Confirma jueza que en 15 días citará
a De la Rúa a declarar por la violencia policial
Pesquisas sobre represión de diciembre evidencian
que permanece la impunidad militar en Argentina
Sería llamado el canciller Carlos Ruckauf, quien
pidió la imposición del estado de sitio
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 8 de marzo. Las investigaciones que
lleva adelante la justicia argentina para determinar quiénes son
los responsables de la cruenta represión del estallido popular del
pasado 20 de diciembre, cuando cinco personas fueron asesinadas en los
alrededores de la céntrica Plaza de Mayo y otras dos murieron en
hospitales, dejan al descubierto la herencia de la impunidad que liberó
a los represores de la última dictadura.
La
jueza María Servini de Cubría, quien resolvió la prisión
preventiva del ex secretario de Seguridad, Enrique Mathov y del ex jefe
de la Policía Federal, Rubén Santos, confirmó la víspera
que en 15 días citará al ex presidente Fernando de la Rúa
a declarar en esta causa por la represión policial. Mathov, en sus
primeras declaraciones aseguró que la responsabilidad de la represión
no era suya, pues él era sólo un funcionario intermedio y
"todas las decisiones fueron del doctor De la Rúa", informaron este
viernes fuentes judiciales.
Se busca determinar quiénes dieron la orden a la
policía de reprimir a los manifestantes que espontáneamente
llegaron hasta la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, luego de
que De la Rúa declaró el estado de sitio para enfrentar saqueos
de comercios, cuando la falta de dinero circulante por la confiscación
de ahorros había agravado una situación recesiva ya crítica.
Servini de Cubría dijo estar segura de que De la
Rúa no va a evitar este citatorio, pero en cambio ha denunciado
operaciones de prensa de sectores de la policía en su contra, para
apartarla de esta causa, así como otras maniobras para que detenga
sus investigaciones sobre la fuga de dinero de los bancos antes y durante
el corralito financiero, que la llevaron a detener y procesar al
banquero Carlos Rhom.
Las investigaciones para determinar quiénes son
los verdaderos responsables de la represión del 20 de diciembre
han dejado al descubierto un tema doloroso para la sociedad argentina,
el de la impunidad, que ha permitido que continúen en las calles
responsables de crímenes de lesa humanidad durante la última
dictadura (1976-83), o los funcionarios corruptos que precipitaron la crisis
terminal que hoy atraviesa el país.
En este contexto es que la diputada Patricia Walsh, de
Izquierda Unida, presentó el pasado martes un proyecto firmado por
22 legisladores de distintos partidos, para la anulación definitiva
de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final (1987), y los decretos
de indulto (1990) a las juntas militares de la dictadura.
En 1987, a sólo cuatro años del final de
la dictadura y luego de varios intentos golpistas, el gobierno de Raúl
Alfonsín votó estas leyes que dejaron sin castigo a miles
de autores directos de graves violaciones a los derechos humanos.
Algunos sectores permitieron entonces la iniciativa en
pro de una supuesta "reconciliación" que nunca fue, porque, como
ha dicho Patricia Walsh, "ninguna ley puede tapar la historia de una dictadura
atroz ni silenciar los crímenes". La diputada es hija del escritor
y periodista Rodolfo Walsh, que pasó a engrosar la lista de los
miles de desaparecidos, después de haber escrito una valiente carta
pública contra la junta militar.
Este tema ha vuelto al tapete cuando circulan rumores
sobre un posible golpe de Estado, y por eso también toma relevancia
la investigación de Servini de Cubría, que ha llevado a prisión
también a varios oficiales de policía acusados de ser los
autores directos de los crímenes del día 20.
Corren versiones de que también se tendría
que citar a declarar al actual canciller, Carlos Ruckauf, ya que era gobernador
de la provincia de Buenos Aires en diciembre y habría sido uno de
los que llamó a De la Rúa para que impusiera el estado de
sitio.
En cambio, Servini de Cubría dijo la víspera
que aún no analiza el pedido de citación de Antonio de la
Rúa, hijo del ex presidente, supuestamente "sospechoso" por haber
llamado a su padre para pedirle que no renunciara. Esta citación
suena "desproporcionada" a muchos juristas, ya que el pedido se hizo sin
que se citara antes a su padre, y además el joven nunca ocupó
un puesto oficial.
También resulta desproporcionada para muchos la
actitud de la cadena Tower Records, que sacó de la venta los discos
de Shakira, cantante colombiana que es novia del hijo del ex presidente.
Para algunos analistas, esta actitud formaría parte
de una campaña destinada a desviar el enojo popular de otros hechos
gravísimos que suceden en el país, de las maniobras del sector
financiero, y de la crisis inédita que atraviesa el país.
También buscaría desviar la atención de los verdaderos
responsables de la represión. Exactamente, el miércoles un
programa de televisión mostró un video en el cual algunos
de los policías procesados por Servini de Cubría disparan
directamente sobre los manifestantes.
Un testigo reconoció entre esos hombres al comisario
Inspector Orlando Oliverio, a un subcomisario identificado como Rodríguez
y al oficial principal José Luis González, como quienes dispararon
a quemarropa contra Alberto Márquez, de 57 años, y Martín
Galli, de 26 años, quien sobrevivió milagrosamente.
Como agravante, los policías llegaron al lugar
vestidos de civil y en vehículos sin identificación, en los
que portaban escopetas cargadas con municiones de plomo. En la investigación
se está manejando que si bien altos funcionarios del gobierno ordenaron
el despeje de la Plaza de Mayo, no habrían dado órdenes de
disparar a matar, aunque serían culpables "por omisión" al
no ordenar detener la matanza.
Precisamente, el oficial González fue procesado
anteriormente por ocultar y destruir evidencias por el caso AMIA que involucraban
a un sospechoso con vínculos policiales. Otro caso simbólico
es el del teniente coronel retirado Jorge Varando, detenido hace una semana
acusado de matar de un tiro en la cabeza a un joven de 23 años ese
20 de diciembre. Este ex militar, que aparece disparando en el video, figura
en los archivos del Centro de Estudios Legales y Sociales como represor
de la dictadura. Así, los fantasmas del pasado no se han retirado,
y están dispuestos a seguir actuando.