Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 2 de marzo de 2002
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Política
MEXICO-CUBA

Desalojan fuerzas de la isla la sede diplomática de México en La Habana

La relación con Cuba dejó de ser "emotiva y pasional", dice Castañeda

Según el canciller, de ahora en adelante los nexos entre ambos países se basarán en el comercio, el turismo y las finanzas

ROBERTO GARDUÑO Y GEORGINA SALDIERNA

La relación "emotiva y pasional" del anterior régimen político de México con la Revolución Cubana ya pasó y ahora el presidente Vicente Fox Quesada busca estrechar lazos con la isla "desprovistos" de esas características. Se pretende que los nexos "sean comunes y corrientes, normales y provechosos para ambos países; basados en el comercio, el turismo, las finanzas, y dejar atrás lo que fue, en el contexto de la guerra fría y en una región latinoamericana donde la democracia no era la normalidad", fue la conclusión del secretario de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda, al reiterar que el gobierno de Fox mantiene relaciones con el gobierno de la Habana, pero "no con la Revolución Cubana".

Los comentarios de Castañeda fueron el colofón de la polémica que generaron sus declaraciones el martes pasado en Miami, y que provocaron la toma violenta de la embajada de México en La Habana.

castaneda_v01tEn su mensaje durante la inauguración del Instituto Cultural de México en aquella ciudad estadunidense, Castañeda dijo que las puertas de legación mexicana en la isla "estarían abiertas para cualquier ciudadano cubano o latinoamericano que tenga interés de visitar México, o tener contacto con la representación de México en Cuba, o cualquier país en América Latina".

Un día después de las declaraciones del canciller, decenas de cubanos entraron por la fuerza a la embajada mexicana en la isla, presuntamente con la intención de buscar el respaldo del gobierno de México para abandonar su país. Sin perder tiempo, la cancillería mexicana aclaró que aquello era producto de una mala interpretación de la anticastrista Radio Martí, que trasmite ilegalmente desde Miami al territorio de Cuba.

En medio de la tormenta de críticas a Castañeda desde México y Cuba, la Fundación Cubano-Americana ?que fue obra del contrarrevolucionario Jorge Mass Canosa? salió en defensa del funcionario mexicano. Desde Miami, Joe García, director ejecutivo de ese organismo, sostuvo que las declaraciones del canciller no fueron cambiadas.

"Las declaraciones del señor Castañeda las he escuchado varias veces, no se cambian de ninguna manera, esas mismas declaraciones las hizo el canciller Castañeda hace tres semanas en La Habana, en el avión, cuando se estaba yendo de Cuba; es el mismo concepto de un México abierto a las opiniones que da la oportunidad de intercambiar ideas y conceptos diferentes."

El directivo de la organización fundada por Mass Canosa aseguró que el régimen de Fidel Castro "montó, organizó y orquestó" el asalto a la embajada mexicana, como un reto a la diplomacia "que promueve los derechos humanos, la libertad y la democracia" desde México.

Mientras, en la ciudad de México, la cancillería emitió un escuto comunicado para explicar que el embajador Ricardo Pascoe y el subsecretario Gustavo Iruegas solicitaron al gobierno de Fidel Castro el desalojo pacífico de la representación diplomática mexicana. El documento señala que la administración de Vicente Fox "no presentará cargos en contra de ninguno de los intrusos. Asimismo, tomando en cuenta que los asaltantes fueron inducidos y manipulados, solicitó a las autoridades cubanas se tomaran en cuenta razones humanitarias en el tratamiento de sus casos".

La solicitud fue presentada a las dos de la madrugada del viernes, y a las 4:30, un destacamento de personal especializado desarmado realizó el desalojo, "que tuvo lugar de la forma planificada y conforme a la solicitud y los deseos del gobierno de México, sin que ocurriera el menor incidente", se asienta en la nota oficial que emitió el gobierno cubano.

Tanto Ricardo Pascoe como Gustavo Iruegas dialogaron durante gran parte del jueves con los 21 cubanos que permanecían en el interior de la embajada. No lograron convencerlos de que abandonaran el inmueble y ante su negativa pidieron a las autoridades cubanas proceder a "desalojar la sede diplomática. En la solicitud se expresó el deseo de que dicha medida fuese cumplimentada de modo que se evitara cualquier daño físico a los intrusos y con el empleo mínimo de la fuerza".

Las correcciones de Castañeda

Durante una entrevista con Jacobo Zabludovsky, Jorge G. Castañeda minimizó la irrupción de cubanos en la embajada de México: "hay que guardar las proporciones de este asunto, tampoco es algo del otro mundo, yo creo que ya el tema quedó zanjado y hay que ubicarlo en sus dimensiones adecuadas".

