Armando Labra M.
Chile, dulce, mantequilla; mecate negro
De que nos da por descubrir hilos negros, somos capaces de urdir mecates. Ahora el BID reconoce que las reformas neoliberales emprendidas hace 20 años no sirvieron en América Latina y nos revela que no basta que la economía crezca para acabar con la pobreza. "ƑPara qué prometimos eso?", se pregunta y se contesta diciéndonos que "reducir la pobreza no sólo no sucedió, sino que no tiene por qué ocurrir de la noche a la mañana (sic)". Como dice el tango, que veinte años no es nada.... Y nos salen también con la novedad de que las privatizaciones provocaron que los monopolios de Estado ahora lo sigan siendo, sólo que en manos de unos cuantos empresarios privilegiados que se convierten en los millonarios más ricos del planeta. Y concluye el inefable Banco Mundial en su informe sobre el desarrollo financiero global que el magro crecimiento de los países ricos este año (0.8 por ciento), ojo: "no será suficiente para acabar con la pobreza". Al nuevo paradigma del "hilismo-negro-hecho-mecate" se agrega el cinismo, porque Ƒcuándo la prosperidad de los ricos ha significado alivio para los pobres? Al contrario, siempre el bienestar de unos cuantos se asienta en el empobrecimiento de los muchos, sean personas o países.
Estas cuestiones serán motivo de varias reuniones, no sólo la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, convocada por la ONU en Monterrey. Abre sus trabajos hoy también el Foro Empresarial que inaugurará el señor Soros. Habrá culminado el día 16 el Foro Global de la Sociedad Civil y un día antes, el Foro Parlamentario, al que asistieron legisladores de todas partes del planeta, así como el congreso del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano, también en Monterrey.
Para abundar en un tema crucial hoy también da inicio el Encuentro Internacional sobre el Financiamiento de una Educación para el Desarrollo, que culminará el día 20. Y bueno, los días 21 y 22 se ha convocado al Foro sobre Migrantes y a la asamblea Otro mundo es posible. O sea que por espacios de discusión no habrá penuria estos días. La pregunta es sin con todo ello y las miles de líneas ágatas que saldrán impresas se mitigará el agravio profundo de la desigualdad o estamos viviendo un magno temporal de catarsis verbales.
Ciertamente se reunirá talento y poder suficientes para resolver los temas agendados. Si no hay resultados -y no pocos dudan que los haya- la frustración será más que proporcional a la movilización sin precedentes que tendremos en México. Para abrir boca, el propio presidente Fox asegura que somos lo mismo un país de pobres y de ricos y se le atribuye afirmar que no hay disputa entre unos y otros y que todos en el continente, agradecidos y anuentes, acatamos los comandos del FMI.
Uno puede estar a veces de acuerdo con muchos priístas, predominantemente en desacuerdo con su mayoría y de plano puntualmente en contra de uno que otro, porque más que nunca ese partido aloja hoy posturas de chile, dulce y mantequilla. Un tema que ha reunido senadores del PRI en esa amplia gama, esta vez con razón, es una nueva iniciativa sobre la no privatización del sector eléctrico. La iniciativa de los senadores de amplio espectro es correcta. Proponen no cambiar la Constitución, sino crear una instancia reguladora, autónoma, que establezca los montos de subsidios, tarifas y régimen fiscal de la CFE y la Compañía de Luz y asegure la inversión necesaria para garantizar el servicio con sentido económico y social.
Tienen razón. Como se recuerda, el argumento del gobierno zedillista a partir de una pobrísima propuesta de su secretario de Energía, a su vez basada en la fracasada experiencia británica, centraba la idea de privatizar el sector eléctrico a partir de la supuesta crisis financiera de la CFE y en la imposibilidad de sufragar el crecimiento del sector con recursos públicos.
En la misma endeble tesis, con la misma empobrecida información, trabaja hoy el gobierno foxista. No ha logrado plantear algo mejor. Baste decir que ningún estudio demostró ni ha demostrado la mentada crisis financiera del sector eléctrico ni la imposibilidad gubernamental para realizar las inversiones necesarias. Tan es financiable y atractivo el sector en manos públicas o privadas, que sobran empresarios extranjeros que quieran hacer su agosto en el negocio. Así de simple.
Se puede anticipar que el pomposamente llamado Consenso de Monterrey, lejos de considerar los arrepentimientos del BID, del Banco Mundial y los reclamos de la sociedad, o enmendar los dislates privatizadores internos, sirva para reafirmar la vieja tesis de más de lo mismo para todos y mucho más de lo peor para nosotros. ƑOtro mecate negro? Ojalá me equivoque, Ƒverdad?
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