MEXICO-CUBA
Desalojan fuerzas de la isla la sede diplomática
de México en La Habana
La relación con Cuba dejó de ser "emotiva
y pasional", dice Castañeda
Según el canciller, de ahora en adelante los
nexos entre ambos países se basarán en el comercio, el turismo
y las finanzas
ROBERTO GARDUÑO Y GEORGINA SALDIERNA
La relación "emotiva y pasional" del anterior régimen
político de México con la Revolución Cubana ya pasó
y ahora el presidente Vicente Fox Quesada busca estrechar lazos con la
isla "desprovistos" de esas características. Se pretende que los
nexos "sean comunes y corrientes, normales y provechosos para ambos países;
basados en el comercio, el turismo, las finanzas, y dejar atrás
lo que fue, en el contexto de la guerra fría y en una región
latinoamericana donde la democracia no era la normalidad", fue la conclusión
del secretario de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda, al
reiterar que el gobierno de Fox mantiene relaciones con el gobierno de
la Habana, pero "no con la Revolución Cubana".
Los comentarios de Castañeda fueron el colofón
de la polémica que generaron sus declaraciones el martes pasado
en Miami, y que provocaron la toma violenta de la embajada de México
en La Habana.
En
su mensaje durante la inauguración del Instituto Cultural de México
en aquella ciudad estadunidense, Castañeda dijo que las puertas
de legación mexicana en la isla "estarían abiertas para cualquier
ciudadano cubano o latinoamericano que tenga interés de visitar
México, o tener contacto con la representación de México
en Cuba, o cualquier país en América Latina".
Un día después de las declaraciones del
canciller, decenas de cubanos entraron por la fuerza a la embajada mexicana
en la isla, presuntamente con la intención de buscar el respaldo
del gobierno de México para abandonar su país. Sin perder
tiempo, la cancillería mexicana aclaró que aquello era producto
de una mala interpretación de la anticastrista Radio Martí,
que trasmite ilegalmente desde Miami al territorio de Cuba.
En medio de la tormenta de críticas a Castañeda
desde México y Cuba, la Fundación Cubano-Americana ?que fue
obra del contrarrevolucionario Jorge Mass Canosa? salió en defensa
del funcionario mexicano. Desde Miami, Joe García, director ejecutivo
de ese organismo, sostuvo que las declaraciones del canciller no fueron
cambiadas.
"Las declaraciones del señor Castañeda las
he escuchado varias veces, no se cambian de ninguna manera, esas mismas
declaraciones las hizo el canciller Castañeda hace tres semanas
en La Habana, en el avión, cuando se estaba yendo de Cuba; es el
mismo concepto de un México abierto a las opiniones que da la oportunidad
de intercambiar ideas y conceptos diferentes."
El directivo de la organización fundada por Mass
Canosa aseguró que el régimen de Fidel Castro "montó,
organizó y orquestó" el asalto a la embajada mexicana, como
un reto a la diplomacia "que promueve los derechos humanos, la libertad
y la democracia" desde México.
Mientras, en la ciudad de México, la cancillería
emitió un escuto comunicado para explicar que el embajador Ricardo
Pascoe y el subsecretario Gustavo Iruegas solicitaron al gobierno de Fidel
Castro el desalojo pacífico de la representación diplomática
mexicana. El documento señala que la administración de Vicente
Fox "no presentará cargos en contra de ninguno de los intrusos.
Asimismo, tomando en cuenta que los asaltantes fueron inducidos y manipulados,
solicitó a las autoridades cubanas se tomaran en cuenta razones
humanitarias en el tratamiento de sus casos".
La solicitud fue presentada a las dos de la madrugada
del viernes, y a las 4:30, un destacamento de personal especializado desarmado
realizó el desalojo, "que tuvo lugar de la forma planificada y conforme
a la solicitud y los deseos del gobierno de México, sin que ocurriera
el menor incidente", se asienta en la nota oficial que emitió el
gobierno cubano.