?¿No son ambiguas las relaciones de México con Cuba? Por ejemplo, en aquella declaración que hizo usted en el sentido de que ya no es una relación con la Revolución Cubana, sino con la República de Cuba, hay que tener en cuenta que la isla está gobernada por el gobierno que hizo y ha mantenido la revolución. Entonces, ¿hasta dónde se separan?

?Durante una larga era en México y en América Latina sectores importantes de la sociedad mexicana y del sistema político mexicano, tuvieron una relación muy emotiva, muy apasionada, más bien, pasional, casi siempre positiva, pero en algunos sectores es negativo (sic) con la Revolución Cubana. Nosotros pensamos, el gobierno del presidente Fox considera que nuestra relación con Cuba debe ser una relación desprovista de estas emociones, una relación común y corriente, normal, provechosa para ambos países, basada en el comercio, en el turismo, en las finanzas, en la convergencias cuando existen, en asuntos multilaterales, en Naciones Unidas, etcétera; y en desacuerdos claros y perfectamente manejables cuando no existe la convergencia.

"Y dejar atrás lo que fue una relación en efecto de un sistema político en México con una revolución en Cuba, en un contexto que fue el de la guerra fría, y en una región latinoamericana donde la democracia no era la normalidad, donde no era lo que sucedía en la gran mayoría de los países. Todo esos cambios ya se han dado, el sistema político mexicano ya ni es lo que era, la guerra fría ha terminado y América Latina hoy, en la inmensa mayoría de los casos vive gobiernos de democracia representativa.

"En esas condiciones, lo lógico es una relación perfectamente normal con Cuba, pero no una relación con la Revolución Cubana. El gobierno de Cuba considera que son inseparables la República de Cuba y la revolución. Es por supuesto su pleno derecho considerarlo, y no es un tema que merezca mayor discusión, salvo a título académico".

Sonidos de motores, movimientos de luces y gritos lejanos denotaron que la embajada estaba siendo desocupada a las 4:30 de la madrugada

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 1º de marzo. Justo cuando la madrugada de este viernes comenzó el desalojo de la embajada de México en La Habana, policías uniformados, oficiales del Ministerio del Interior, agentes de civil, funcionarios de prensa y periodistas extranjeros, guardaron silencio.

Exactamente a las cuatro y media de la mañana de este viernes, el sonido de motores y las luces de vehículos indicaron que había movimiento en la ocupada y entonces oculta embajada de México. Unos cinco minutos después se escucharon dos o tres gritos en la profunda lejanía. Antes de las cinco Cuba confirmaba, en su segundo comunicado de la madrugada, que la sede diplomática había sido desalojada con el uso de la fuerza pública, a petición expresa del gobierno mexicano.

El episodio, de unas 30 horas, termina "con un muy buen recuento de las buenas relaciones, de la buena comunicación que establecieron los presidentes" (Vicente Fox y Fidel Castro), dijo a La Jornada el subsecretario de Relaciones Exteriores, Gustavo Iruegas, que después de las tres de la mañana de hoy se entrevistó con el mandatario cubano para concluir los acuerdos para el desalojo.

En una salita de la embajada recuperada, el funcionario resumió: "tuvimos el respaldo que pedimos. Salió como queríamos que saliera". Subrayó dos resultados: "uno, se liberó nuestra embajada de esta situación, y dos, quedó claramente establecido ante la opinión pública que de esa forma no se viaja a México. Otra situación hubiera sido contraproducente, hubiera sido una forma de aliento (a la emigración ilegal)".

En presencia de Iruegas y otros diplomáticos mexicanos, en sólo seis minutos un grupo de elite de 42 integrantes, protegidos con chalecos antibalas, pero sin armas, entró sigilosamente por la puerta principal del edificio, subió por escaleras interiores hasta el segundo piso y llegó hasta la biblioteca, al fondo del inmueble, donde estaban, casi todos dormidos, los 21 cubanos que habían irrumpido violentamente el miércoles por la noche pidiendo emigrar a México.

"Iban dos por uno", dijo Iruegas, quien relató las tensas horas vividas. El personal diplomático franqueó las puertas a la policía. El jefe del grupo entró a la biblioteca y dijo: "Estoy aquí porque tengo órdenes de llevarlos. Espero que sea sin violencia". Dos de los ocupantes quisieron escapar, saltando por una ventana sin rejas hacia un patio interior, a una altura de unos diez metros. Pero el agregado militar de la embajada, el general Manuel Uribe, se había percatado de ese flanco débil y por unos pasillos laberínticos llevó a un piquete de policías al lugar de la posible escapatoria. Uno de los detenidos arriba gritó. Algunos opusieron una leve resistencia. Otro parecía arrastrar los pies al salir. Los 21 salieron custodiados, a bordo de dos camionetas Vam que por la Quinta Avenida se perdieron en la oscuridad de una madrugada invernal.

