Bush estaría de acuerdo con publicar
documentos de la reforma a producción energética
Ejecutivos de Enron recibieron 752 millones de dólares
en bonos en 2001
Kenneth Lay percibió 10.6 millones; Andrew
Fastow 2.7, y Jeffrey Skilling 7.5 millones
El grupo farmacéutico Merck remplazó
al bufete Arthur Andersen por otra firma contable
REUTERS Y AFP
Nueva
York, 1o. de marzo. Varios ejecutivos de Enron Corp. recibieron jugosos
bonos el año pasado como recompensa por haber superado, a finales
de 2000, una serie de objetivos en el precio de las acciones de la quebrada
comercializadora de energía, dijo el viernes The New York Times.
Mientras que en Iowa, el presidente George W. Bush declaró
este viernes estar en favor de la publicación de unas 7 mil páginas
de documentos del Departamento de Energía sobre la preparación
en 2001 de una reforma de la producción energética.
"No tengo problemas" con su publicación, dijo Bush,
interrogado sobre los veredictos que acaban de emitir varias instancias
federales para acelerar la difusión de dichos documentos.
"No me preocupa para nada y espero que el Departamento
de Energía publique estos documentos lo más rápido
posible", agregó Bush durante una visita a Edes Moines, Iowa.
En cambio, mantuvo su oposición a divulgar detalles
de los encuentros del vicepresidente Dick Cheney con altos ejecutivos de
empresas energéticas para preparar el proyecto, adoptado por la
Cámara de Representantes pero bloqueada en el Senado, y defendió
los contactos entre su equipo de trabajo y ejecutivos de la industria energética.
La corte de cuentas (GAO, por sus siglas en inglés)
en el Congreso inició demandas judiciales contra la Casa Blanca
para obtener estos detalles sobre las conversaciones, a efecto de determinar
si la Casa Blanca otorgó ventajas irregulares a los industriales
de la energía al preparar su reforma.
Según The New York Times, que citó
algunos registros de la empresa, los ejecutivos también obtuvieron
cuantiosos bonos basados en gran parte en las ganancias de la empresa,
cifras que según varios investigadores fueron infladas por algunos
ejecutivos.
Los bonos extraordinarios y otras distribuciones especiales
en efectivo incluyen unos 320 millones de dólares que se pagaron
apenas 10 meses antes de la bancarrota de la empresa, informó.
Los bonos, además de más de 432 millones
de dólares en otros pagos que se hicieron a casi 2 mil ejecutivos
de la empresa durante los dos años anteriores al colapso de Enron,
están descritos en las hojas de balances y los datos archivados
en computadoras de la empresa, agregó el diario.
Entre los pagos hay uno hecho a Andrew Fastow, ex vicepresidente
financiero de la empresa, por 1.3 millones de dólares, el 5 de febrero
de 2001, que fue seguido de otro pago, dos días después,
por casi 1.4 millones de dólares, publicó el New York
Times.
Kenneth Lay, entonces presidente y presidente ejecutivo
de la empresa, recibió un cheque por 3.6 millones de dólares
el 11 de enero y luego uno por 7 millones el 5 de febrero, indicó
el diario.
Jeffrey Skilling, quien en ese momento desempeñaba
el cargo de director general y vicepresidente de operaciones, recibió
1.9 millones de dólares el 11 de enero y 5.6 millones de dólares
el 5 de febrero, según el diario.
Algunos ex fiscales federales indicaron que dada la cuantía
de los pagos y su vínculo directo con el desempeño de los
precios de las acciones y de las ganancias, es casi seguro que en el programa
utilizado por Enron se encuentren bases para cualquier caso legal que los
fiscales puedan entablar, agregó el diario.
En Whithouse Station, el grupo farmacéutico estadunidense
Merck anunció su decisión de reemplazar a Arthur Andersen,
su auditora contable desde hace 30 años, íntimamente vinculada
con la quiebra de Enron, por su rival Price WaterhouseCoopers, según
informó un comunicado. Merck es el primero entre los más
prestigiosos grupos económicos de Estados Unidos en prescindir de
los servicios de Arthur Andersen luego del naufragio de Enron.
Rechazan mayor regulación
Por otra parte, en Boca Ratón, Estados Unidos,
participantes en una reunión del consejo empresarial dijeron que
las compañías necesitan recuperar la confianza de los inversores
en su contabilidad, pero creen que la respuesta no está en una mayor
regulación del gobierno.
Wall Street y Washington han presionado a las compañías
para que sean más claras en su información financiera y han
pedido revisiones de los métodos contables y una divulgación
más amplia de los detalles financieros, luego del colapso del gigante
de la comercialización de energía Enron Corp.
La caída de Enron, por sus dudosas prácticas
contables y preocupaciones similares respecto de otras compañías,
ha generado una gran desconfianza entre los inversores y una caída
en los precios de las acciones.