La puesta musical mostró carencias en su estreno

Reabre el teatro Manolo Fábregas con Sueño de una noche de verano

MARIANA NORANDI

Después de cinco años de permanecer cerrado, el teatro Manolo Fábregas, ubicado en la colonia San Rafael, abrió sus puertas este viernes con el estreno de una versión musical de la comedia Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare. Este teatro, perteneciente en la actualidad a la señora Fela Fábregas, cobijó durante muchos años montajes musicales pero, con el tiempo, debido al desuso de este género, la comedia musical fue perdiendo espacios y público en nuestro país.

El estreno de esta obra significa el intento de relanzar este teatro y de impulsar la comedia musical mexicana que tan exitosa fue en otras épocas. Miguel Angel Valles, que dirige, produce y adapta esta comedia de Shakespeare, dedicó el espectáculo a la memoria del actor Manolo Fábregas. Con música del joven compositor David Tort, esta obra está protagonizada por Arianna, Grecia, Enrique del Olmo, Héctor Arroyo, Diana Navarro, Chucho Cassab, Emilio Vega y Miguel Angel Valles. Su director se muestra muy ilusionado por poder presentar esta obra en este histórico escenario: "es un verdadero honor pero también una gran responsabilidad que la señora Fábregas nos haya escogido para reabrir el teatro. Por otro lado, para mí es una gran satisfacción poder hacer esta obra con puros talentos mexicanos y poder demostrar que en México podemos hacer comedia musical de calidad".

Esta obra fue apadrinada por Jorge Muñiz y Verónica Castro, quienes destacaron el riesgo que conlleva la aventura de hacer una comedia musical en nuestro país: "es un gran riesgo y esfuerzo a varios niveles, porque en estos momentos nadie se atreve a hacer una inversión económica tan grande para un proyecto como éste" comentó la actriz.

En este montaje, los actores deben demostrar una gran capacidad artística porque cantan, bailan y actúan al mismo tiempo. Grecia comenta al respecto: "el actor de teatro es el más completo que existe, pero cuando un actor hace comedia musical donde además de actuar toca un instrumento, baila y canta, es entonces cuando ese actor está preparado para hacer cualquier cosa".

Aquí los actores desarrollan varias disciplinas artísticas, pero les faltan muchas horas de ensayo para adquirir más soltura en el escenario y restarle sobreactuación a sus interpretaciones. Platicando con Grecia, la actriz nos comenta: "me siento satisfecha porque pudimos sacar esto adelante en tan sólo un mes de ensayo real". Para un musical de esta magnitud, que aborda nada menos que un clásico de Shakespeare y que además posee un gran número de actores-cantantes, un mes es muy poco tiempo, y eso se nota.

Indiscutiblemente todo el elenco ha depositado mucha ilusión en este proyecto y han aceptado un gran riesgo actoral y económico. En la actualidad predominan y atraen otro tipo de géneros teatrales, el musical ha quedado arrinconado en el baúl de los recuerdos como algo del pasado. Los musicales actuales se sustentan sobre un gran despliegue tecnológico y escenográfico como el actual Chicago, o se acercan al cabaret, género que ha retomado fuerza gracias al impulso de actores independientes como Regina Orozco, Astrid Haddad o Tito Vasconcelos. Pero el musical, entendido como aquella comedia cantada y bailada que tuvo tanto éxito hace unas décadas, hoy tiene que apoyarse en una renovada actuación y sustentarse en elementos más creativos y actuales. Esta obra, en cambio, cae en estereotipos poco frescos y efectistas. Reflejo de ello es un vestuario y una escenografía confeccionados con escasa imaginación y excesiva monotonía.

Subsanando las carencias que se vieron en su estreno, esta obra es una buena oportunidad para relanzar el teatro Manolo Fábregas e impulsar la comedia musical mexicana para que recupere el lugar que tuvo en otra época.

Sueño de una noche de verano. Viernes, 19:30 y 21:30; sábado, 18 y 20; domingo, 17:30 y 19:30 horas. Serapio Rendón 12, Col. San Rafael. Entrada: 180 pesos.