Difícil que Cruz Azul recupere los 2.9
millones de dólares invertidos en Emilio Mora
Siempre trataron al jugador como a un saco de harina,
expone Luis García
Cambiaron el reglamento cuando los directivos mexicanos
ya pensaban en exportar su draft
MARLENE SANTOS A. SEGUNDA PARTE
La reacción de los federativos mexicanos fue la
clásica ante una pérdida grave: negar la realidad en la que
transitaron por etapas de duelo, rebeldía, y ahora parecen estacionarse
en una asimilación parcial.
En plena celebración del draft acapulqueño
de 2001, De la Torre y compañía rechazaron la información.
El directivo aseguró que el mercado de piernas prevaleciente estaba
más vivo que nunca, y hasta presumió de que había
observadores de Italia y Argentina, pues esos países deseaban adoptar
el sistema de transferencias mexicano.
En diciembre, otra vez en Acapulco, los directivos se
entrevistaron con los enviados de la federación internacional, para
ver si podían aplazar y de preferencia derogar la especificación
referente a los 23 años de edad de los jugadores.
En esa reunión recibieron el primer "no". El último
y desesperado intento, ¿por fin el efectivo?, consistió en
enviar a los secretarios Víctor Garcés y Miguel Pasquel a
pedir una prórroga de tres años.
Al futbolista, por fin trato humano
Futbolistas y especialistas en derecho laboral, en posición
contraria a los directivos, coinciden en que el nuevo reglamento muestra
evolución al considerar el lado humano del deportista.
Luis García Póstigo, ex jugador y ahora
comentarista, indicó que "puede no haber directivos, puede no haber
árbitros, peromientras se tenga lo esencial, el jugador, este deporte
existirá. Los directivos siempre trataron al futbolista como a un
saco de harina y con el nuevo reglamento ya no será así.
"Ya rige en todo el mundo y aquí parece que no
estamos preparados para aplicarlo, sobre todo por la mala planeación
que ha existido desde años atrás...
"No sé si vayan a desaparecer varios equipos o
a quebrar, pero sería sobre todo debido a sus malos manejos. Eso
ya suena a pretexto."
Eduardo Hernández, quien en sociedad con Enrique
Nieto representa a decenas de jugadores jóvenes (Rodrigo Barragán,
Jaime Lozano, Ignacio Hierro, Christian Ramírez, Alvaro Ortiz, Carlos
Sánchez, etc.), subrayó:
"Antes los directivos hacían su oferta al futbolista
dos días antes del cierre de registros, los tenían contra
la pared, sin otra opción para firmar; eso se acabará.
"Tampoco un jugador podrá pasar de un club a otro
sin su consentimiento, como ocurrió con Ramón Ramírez
cuando fue vendido de Chivas ?donde era un ídolo? al club antagónico:
el América.
"Además, no todos rinden igual en cualquier equipo
ni con cualquier técnico; por la misma razón son personas
sensibles a las diferentes circunstancias y deben recibir el trato correcto."
Rechazó que un contrato amplio siembre apatía
en el jugador, "no se tirará a la hamaca, pues qué pasaría
cuando se convierta en agente libre: corre el riesgo de no ser contratado.
"Por ejemplo un Luis Hernández, con más
de 30 años, debe rendir si quiere interesar a un nuevo club. Y la
cláusula de rescisión es una fórmula para salir hacia
otro equipo con buen contrato.
"Desde mi punto de vista la nueva situación, bien
manejada, más que separar debe amalgamar y reforzar la sociedad
entre jugador y directivo. Es un matrimonio; cierto, el primero es lo más
importante, pero no se puede menospreciar a la institución ni a
quien aporta dinero", sostuvo Hernández.
Las perdidas serían reales
Cruz Azul puede ser el botón que muestra el grado
de pérdidas de los clubes. El año pasado compró la
carta del michoacano Emilio Mora en 2.9 millones de dólares; su
traspaso de Morelia a La Máquina estuvo envuelto entre la polémica,
amagues hacia los tribunales civiles y amenazas de desafiliación
para el jugador.
Mora dio la batalla de su vida asesorado por la abogada
Thelma Herrera y al final ganó el porcentaje reclamado, pero la
relación con la directiva cementera se desgastó.
Jugó poco y aunque anotó goles importantes,
al término del torneo pasó a Chivas a préstamo por
50 mil dólares, por seis meses, y con la mitad de sueldo.
Ahora, recuperado de una operación de rodilla,
nuevamente es tomado en cuenta por el técnico Oscar Ruggeri, y Mora,
quien hoy cumplirá 24 años, busca volver por sus fueros.
Sin embargo, el sueño de libertad se esfuma ante
la prórroga; en cambio, Cruz Azul dispone ahora de poco más
de un año para intentar recuperar algo de su cuantiosa inversión.
"Voy a hablar con Emilio, pero primero necesito ir a la
federación a ver cómo están las cosas y después
iré a Guadalajara", refiere Thelma Herrera, quien como la mayoría
de los especialistas consultados por La Jornada no esperaba que
la federación recibiera concesión alguna de parte de la FIFA.
Palencia, otro caso
Otro caso es el de Juan Francisco Palencia, cedido a préstamo
al Español de Barcelona.
Los métodos empleados por la directiva cementera
son diferentes. Se trata de su jugador consentido, de casi 29 años
de edad. Con él Cruz Azul apela a compromisos morales, a un pacto
de caballeros para hacerlo retornar si el club barcelonés no hace
válida la opción de compra.
"¿Por qué piden 4 millones de dólares?
¡es demasiado!", cuestiona Jorge Torrado, padre y representante del
mediocampista Gerardo Torrado.
"Me parece una cifra muy alta para un jugador de sus características,
que además tendría la desventaja de no ser comunitario.
"¿Por qué no dos millones para facilitarle
la salida?, ¿por qué presionarlo para que regrese? El reglamento
entró en vigor en septiembre y para mí él es jugador
libre", puntualizó el abogado.