ELECCIONES PRD
Hizo un exhorto a la unidad de la militancia, "porque compartimos el mismo proyecto"
Entre porras, Rosario Robles proclamó su triunfo en la contienda por el CEN perredista
šEsto es un desmadre!, pero hay que seguir, fue su respuesta a las denuncias de irregularidades
MIREYA CUELLAR
Entre porras que revelaban el origen universitario de los asistentes: šgoyaaa!, šgoyaaa!, šUniversidad!, Rosario Robles se proclamó anoche triunfadora en la contienda por la presidencia del Partido de la Revolución Democrática, minutos después de que el senador Jesús Ortega, su contrincante más cercano, aceptó que la tendencia del voto no le era favorable. En su primer mensaje a la militancia hizo un llamado a la unidad porque "está fue una contienda entre compañeros; compartimos el mismo proyecto y la misma trinchera".
Descartó cualquier posibilidad de que la elección pudiera anularse porque, dijo, los problemas que se presentaron fueron fundamentalmente "de organización", que no llegan a representar un porcentaje que ponga en riesgo la elección. Robles no ofreció cifras al declararse vencedora, simplemente hizo alusión a las encuestas y con-teos rápidos efectuados por el PRD y las empresas televisoras, los cuales le dieron la victoria por amplio margen. Está claro que "hemos tenido la mayoría de los votos".
Hizo un reconocimiento a la "madurez" con que Jesús Ortega reconoció la tendencia y dijo que "no nos temblará la mano" para castigar a los militantes que obstruyeron el desarrollo de la elección porque el PRD es un partido que demanda el cumplimiento cabal de la legalidad y no puede exigir menos a quienes participan de su vida interna.
En el hotel de Paseo de la Reforma donde desde las siete de la noche se reunieron los seguidores de la ex jefa de gobierno todo fue festejo. "Ganó la izquierda que puede ser más útil al país, la que puede realmente reposicionar al partido", decía el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en los pasillos.
Ahí estaban también los líderes del histórico CEU; Toño Santos, Imanol Ordorika y Carlos Imaz. También un muy molesto Pablo Gómez, que planteaba la expulsión inmediata de quienes no permitieron el desarrollo de la elección en Hidalgo y complicaron todo el proceso de Oaxaca. "Hay que expulsarlos, la credibilidad del partido no puede depender de grupos locales y conflictos pueblerinos. Es momento de actuar; de paso depuramos al partido."
Aunque las cifras que arrojaban los conteos rápidos de las televisoras empezaron a circular desde temprano en el hotel Meliá, Rosario Robles se negó a ofrecer cualquier declaración antes de que Amalia García hiciera públicos los resultados de la muestra contratada por el PRD. "Hay que ser prudentes", les pedía a sus seguidores, a quienes ya se les quemaban las habas por salir a gritarles a los chuchos que los jubilados serán otros, por aquello de que hicieron campaña con el ofrecimiento de "retirar" a Cuauhtémoc Cárdenas. No les resultó la estrategia, comentaba Armando Quintero. Si la tendencia se confirma, Ortega y su grupo apenas conseguirán dos posiciones en el Comité Ejecutivo Nacional.
Quizá por eso las primeras palabras de Robles fueron llamando a la unidad. Además de que el acuerdo, amarrado la madrugada del domingo, había sido que a las 11 de la noche saldrían los tres: Amalia, Jesús y Rosario, ante los medios de comunicación para ofrecer resultados. Es decir, no habría albazo.
Sin embargo, una vez que Canal 40 anunció a las siete de la noche que Robles iba a la cabeza con 67.6 por ciento de la votación, frente a un lejano Jesús Ortega, que sumaba 26.6, éste hizo saber a Robles y a los medios que deseaba modificar el acuerdo. No quería verse obligado a levantar el brazo a Robles. Entonces se decidió que la presidenta del partido haría el anuncio oficial de los resultados del conteo desde la sede nacional y después hablarían, Ortega y Robles, en ese orden. Y así fue.
La jornada perredista de ayer fue un constante ejercicio de contención de los ánimos. Era también parte del acuerdo; nadie haría declaraciones tonantes, nadie hablaría de irregularidades. Pero el equipo de Jesús Ortega no se aguantó y a las 10 de la mañana Rosario Tapia, su vocera, ya estaba señalando a Robles y sus aliados de Hidalgo como los responsables de que se suspendiera la elección en aquella entidad.
Rosario Robles, desde su teléfono celular, controlaba a sus huestes. "Hay que seguir", les indicaba, segura de que el proceso se desarrollaba con relativa tranquilidad en las entidades claves para su estrategia de triunfo: Michoacán, Guerreto, Tabasco, el estado de México y el Distrito Federal, eran los ejes de su estrategia de triunfo y ahí no había problema.
"šEsto es un desmadre!... pero hay que seguir." Fue la respuesta que Rosario Robles dio una y otra vez a las muchas llamadas que entraban en su celular reportando las irregularidades. "No, nooo, no detengan la elección. Que se instalen las casillas y que se haga la elección donde se pueda".
"Acabo de quedar como tonta"
La ex jefa del gobierno capitalino estaba llegando a Oaxaca cuando empezó a sonar insistentemente el teléfono.
-Entonces yo acabo de quedar como una tonta porque dije que no era cierto lo de Hidalgo. El acuerdo era otro -recriminaba a su interlocutor. Y es que a las tres de la mañana el equipo de Rosario Robles había convencido a Isidro Pedraza de entregar las instalaciones del local donde estaba la paquetería, en Pachuca, y así había sido. Pero la autoridad electoral local decidió que ya no había tiempo para hacer llegar las boletas, urnas y demás, a los municipios. Así que se cancelaba.
Robles votó temprano en Los Reyes, Coyoacán, en el Distrito Federal, y después se trasladó a Oaxaca para cuidarle muy de cerca las manos al gobernador José Murat. Varias versiones indicaban que tenía esa intención. Pero se quedó con las ganas, porque el desorden en esa entidad corrió a cargo de las planillas que contienden por la dirección estatal.
Pedro Silva y Rosendo Serrano pactaron una alianza de última hora que ya no se pudo ver reflejada en las boletas, así que sus seguidores se empeñaban en obstaculizar los comicios. A las cinco casillas que se instalaron en la plaza central no llegaron las boletas para la elección de dirigentes nacionales y estatales. Quienes hacían fila y pretendían votar estuvieron a punto de llegar a los golpes con los funcionarios de la mesa.
También en la reunión que concluyó a las tres de la mañana de ayer -en la que Jesús Ortega, Rosario Robles, Cuauhtémoc Cárdenas y los gobernadores Ricardo Monreal y Alberto Sánchez Anaya, entre otros- se había acordado que en Oaxaca sólo hubiera elección nacional de dirigentes "para restar presión". Pero el acuerdo nunca llegó "por escrito" a Oaxaca y los funcionarios de casilla empezaron a soltar todas las boletas.
Pero lo que no pudo resistir el gobernador Murat fue el impulso de hablar con Rosario Robles. Le llamó para invitarla a comer. šPor supuesto que nooo!, fue la respuesta de la candidata, conocedora de cómo se las gasta el mandatario.
La siguiente llamada fue de Jesús Ortega: "Yo te di garantías. Nadie de mi equipo está hablando con la prensa. ƑPor qué Rosario Tapia nos está echando la culpa de lo que pasa en Hidalgo? šNooo! El acuerdo era otro... nadie iba a salir a declarar y yo no he dicho nada. Las diferencias las íbamos a arreglar entre nosotros. Yo no controlo a Isidro Pedraza... Jesús, te estoy dando garantías".