Tanto Ricardo Pascoe como Gustavo Iruegas dialogaron durante
gran parte del jueves con los 21 cubanos que permanecían en el interior
de la embajada. No lograron convencerlos de que abandonaran el inmueble
y ante su negativa pidieron a las autoridades cubanas proceder a "desalojar
la sede diplomática. En la solicitud se expresó el deseo
de que dicha medida fuese cumplimentada de modo que se evitara cualquier
daño físico a los intrusos y con el empleo mínimo
de la fuerza".
Las correcciones de Castañeda
Durante una entrevista con Jacobo Zabludovsky, Jorge G.
Castañeda minimizó la irrupción de cubanos en la embajada
de México: "hay que guardar las proporciones de este asunto, tampoco
es algo del otro mundo, yo creo que ya el tema quedó zanjado y hay
que ubicarlo en sus dimensiones adecuadas".
?¿No son ambiguas las relaciones de México
con Cuba? Por ejemplo, en aquella declaración que hizo usted en
el sentido de que ya no es una relación con la Revolución
Cubana, sino con la República de Cuba, hay que tener en cuenta que
la isla está gobernada por el gobierno que hizo y ha mantenido la
revolución. Entonces, ¿hasta dónde se separan?
?Durante una larga era en México y en América
Latina sectores importantes de la sociedad mexicana y del sistema político
mexicano, tuvieron una relación muy emotiva, muy apasionada, más
bien, pasional, casi siempre positiva, pero en algunos sectores es negativo
(sic) con la Revolución Cubana. Nosotros pensamos, el gobierno
del presidente Fox considera que nuestra relación con Cuba debe
ser una relación desprovista de estas emociones, una relación
común y corriente, normal, provechosa para ambos países,
basada en el comercio, en el turismo, en las finanzas, en la convergencias
cuando existen, en asuntos multilaterales, en Naciones Unidas, etcétera;
y en desacuerdos claros y perfectamente manejables cuando no existe la
convergencia.
"Y dejar atrás lo que fue una relación en
efecto de un sistema político en México con una revolución
en Cuba, en un contexto que fue el de la guerra fría, y en
una región latinoamericana donde la democracia no era la normalidad,
donde no era lo que sucedía en la gran mayoría de los países.
Todo esos cambios ya se han dado, el sistema político mexicano ya
ni es lo que era, la guerra fría ha terminado y América
Latina hoy, en la inmensa mayoría de los casos vive gobiernos de
democracia representativa.
"En esas condiciones, lo lógico es una relación
perfectamente normal con Cuba, pero no una relación con la Revolución
Cubana. El gobierno de Cuba considera que son inseparables la República
de Cuba y la revolución. Es por supuesto su pleno derecho considerarlo,
y no es un tema que merezca mayor discusión, salvo a título
académico".
Sonidos de motores, movimientos de luces y gritos
lejanos denotaron que la embajada estaba siendo desocupada a las 4:30 de
la madrugada
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 1º de marzo. Justo cuando la madrugada
de este viernes comenzó el desalojo de la embajada de México
en La Habana, policías uniformados, oficiales del Ministerio del
Interior, agentes de civil, funcionarios de prensa y periodistas extranjeros,
guardaron silencio.
Exactamente a las cuatro y media de la mañana de
este viernes, el sonido de motores y las luces de vehículos indicaron
que había movimiento en la ocupada y entonces oculta embajada de
México. Unos cinco minutos después se escucharon dos o tres
gritos en la profunda lejanía. Antes de las cinco Cuba confirmaba,
en su segundo comunicado de la madrugada, que la sede diplomática
había sido desalojada con el uso de la fuerza pública, a
petición expresa del gobierno mexicano.