Unas 30 horas antes, Iruegas estaba en Monterrey cuando recibió, opacado por una intensa gritería, el reporte desde el celular de Andrés Ordóñez, jefe de la cancillería en La Habana y en ese momento encargado de negocios, en ausencia del embajador Ricardo Pascoe: "Estamos rodeados... acaban de entrar". En la isla eran cerca de las diez y media de la noche del miércoles.

El saldo de heridos

Entre los ocupantes del autobús, que después de ser secuestrado se impactó en la entrada de la casona de Calle 12 y Séptima Avenida, en el residencial barrio de Miramar, había dos heridos graves, que a petición de los diplomáticos mexicanos que hicieron frente a la crisis fueron retirados en ambulancia. Uno de ellos viajaba en el estribo del ómnibus y quedó prensado entre el vehículo y la reja. Perdió el pie. Otro iba en la parte frontal y tiene una fractura de fémur. Un primer comunicado cubano dijo que hubo cuatro lesionados de gravedad. Los dos restantes pueden ser el chofer del vehículo y otra persona no identificada, que fueron arrojados por los secuestradores en la vía pública con el camión a toda marcha.

Los ocupantes se dispersaron desordenadamente por el edificio. Ordóñez, Uribe y otros funcionarios y empleados de la misión iniciaron una lenta y paciente tarea persuasiva para que los 21 aceptaran someterse a una revisión médica, a cargo de un facultativo cubano que hizo su tarea y se retiró. Después, el personal mexicano entrevistó uno a uno a los ocupantes. Les tomaron datos y fotos. Ninguno pidió asilo o alegó persecución política. Simplemente querían irse a México. Al final de cada diálogo, los cubanos fueron conducidos a la biblioteca, un lugar amplio, con baño, en un extremo del inmueble, de forma aproximadamente rectangular, fácilmente localizable desde el exterior. Tuvieron algo de comida fría que sólo uno rechazó.

El personal de la embajada empezó a armar el rompecabezas: era gente joven, incluso tres menores de edad, todos varones, en su mayoría desempleados, algunos con tatuajes, algunos con aretes; sólo apareció un técnico medio; sólo uno se distinguió de los demás: un hombre taciturno que parecía apartado del grupo, de más de 30 años, padre de familia y que dijo trabajar en la construcción. Empezó la madrugada y llegó la mañana del jueves.

Al despuntar el día 28 la embajada ya estaba rodeada por un fortísimo despliegue policial. La prensa extranjera pudo ubicarse en un camellón, a unos 100 metros del inmueble, desde donde se domina la esquina y la entrada principal. Iruegas llegó al mediodía y, con el equipo de comunicación de la embajada, informó a los ocupantes la posición de su gobierno: esa no es la forma de ir a México y tienen que desalojar. La respuesta fue negativa al cabo de varias horas alternadas de conversación.

En algún momento de la jornada Fox y Castro hablaron por teléfono. Después de la plática, la embajada mexicana recibió instrucciones de presentar una nota oficial, para pedir la devolución pacífica del inmueble. En el medio diplomático de La Habana se valora como decisiva esta conversación. "Ahí se arregló todo", dijo un funcionario latinoamericano radicado aquí.

Cayó la noche y todo seguía aparentemente inmóvil. Se esperaba el momento que más conviniera a la acción final, el que causara menos impacto público. Cerca de la medianoche, el único ángulo de visión para los corresponsales extranjeros fue obstruido por cuatro camiones de transporte de policías. Los escasos y reducidos huecos que dejaba esa muralla fueron cubiertos por cartones. En los primeros minutos del viernes quedó listo el teatro de operaciones.

Ya entrado el viernes, desde fuera se registraba un intenso movimiento: cambio de guardia uniformada, veloces llegadas y salidas de motocicletas, como explorando una ruta de salida, idas y vueltas de grupos compactos de civiles, entradas y salidas al edificio de choferes de la embajada en vehículos, a veces sin más gente, otras con una o dos personas desconocidas, aparentemente empleados de la misión liberados del trance final.

Pasadas las tres de la mañana empezaron los signos del desenlace. El director del Centro de Prensa Internacional de la cancillería, José Luis Ponce, entregó a los reporteros apostados frente a la embajada un comunicado oficial que en ese momento era distribuido por correo electrónico. El texto se llama La calaña de los sujetos utilizados por la mafia terrorista de Miami y el gobierno de Estados Unidos.

La declaración dijo que la identificación de los ocupantes mostró "que las personas utilizadas para la grosera y cínica provocación eran delincuentes, elementos antisociales y lumpen, que respondieron a la invitación de asaltar la embajada de México, repetida ocho veces por una emisora oficial del gobierno de Estados Unidos".

