se ejerce, señala el compositor argentino
Fito Páez, quien se estrena como director de largometrajes con Vidas
privadas, una historia sobre el robo de bebés nacidos en cautiverio,
protagonizada por Cecilia Roth y Gael García.
Lo que sucedió durante la dictadura "se ha tocado
en ciertos ámbitos por organizaciones como Madres y Abuelas de Plaza
de Mayo, HIJOS y otros grupos defensores de los derechos humanos, pero
no es un tema que circule de casa en casa. Mi tarea como talibán
es meter la bomba y decir vamos a ver, dejémonos de joder. Quiero
que todos seamos felices entonces hay que enterrar a los muertos, quitar
la palabra desaparecidos y aprender de la misma muerte".
Y explica: eliminar la palabra desaparecidos en el sentido
de no aceptarlos como tales porque "no están desaparecidos, están
muertos. Ese es un término muy confuso. Estoy por la memoria. También
por el olvido porque nadie puede vivir con un asesinato sobre su espalda.
La película está por la memoria". La cinta, que participó
en la sección oficial iberoamericana de la Muestra de Cine Mexicano
de Guadalajara, aún no se estrena en Argentina y "estoy aterrorizado
con eso".
La idea de contar la historia de Carmen, una mujer embarazada
que es detenida y torturada por los militares, nació en 1994 cuando
el cantante estaba por terminar la gira Circo Beat y recuerda "estábamos
en una playa de Cerdeña cuando nos llegó un diario argentino
donde contaba la historia de los hermanos Reggiardo-Tolosa", un tema que
causó polémica en el país sudamericano cuando Abuelas
de Plaza de Mayo los identificó como hijos de desaparecidos.
Los gemelos, en ese entonces de 18 años, llevaban
el apellido Miara del militar represor "que los secuestró del vientre
de su madre. Abuelas lleva el caso a la justicia, se hicieron análisis
de DNA y se determinó que eran los hermanos Reggiardo-Tolosa y por
lo que la justicia ordenó que se fueran con los abuelos. Ellos dicen
'no, nos quedamos con mi padre. Con Miara'. Eso me pareció un dilema
moral muy fuerte. Ese fue el detonante", aunque en un principio no tenía
pensado llevarlo al cine sino escribirlo en una canción, un cuento
o un libro.
Cuando estaba escribiendo el libro "una noche en Huatulco
hice la canción La casa desaparecida en una hora, que fue como una
especie de vómito sobre Argentina y dije, claro, todo está
ahí pero no tengo los rostros, no tengo la luz, no tengo el relato,
entonces me di cuenta de que tenía que filmar esa película".
Además del las secuelas de la dictadura, Argentina
vive una de sus peores crisis económicas. Al respecto Páez
subraya que son cuestiones que están entrelazadas y su país
padece "años y años de mezquindad, donde un tema tan importante
como el genocidio de 30 mil personas no se puede resolver con leyes como
la de obediencia debida y punto final" que impidieron que los represores
argentinos fueran llevados a la justicia, aunque ahora muchos de ellos
se encuentran en prisión o arresto domiciliario porque el secuestro
es considerado como un delito que no prescribe.
Al pensar en los problemas de su país y de América
Latina "tengo esa sensación de que voy en el asiento de atrás
de un coche que va hacia la boca del lobo, el conductor voltea y tiene
mi cara. Siento que vamos en ese auto, yéndonos hacia el embudo
del horror, y nosotros mismos manejamos el colectivo. Es tan trágico
y más que trágico es una idea siniestra. Por eso quiero seguir
escribiendo canciones, hacer películas y decirle a la gente que
se ría, que sea feliz, que disfrute de la nada que tiene porque
es muchísima".