El episodio, de unas 30 horas, termina "con un muy buen
recuento de las buenas relaciones, de la buena comunicación que
establecieron los presidentes" (Vicente Fox y Fidel Castro), dijo a La
Jornada el subsecretario de Relaciones Exteriores, Gustavo Iruegas,
que después de las tres de la mañana de hoy se entrevistó
con el mandatario cubano para concluir los acuerdos para el desalojo.
En una salita de la embajada recuperada, el funcionario
resumió: "tuvimos el respaldo que pedimos. Salió como queríamos
que saliera". Subrayó dos resultados: "uno, se liberó nuestra
embajada de esta situación, y dos, quedó claramente establecido
ante la opinión pública que de esa forma no se viaja a México.
Otra situación hubiera sido contraproducente, hubiera sido una forma
de aliento (a la emigración ilegal)".
En presencia de Iruegas y otros diplomáticos mexicanos,
en sólo seis minutos un grupo de elite de 42 integrantes, protegidos
con chalecos antibalas, pero sin armas, entró sigilosamente por
la puerta principal del edificio, subió por escaleras interiores
hasta el segundo piso y llegó hasta la biblioteca, al fondo del
inmueble, donde estaban, casi todos dormidos, los 21 cubanos que habían
irrumpido violentamente el miércoles por la noche pidiendo emigrar
a México.
"Iban dos por uno", dijo Iruegas, quien relató
las tensas horas vividas. El personal diplomático franqueó
las puertas a la policía. El jefe del grupo entró a la biblioteca
y dijo: "Estoy aquí porque tengo órdenes de llevarlos. Espero
que sea sin violencia". Dos de los ocupantes quisieron escapar, saltando
por una ventana sin rejas hacia un patio interior, a una altura de unos
diez metros. Pero el agregado militar de la embajada, el general Manuel
Uribe, se había percatado de ese flanco débil y por unos
pasillos laberínticos llevó a un piquete de policías
al lugar de la posible escapatoria. Uno de los detenidos arriba gritó.
Algunos opusieron una leve resistencia. Otro parecía arrastrar los
pies al salir. Los 21 salieron custodiados, a bordo de dos camionetas Vam
que por la Quinta Avenida se perdieron en la oscuridad de una madrugada
invernal.
Unas 30 horas antes, Iruegas estaba en Monterrey cuando
recibió, opacado por una intensa gritería, el reporte desde
el celular de Andrés Ordóñez, jefe de la cancillería
en La Habana y en ese momento encargado de negocios, en ausencia del embajador
Ricardo Pascoe: "Estamos rodeados... acaban de entrar". En la isla eran
cerca de las diez y media de la noche del miércoles.
El saldo de heridos
Entre
los ocupantes del autobús, que después de ser secuestrado
se impactó en la entrada de la casona de Calle 12 y Séptima
Avenida, en el residencial barrio de Miramar, había dos heridos
graves, que a petición de los diplomáticos mexicanos que
hicieron frente a la crisis fueron retirados en ambulancia. Uno de ellos
viajaba en el estribo del ómnibus y quedó prensado entre
el vehículo y la reja. Perdió el pie. Otro iba en la parte
frontal y tiene una fractura de fémur. Un primer comunicado cubano
dijo que hubo cuatro lesionados de gravedad. Los dos restantes pueden ser
el chofer del vehículo y otra persona no identificada, que fueron
arrojados por los secuestradores en la vía pública con el
camión a toda marcha.
Los ocupantes se dispersaron desordenadamente por el edificio.
Ordóñez, Uribe y otros funcionarios y empleados de la misión
iniciaron una lenta y paciente tarea persuasiva para que los 21 aceptaran
someterse a una revisión médica, a cargo de un facultativo
cubano que hizo su tarea y se retiró. Después, el personal
mexicano entrevistó uno a uno a los ocupantes. Les tomaron datos
y fotos. Ninguno pidió asilo o alegó persecución política.
Simplemente querían irse a México. Al final de cada diálogo,
los cubanos fueron conducidos a la biblioteca, un lugar amplio, con baño,
en un extremo del inmueble, de forma aproximadamente rectangular, fácilmente
localizable desde el exterior. Tuvieron algo de comida fría que
sólo uno rechazó.