El documento de tres páginas mostró antecedentes de 13 de los 21 ocupantes: Pedro Plascencia: detenciones por robo con fuerza (1994) y hurto (2000), y proceso por hurto (1996); Bismar Hechevarría Moreno: una detención para investigación y otra por hurto (2000), proceso por robo con fuerza (2001); Carlos Mateo López: sanción por delito militar (2001); Alexei Leal Carrera: proceso por conducta antisocial (1998) y detención por robo con fuerza (2000); Osvaldo Ineraity Calvo: proceso por hurto de partes de autos (1992), prisión por otros hurtos (1992).

También Ramón Enrique Méndez Sosa (a) Burrundo: proceso por agresión a funcionario público (1995); Reynaldo Abreu Alfonso: proceso por robo con fuerza (1993); Michel Iroy Rodríguez Ruiz: proceso por portación y tenencia de armas (1994) y por intento de violar la inmunidad de una sede diplomática (1996); Henry Urrutia Pérez: proceso por riña tumultuaria (2001) y Darel Vasallo Barzola: salió de prisión que guardaba por robo con fuerza (2000).

La lista incluyó a Yanset Miguel Sánchez Montalvo: salió de prisión que guardaba por robo con fuerza (2000) y a Yirban Gilberto Escobar Torres: infracción por alteración del orden (1999). El último era el caso más llamativo: Serguey Cruz Rodríguez: cumplió prisión por robo con violencia (1994), por lesiones graves (1997) y por lesiones graves y hurto (1999), proceso por hurto y compra de mercancía robada (1996), por agresión a funcionario público (1999), por tenencia de drogas y por lesiones menores (2000), detenciones por narcotráfico (2000) y robo con fuerza (1996 y 2001). La pregunta es cómo estaba libre un día antes, si sólo se considera su historial más reciente.

La misma declaración oficial reconoció más de 150 detenciones por presuntos intentos de sumarse a la invasión a la embajada, a cargo de personas con antecedentes "exactamente iguales". De todos ellos, "ninguno realmente está motivado por ideas u objetivos de carácter político", señaló el comunicado. "Son elementos que proceden del potencial delictivo y antisocial que todavía en parte subsiste en nuestra sociedad".

"Después del estrepitoso fracaso de la vergonzosa provocación de ayer, pronto dirán que las personas que fueron arrastradas a la aventura de la noche del miércoles son disidentes y presos de conciencia, pero no podrán impedir que los desenmascaremos de pies a cabeza", señaló también.

Elizardo Sánchez, presidente de la ilegal pero tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, ratificó su declaración del día anterior, de que no tenía noticia de que algún activista u opositor conocido estuviera entre los ocupantes de la embajada. El jueves confirmó que sus reportes independientes, de fuentes familiares, indicaban que las detenciones eran más de 500, que en su mayoría los recluídos habían sido llevados a las prisiones de máxima seguridad Combinado del Este y Valle Grande, ambas en las inmediaciones de la capital, y que los recluidos permanecían hoy virtualmente incomunicados.

Cerca de las cuatro de la mañana el movimiento se hizo más intenso en torno al punto de observación de la prensa, ubicado en el costado de un rectángulo que empezaba, a la derecha, en la Calle 10 y su prolongación, Avenida 41 o Lázaro Cárdenas, y concluía, a la izquierda, en una bifurcación de la Séptima Avenida y la Calle 31. Atenidos sólo al oído y la imaginación, las decenas de personas, cada cual en su tarea, que aguardaban dentro de ese perímetro, callaron simultáneamente al suponer que el final había llegado.

Impresa y firmada a las 4:44 de la mañana, la segunda declaración oficial distribuida en ese lugar, poco después de esa hora, citaba las gestiones de Iruegas, la posición mexicana, la negativa de los ocupantes a desocupar y la petición mexicana de desalojo pacífico. "Dicha solicitud se hizo cumpliendo con todas las formalidades y por escrito", señaló el texto. "Hoy, a las 4:30 AM, un destacamento de personal especializado y desarmado procedió a realizar el desalojo, que tuvo lugar de la forma planificada y conforme a la solicitud y los deseos del gobierno de México, sin que ocurriera el menor incidente."

Iruegas dijo que estaba satisfecho de la forma del desalojo, que se cumplió con las peticiones mexicanas y que en las conversaciones con autoridades cubanas no se habló de la suerte que correrían los ocupantes, aunque confirmó que no se presentarán cargos contra los invasores. El embajador Pascoe se incorporó el jueves al grupo de funcionarios mexicanos y este viernes nuevamente despachaba en su oficina en La Habana.

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