El personal de la embajada empezó a armar el rompecabezas:
era gente joven, incluso tres menores de edad, todos varones, en su mayoría
desempleados, algunos con tatuajes, algunos con aretes; sólo apareció
un técnico medio; sólo uno se distinguió de los demás:
un hombre taciturno que parecía apartado del grupo, de más
de 30 años, padre de familia y que dijo trabajar en la construcción.
Empezó la madrugada y llegó la mañana del jueves.
Al despuntar el día 28 la embajada ya estaba rodeada
por un fortísimo despliegue policial. La prensa extranjera pudo
ubicarse en un camellón, a unos 100 metros del inmueble, desde donde
se domina la esquina y la entrada principal. Iruegas llegó al mediodía
y, con el equipo de comunicación de la embajada, informó
a los ocupantes la posición de su gobierno: esa no es la forma de
ir a México y tienen que desalojar. La respuesta fue negativa al
cabo de varias horas alternadas de conversación.
En algún momento de la jornada Fox y Castro hablaron
por teléfono. Después de la plática, la embajada mexicana
recibió instrucciones de presentar una nota oficial, para pedir
la devolución pacífica del inmueble. En el medio diplomático
de La Habana se valora como decisiva esta conversación. "Ahí
se arregló todo", dijo un funcionario latinoamericano radicado aquí.
Cayó la noche y todo seguía aparentemente
inmóvil. Se esperaba el momento que más conviniera a la acción
final, el que causara menos impacto público. Cerca de la medianoche,
el único ángulo de visión para los corresponsales
extranjeros fue obstruido por cuatro camiones de transporte de policías.
Los escasos y reducidos huecos que dejaba esa muralla fueron cubiertos
por cartones. En los primeros minutos del viernes quedó listo el
teatro de operaciones.
Ya entrado el viernes, desde fuera se registraba un intenso
movimiento: cambio de guardia uniformada, veloces llegadas y salidas de
motocicletas, como explorando una ruta de salida, idas y vueltas de grupos
compactos de civiles, entradas y salidas al edificio de choferes de la
embajada en vehículos, a veces sin más gente, otras con una
o dos personas desconocidas, aparentemente empleados de la misión
liberados del trance final.
Pasadas las tres de la mañana empezaron los signos
del desenlace. El director del Centro de Prensa Internacional de la cancillería,
José Luis Ponce, entregó a los reporteros apostados frente
a la embajada un comunicado oficial que en ese momento era distribuido
por correo electrónico. El texto se llama La calaña de
los sujetos utilizados por la mafia terrorista de Miami y el gobierno de
Estados Unidos.
La declaración dijo que la identificación
de los ocupantes mostró "que las personas utilizadas para la grosera
y cínica provocación eran delincuentes, elementos antisociales
y lumpen, que respondieron a la invitación de asaltar la embajada
de México, repetida ocho veces por una emisora oficial del gobierno
de Estados Unidos".
El documento de tres páginas mostró antecedentes
de 13 de los 21 ocupantes: Pedro Plascencia: detenciones por robo con fuerza
(1994) y hurto (2000), y proceso por hurto (1996); Bismar Hechevarría
Moreno: una detención para investigación y otra por hurto
(2000), proceso por robo con fuerza (2001); Carlos Mateo López:
sanción por delito militar (2001); Alexei Leal Carrera: proceso
por conducta antisocial (1998) y detención por robo con fuerza (2000);
Osvaldo Ineraity Calvo: proceso por hurto de partes de autos (1992), prisión
por otros hurtos (1992).
También Ramón Enrique Méndez Sosa
(a) Burrundo: proceso por agresión a funcionario público
(1995); Reynaldo Abreu Alfonso: proceso por robo con fuerza (1993); Michel
Iroy Rodríguez Ruiz: proceso por portación y tenencia de
armas (1994) y por intento de violar la inmunidad de una sede diplomática
(1996); Henry Urrutia Pérez: proceso por riña tumultuaria
(2001) y Darel Vasallo Barzola: salió de prisión que guardaba
por robo con fuerza (2000).
La lista incluyó a Yanset Miguel Sánchez
Montalvo: salió de prisión que guardaba por robo con fuerza
(2000) y a Yirban Gilberto Escobar Torres: infracción por alteración
del orden (1999). El último era el caso más llamativo: Serguey
Cruz Rodríguez: cumplió prisión por robo con violencia
(1994), por lesiones graves (1997) y por lesiones graves y hurto (1999),
proceso por hurto y compra de mercancía robada (1996), por agresión
a funcionario público (1999), por tenencia de drogas y por lesiones
menores (2000), detenciones por narcotráfico (2000) y robo con fuerza
(1996 y 2001). La pregunta es cómo estaba libre un día antes,
si sólo se considera su historial más reciente.
La misma declaración oficial reconoció más
de 150 detenciones por presuntos intentos de sumarse a la invasión
a la embajada, a cargo de personas con antecedentes "exactamente iguales".
De todos ellos, "ninguno realmente está motivado por ideas u objetivos
de carácter político", señaló el comunicado.
"Son elementos que proceden del potencial delictivo y antisocial que todavía
en parte subsiste en nuestra sociedad".
"Después del estrepitoso fracaso de la vergonzosa
provocación de ayer, pronto dirán que las personas que fueron
arrastradas a la aventura de la noche del miércoles son disidentes
y presos de conciencia, pero no podrán impedir que los desenmascaremos
de pies a cabeza", señaló también.
Elizardo Sánchez, presidente de la ilegal pero
tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación
Nacional, ratificó su declaración del día anterior,
de que no tenía noticia de que algún activista u opositor
conocido estuviera entre los ocupantes de la embajada. El jueves confirmó
que sus reportes independientes, de fuentes familiares, indicaban que las
detenciones eran más de 500, que en su mayoría los recluídos
habían sido llevados a las prisiones de máxima seguridad
Combinado del Este y Valle Grande, ambas en las inmediaciones de la capital,
y que los recluidos permanecían hoy virtualmente incomunicados.
Cerca de las cuatro de la mañana el movimiento
se hizo más intenso en torno al punto de observación de la
prensa, ubicado en el costado de un rectángulo que empezaba, a la
derecha, en la Calle 10 y su prolongación, Avenida 41 o Lázaro
Cárdenas, y concluía, a la izquierda, en una bifurcación
de la Séptima Avenida y la Calle 31. Atenidos sólo al oído
y la imaginación, las decenas de personas, cada cual en su tarea,
que aguardaban dentro de ese perímetro, callaron simultáneamente
al suponer que el final había llegado.
Impresa y firmada a las 4:44 de la mañana, la segunda
declaración oficial distribuida en ese lugar, poco después
de esa hora, citaba las gestiones de Iruegas, la posición mexicana,
la negativa de los ocupantes a desocupar y la petición mexicana
de desalojo pacífico. "Dicha solicitud se hizo cumpliendo con todas
las formalidades y por escrito", señaló el texto. "Hoy, a
las 4:30 AM, un destacamento de personal especializado y desarmado procedió
a realizar el desalojo, que tuvo lugar de la forma planificada y conforme
a la solicitud y los deseos del gobierno de México, sin que ocurriera
el menor incidente."
Iruegas dijo que estaba satisfecho de la forma del desalojo,
que se cumplió con las peticiones mexicanas y que en las conversaciones
con autoridades cubanas no se habló de la suerte que correrían
los ocupantes, aunque confirmó que no se presentarán cargos
contra los invasores. El embajador Pascoe se incorporó el jueves
al grupo de funcionarios mexicanos y este viernes nuevamente despachaba
en su oficina en La Habana.